Escrito por: Genix
Isleña de nacimiento, desperté en este planeta en las Islas Canarias. Pese al amor al mar, a días soleados tumbada en la arena y noches cálidas paseando por la orilla, siento que pertenezco al país más grande del mundo: la humanidad. Adoro a Lesbicanarias y no solo a la página, ya me entienden… las que me conocen. Me encanta el mar y aislarme del mundo escribiendo hasta meterme en mis propios relatos generando realidades emocionales que hagan mover mis propios cimientos. En definitiva, amo respirar y ser consciente de ello cada vez que lo hago. Y como no, me gusta analizar las situaciones, las posibilidades, jugando a algo que cada vez hacemos menos: meternos en la mente de aquel que no piensa como nosotros. Comprendo todo menos la guerra, la intolerancia y las malas maneras, siempre he pensado que un buen argumento se defiende con buenas palabras no con buenos insultos ni ofensas.

Disclaimers: Todos los personajes de Venice The Series y por lo tanto de este Fan Fic, son propiedad de Open Book Productions, sólo los he tomado prestados para saciar un poco la ansiedad de no poder verlos durante una larga temporada, y con fines no lucrativos, solo por diversión pura y dura, además de un homenaje a esta serie que tanto nos ha hecho debatir

Episodio 8

Modelando la verdad

El cariño de los amigos era algo con lo que Gina siempre había contado. Todos tenían algo que decir acerca de su partida. Jamie que se cuidara de no enamorarse allí que la quería pronto de vuelta, Drew le pedía un recuerdo típicamente londinense, Jess estaba contenta de que se fueran a su ciudad natal, en donde se encontraría con ellas en un par de meses. El único que no parecía del todo satisfecho, era Owen.
El hermano de Gina sonreía pero parecía esconder cierta tristeza mientras veía a su hermana sonreír a todos los asistentes a la fiesta de despedida.
-¿Qué te pasa hermano?
-Me pregunto si sabes lo que estás haciendo o estás actuando por despecho.
-Pues duerme tranquilo. No tengo nada por lo que sentirme despechada con nadie.
-¿Ni siquiera con Ani?
-Con ella, menos
-Si tanto te importa, ¿por qué no luchas por ella?
-Porque no quiero Owen. Esto no es como las demás veces. No pretendo luchar contra nadie por ella, porque ella ahora está feliz tal y como está.
-¿Bromeas? La dejas en estas circunstancias que…
-Que ella acepta, y por la cual ha optado. No voy a ser yo quien vaya contra su voluntad.
Owen empezó a darse por vencido al darse cuenta de que su hermana lo había meditado muy bien. Había pensado en todo lo que significaba su ausencia y lo tenía totalmente asumido. Era extraño como por primera vez Gina no se preocupaba por sí misma y su visión de las cosas, realmente parecía haber aceptado que amar a Ani, también significaba dejarla ir y no interferir en su vida.
-Así que es verdad, ¿eh?
-Sí… me marcho
-No… la amas.
-Debe ser -dijo mirándose en los ojos de su hermano-, porque duele -añadió dando un suave golpe de la palma de su mano en su pecho.
Owen levantó su brazo esperando que su hermana se acercara. Gina apoyó su cara en su hombro y el joven la abrazó. -Te voy a echar de menos.
-Y yo a ti
-¿No piensas despedirte de ella?
-Por supuesto que no. Si la viera me quedaría.
-¿Qué piensas hacer?
-Seguir adelante y…dejarla seguir adelante.
-Ojalá pudiera decirte algo que…
-Ya lo estás haciendo, me consuela tenerte como hermano -dijo agradeciendo a su hermano su eterna sinceridad.

Michele se acercó a ambos hermanos con una enorme sonrisa en su rostro.
-¿Interrumpo una de esas conversaciones entre hermanos?
-No, ya no -dijo Gina dando por acabada la charla con Owen.
-¿Tratando de convencerla que no me acompañe Owen?
-Yo no haría esas cosas. Gina no es de esas personas de las que se pueda convencer de nada.
-Lo sé. Mi jefa siempre sabe lo que quiere, pero espero que si tiene que tomar otra decisión, lo haga por propia iniciativa y… a tiempo -dijo mirando a Gina y hablando de ella como si no estuviera presente.
Gina sonrió negando con su cabeza mientras miraba la copa de champán en su mano.
-Sé lo que tratan de hacer chicos, pero mi decisión está tomada.
-¿Seguro? Última oportunidad.
-Nunca antes estuve tan segura de algo -respondió regalándose una sonrisa y alejándose de ellos hasta otras de las mesas, el donde Jamie, Drew y Jess, parecían pasarlo bien.
Tanto Owen como Michele contemplaron a la mujer alejarse con cierto halo de preocupación por ella.


Llegando a la casa, Lara observaba los movimientos de Ani que se fue directa a darse una ducha.
Ani caminó directa al baño, cerró la puerta tras ella y se apoyó contra la puerta.

Cuando Ani apareció de nuevo en el salón, vestida y preparada para salir, Lara la esperaba sentada en una esquina del sofá.
Verla una vez más poner todo de su parte aún sabiendo con certeza lo que estaba ocurriendo en su interior, le hizo alentarla más aún de hacer lo que en esa hora, a solas en el sofá, había pensado.
–Me gustaría hablar contigo –dijo sentándose a su lado.
Ani la miró arrugando su frente con una evidente curiosidad por el tono de Lara.
–Tendrías que intentar retenerla
–No… no sé de qué me hablas.
–Ani, pueda que haya tenido mis sentidos nublados e incluso que haya estado gran parte del tiempo borracha, pero no estoy ciega. ¿No te das cuenta?
–Qué…
–Gina, Ani. te hablo de Gina
La reacción de la fotógrafa fue de confusión extrema, incapaz de decir nada.
-Gina, ¿qué hay que hablar sobre ella?
–Escucha Ani –toma su mano.
–Ya es tiempo de que pienses un poco en ti.
–Lo hago, por eso estoy aquí, contigo.
–No, las dos sabemos que no estás aquí por eso. Quizás te has negado tantas veces el derecho de cuidar de ti por estar pendiente de todos a tu alrededor que simplemente te hayas acostumbrado a no escucharte a ti misma.
–No…No sabes lo que dices —dijo levantándose de su lado.
–Ani, escucha. Lo único que es importante para mí en estos momentos es tu felicidad. Incluso podría vivir tan engañada como tú y convencerme de que tenerte conmigo es todo lo que necesito, pero lo que realmente estaría haciendo, es ser egoísta conmigo y contigo. Pero tú no eres así, no eres egoísta porque sencillamente no sabes serlo. Te veo, te veo cómo la miras, como nunca pasa desapercibida para ti.
–¿Estás tratando de alejarme de ti por algo que he hecho?
–No, no. Estoy tratando de que no huyas tú. Yo sé muy bien lo que es escudarse tras algo para no afrontar la realidad. Y ambas sabemos que tu realidad… es ella.
–Ella no puede ser eso que dices…
–Ella te ama -la interrumpió.
–Lara… por favor. Tú sabes mejor que nadie que eso no es verdad y aunque así fuera yo…
Lara se levantó y abrió un cajón del mueble frente a ella, quitó la tapa de una pequeña caja de cartón y sacó de ella un sobre. Lo acercó a la mirada sorprendida de Ani.
–Solo léelo.
Ani reconoció inmediatamente la letra de Gina en su nombre escrito en el destinatario de aquel sobre.
Se concentró en leer cada línea de aquella carta, olvidando por completo la presencia de Lara a medida que avanzaba en cada frase.
Llegando a las últimas letras de aquel papel, Ani cubrió su nariz con su mano y apartó las lágrimas que empezaban a correr por sus mejillas.
–Solo tienes un par de días para que la mujer que escribió eso se vaya lejos. Y sabes que hace eso por lo que siente por ti –dijo Lara intentando evitar pensar que lo que estaba haciendo era tan doloroso para ella como lo era ver a Ani destrozada por aquella carta-. Tú la amas, da igual lo que trates de huir de esa verdad, así como da igual que lo haga yo. Sé perfectamente lo que es huir y esconderse y tú me enseñaste lo que es dar una oportunidad.
–Tengo miedo.
–Lo sé, y yo –dijo pegando su frente a la suya y abrazándola–. No sé qué será de mi vida en cuanto salgas por esa puerta pero ambas sabemos que es lo correcto… Sabes lo que debes hacer como yo sé que esto es lo que yo debo hacer. Y esto no se trata de mí ni de ella, esta vez se trata de ti y solo de ti. Por mucho que quieras negarlo, estas lágrimas son porque sabes que podrías perderla para siempre. Y yo no voy a dejar que tu felicidad pase ante ti, sin hacer nada.

Ani se aflojó de su abrazo para acariciar su mejilla y dar un leve beso en sus labios.
–Ve –le dice la otra mujer sintiendo un nudo en su garganta y alentándola a que se marche en ese mismo instante.

La fotógrafa metió el sobre en su bolso de camino a la puerta. Desde allí miró una vez a Lara que le sonrió intentando que las lágrimas que inundaban sus ojos, no cayeran bajo su vista.
Nada más ver la puerta cerrarse, Lara se dejó caer en el sillón y lloró escondiendo su cara entre sus manos. Sus ojos llorosos se dirigieron a uno de los cajones del mueble del salón. Rebuscó limpiando sus lágrimas con el puño de su jersey hasta que encontró una pequeña botella de whisky.
El móvil sonó sobresaltándola como si hubiera sido descubierta en su acción. Durante unos largos tres timbrazos de su teléfono se quedó inmóvil, tomando aliento con la botella en su mano. Antes del cuarto timbre se levantó y caminó hacia el aparato.
–¿Sí?
–Me muero de hambre.
–Cris. Justo estaba pensando en llamarte. Creo que no va a poder ser esa cena.
–Eso es imposible. Me pasé toda la noche leyendo tu manuscrito y, francamente no sé cómo se te ocurre confundir una Norma con una Ley penal.
–¿Perdona?
–Capítulo 19. La ley penal describe la conducta que debe ser castigada por incumplir una norma. Y te saltaste todo esto a tu antojo, Dilan no debería haber ido a prisión.
–Cris, este no es buen momento para esto.
–Oye ¿estás bien?
–Sí –contestó fijando sus ojos en la botella en su mano.
–No te creo, quizás debería llamar a Ani.
–¡¡No!! –gritó Lara nada más nombrar a Ani–. Mejor hagamos algo, preparamos algo en mi casa y hablamos de lo que sea.
–Muy bien. Llevaré unos tacos.
–De acuerdo –dijo bajando los párpados sintiendo algo de culpabilidad por el esfuerzo que su madrina estaba poniendo en ayudarla.

Nada más colgar el teléfono caminó hacia la puerta, se acercó al cubo de basura y arrojó allí la petaca, secando una vez más las lágrimas que bajaban por sus mejillas, aunque esta vez sonrió mirando la cera vacía por la que seguramente Ani había caminado en busca de su propia oportunidad.