Esta semana he tenido la suerte de toparme con una nueva serie con contenido lesbicanario para nuestra televisión señoras. ¡Las diosas saben que lo estábamos necesitando! Se trata de Bomb Girls una serie canadiense centrada en la vida de un grupo de mujeres que trabaja en un fábrica de bombas en la segunda guerra mundial. Y lo que he podido ver me ha gustado tanto que he decidido empezar a hacer los resúmenes de episodio de la serie.
Por si necesitan un poco más de convencimiento para darle una oportunidad, déjenme presentarles a Betty McRae la mujer a la que vamos a estar siguiendo con lupa durante las próximas semanas.
Sexy ¿verdad? Créanme, cuando empiecen a conocerla mejor solo podrán quedar más enamoradas de su personalidad. Así que ¿para qué seguir retrasando lo inevitable? ¡Vamos con el resumen!
Nuestra historia comienza cuando conocemos a Marion, una chica que a primera vista nos resulta del todo inocente que está cantando junto a sus hermanos canciones religiosas mientras su padre, un predicador con cara de mala leche, se dedica a asegurarle a todo el mundo que morirán quemados en el más profundo de los infiernos por sus pecados.
Mientras el hombre sigue con su retórica barata, Kate mira a la gente a su alrededor y se queda mirando a un chico que le saluda respetuosamente con su sombrero, algo que parece inflamar la rabia de su padre que, sin parar de alegar, le aprieta la mano recordándole que el peor de los demonios yace dentro de nosotras mismas. Vamos que a ninguna de nosotras nos gustaría vivir con ese hombre cerca.
Ya por la noche, vemos a la madre de Marion entregarle una carpeta llena de papeles. La mujer le explica que todo está preparado para que se marche y que a partir de ese momento pasará a llamarse Kate Andrews. Marion tiene miedo de lo que podría esperarle, pero su madre le recuerda que es por su bien, que la vida que le espera en ese lugar sería terrible, y por lo que hemos podido ver está más que claro. Justo en ese momento uno de sus hermanos llega y en plan chivato de la vida se pone a gritarle a su padre.
La madre le grita que corra y Marion intenta huir pero su padre la detiene, afortunadamente para ella (y para nosotras) la chica consigue zafarse y salir corriendo mientras su padre le recuerda que se va a quemar en el infierno.
Marion, ahora Kate, termina en una pensión solo para chicas siguiendo las instrucciones de su madre y su primer problema empieza con la puerta de su cuarto que aparentemente no se puede cerrar y es ahí donde conocemos a Betty que al verla batallar se acerca para decirle que no se preocupe porque la puerta principal sí se cierra así que están seguras.
Kate insiste en que ella quiere cerrar la suya y Betty se mosquea porque le hace pensar que la chica cree que alguien de dentro podría robarle, pero de igual manera le enseña la manera en la que la puede cerrar. Kate agradece su amabilidad y empieza a presentarse, pero parece que Betty no está por la labor de hacer amigas y la deja con la palabra en la boca para volver a su cuarto.
A la mañana siguiente, Kate se dirige a su primer día de trabajo en Victory Munitions la fábrica de bombas donde ha conseguido colocarla su madre y se lleva una sorpresa agradable cuando ve que Betty también trabaja ahí. Eso sí, Betty no es la alegría de la huerta, más bien se nefastea porque es la encargada de entrenar a las novatas y no le ve mucho futuro a la tímida de Kate.
Igual ahí también conoce a otras de sus compañeras, Vera, una chica sin complejos que prefiere mostrar «algo de pelo» aunque vaya contra las reglas de seguridad para conquistar a algún soldado que ande perdido por ahí. Edith, una mujer que trabaja mientras su esposo está en la guerra bastante más amable y Gladys una chica rica que está ansiosa por encajar en el grupo sin mucho éxito. De hecho, llega en un super auto porque la lleva su padre y Kate piensa en un principio que es una estrella de cine porque su ropa destaca definitivamente de las de todas las demás.
Ya dentro de la fábrica, Betty empieza a entrenar a las novatas.
Este es el plan chicas. Si pueden bordar pueden armar un detonador. Si saben coser botones pueden ensartar un detonador. Si pueden servir té, pueden rellenar algo con amatol. No es difícil, pero algunos tipos no lo ven de esa manera. Esos tipos son imbéciles asustados de no poder conseguir trabajo cuando hayamos ayudado a ganar la guerra. Primero ignórenlos, después háblenles duro y si eso no funciona, denles una cachetada.
¡Me encanta su estilo! Dura y a la cabeza. La mujer les hace entender que ellas tienen el mismo entretanamiento que ellos y están igualmente cualificadas con lo que cualquier cosa que les digan para demeritarlas es una estupidez.
Kate empieza animosa pero con los nervios de la principiante, y no ayuda nada que un petardo se dedique a acosarla mientras intenta trabajar. Al final la pobre pierde tanto los nervios que se le cae un recipiente lleno de Amatol y ¡menos mal que estaba casi vacío! porque por supuesto explotó.
Betty con el susto está totalmente exaltada y la despide inmediatamente. Kate le ruega que la deje continuar porque no tiene más que ese trabajo para sostenerse y no puede volver a su casa. Las lágrimas se le salen y Edith le echa un cable diciéndole a Betty que la pobre mujer estaba con la presión del tío este acosador. Betty en un principio se hace la dura diciéndole que todas pasan por lo mismo y que si no puede aguantar la presión no les sirve, pero los ojos de perrito triste de Kate terminan por convencerla y más bien se pone a enseñarle ella misma cual es la posición adecuada para no tener esos accidentes.
Gladys sale a comer un poco antes que las chicas por ser la secretaria (tiene un nivel más elevado) y su compañera quiere salir corriendo apenas ve que llegan las «The Blue», el nombre con el que llaman a las chicas que arman las bombas. En fin, al final Gladys le dice que ella la alcanzará luego porque le parece mucho más estimulante la conversación de las chicas que la de su compañera.
Vera empieza por contar que esa noche habrá un baile genial en «Sandy Shores» un loca en el que los soldados pueden bailar con las damas. Kate no cree que ella pudiera tener ningún éxito, pero Vera la anima. Edith le dice que si baila con una docena de soldados regresará con la misma cantidad de proposiciones matrimoniales, también comenta que ella es casada pero que se divierte bailando en lo que vuelve su esposo. Y hablando de proposiciones Ver ya ha aceptado 3, no por maldad sino por caridad, les da algo lindo en que pensar a los chicos. Todas bromean al respecto y Gladys les cuenta que su trabajo es más aburrido que mirar la vida entera de una ostra a tiempo real. Edith le dice que ella se lo cambia cuando quiera.
Al volver al trabajo, Kate le pregunta a Betty si ella ha ido alguna vez a un baile de esos de Sandy Shores (Shore significa playa, orilla) y la mujer le responde que jamás porque hay submarinos alemanes por ahí pululando y no quiere morir. Kate le responde lo más suavemente posible que en realidad es un lago con lo que no habría peligro pero Betty es de la pradera y piensa que el agua es agua da igual como se llame. La conversación se ve interrumpida porque dos oficiales llegan a la fábrica y todos saben lo que significa, un soldado a muerto y vienen a avisar a la familia. Tristemente, le ha tocado a Edith, su esposo ha muerto en combate.
Todo el mundo se apena ante los llantos de Edith y Kate hace lo único que puede, empezar a cantar para sentir algo de confort. Y por cierto, la mujer canta lindísimo.
Al terminar el turno, todas las chicas deben pasar por la ducha. Kate se sorprende pero Betty le explica que es para eliminar cualquier residuo de químicos que tuvieran impregnados y le dice que en realidad es una ventaja porque la ducha que tienen en la pensión es peor.
Las dos se están duchando cuando Betty le echa una ojeada a la espalda de Kate y se da cuenta que está llena de cicatrices, parecen como latigazos o algo así. Entonces decide darle conversación así que le pregunta sobre su canción. Kate le cuenta que es un habito de cantar siempre por vivir con un padre pastor y Betty la piropea diciéndole que si ella cantará tan bonito quizá hasta podría creer que Dios existe.
Al final las chicas deciden irse al baile donde se encuentran con Gladys que también se apunta a la fiesta. Vera le dice que va muy guapa, a todas las sorprende que se haya animado a pasarse por ahí porque el sitio no es lo que digamos un lugar «de clase». Gladys le dice que ella solo es «una chica más» pero cuando alguien se da cuenta de que trae medias de seda, algo que ellas jamás podrían permitirse, Betty le deja claro que jamás podría ser como ellas.
Llega la hora del baile y Kate está ansiosa por probar ya que con su padre vigilando estaba claro que jamás pudo bailar con nadie. En fin que la mujer decide pedirle a Betty que baile con ella y a la mujer los ojos se le abren un montón. Está claro que para ella ese baile significa quizá algo más, se nota un montón que cuando está con Kate parece de mejor humor y es una persona más tierna y suave.
Cuando termina el baile van al baño y se encuentran a Gladys arreglándose las medias. Kate está asombrada porque ella jamás ha tenido unas, mucho menos de seda así que le pide que si las puede tocar. Gladys acepta encantada y le asegura que en el fondo no son tan geniales porque dan mucho calor. Betty se enfada y le dice que si quiere ayudar a la guerra mejor no desperdicie seda y luego sigue la retahíla diciéndole que piensa que es valiente por haber entrado a la fábrica pero jamás en su vida se ha currado nada ni ha hecho nada que le diera miedo. Gladys se quita las medias y se las regala a Kate antes de salir corriendo.
Al otro día todo el mundo va a la fábrica a trabajar como siempre. Pero Vera está emocionada porque en el baile conoció a un chico que trabaja ahí también. El caso es que cuando él va a hablarle ella se va a los mundos de yupi y se distrae un segundo en la linea de trabajo y un gancho de los que transportan las bombas le engancha del pelo y la empieza a levantar. Para cuando consiguen detener la línea el gancho le ha arrancado ya un gran pedazo de la piel y del pelo. Todo el mundo se queda horrorizado con el accidente.
Por la noche, Kate va comentándole a Betty que tiene que ser terrible quedar marcado de por vida. Su amiga le dice que ella tiene que saberlo bien porque ha visto las marcas en su espalda, y le pregunta que le pasó. Kate se pone a la defensiva y le dice que no es de su incumbencia, pero Betty en lugar de enfadarse le responde:
Sea lo que sea de lo que estás huyendo…ahora estás a salvo. Me aseguraré de ello.
¡Awwwww! Que monaaaaa. No me digan que no quieren a una Betty en sus vidas señoras porque no les creo. En fin que aquí termina nuestro primer episodio, espero que las haya enganchado y que me acompañen a lo largo de toda la temporada. Cada semana les iré trayendo un episodio hasta ponernos al día con los doce que tiene la serie. Por cierto, si quieren seguir a Ali Liebert (Betty) más de cerca, pueden seguirla en su Twitter personal.