Escrito por: Genix Como buena isleña, el sol y el mar siempre han sido unos grandes aliados en mi vida y a ellos recurro para empaparme siempre de la libertad que me hacen sentir. Amo la naturaleza, caminar por la arena, sentir las olas enfrentarse a los acantilados, bosques, sentarme a leer bajo la sombra de un árbol, pero sobre todo me apasiona aislarme del mundo, crear mundos paralelos, escribir generando realidades emocionales que muevan mis propios cimientos.

Cara a cara

Mejores Amigas

Vamos a disfrazarnos de realidad.
Podríamos pintar grafitis en los parches de las paredes que quedaron de pie tras el último terremoto.
Daré brochazos verdes en todos tus negros, y tú… tú podrías sonreír.
Dibujaremos monigotes huecos en la raya del horizonte, y te bautizaré como “mi sueño” para poder reafirmar que existes.
Llamaremos lunes a un sábado cualquiera, y charlaremos durante toda la noche, notando que es temprano al sentir la calidez de los primeros rayos de sol del martes, en nuestras frentes.

Acariciaré tus pensamientos.

Arrancaremos páginas de esos cuentos de terror que te hicieron sentir un desierto sin oasis y haremos una hoguera con ellos…junto a los míos.
Sujetaré tu mano para subir la escalera y tú…tú me regalarás el honor de sentirme importante por confiarte a mí.
Podría contarte una decena de palabras que te hagan sentir especial…o callar una decena de palabras para contarte mi silencio.
Pasearemos por la playa de la mano, dejando atrás huellas que son alas que una libertad dejó como testigo…de un instante, de un guiño al tiempo.
Contaremos estrellas blancas, después de calcular las gotas de agua en el mar… y mataremos demonios de rostros familiares.
Te sentarás en el banco de un parque y yo te mostraré una flor que traiga la primavera a tus ojos. Una que no es blanca, ni tiene tallo verde, ni un corazón amarillo, ni respuestas complicadas a preguntas simples …. Esta noche es como tú… una margarita. Seré feliz sin entender por qué, queriéndote sin saber por qué, necesitando hacerte saber que mi importas… sin saber el porqué. Y los porqués volarán alejándose en medio de la noche, muriendo de sed… A saber por qué.
Nos perdonaremos los años que nos quedan por vivir, sonriéndonos al mirarnos a los ojos. Yo… podría prometerte estar, pero la promesa sobre una promesa, tú, sería como embotellar una botella.
Tanta botella nos llevará a compartir una cerveza. Tú beberás la espuma y yo el resto, luego caminaremos por callejones marcados “sin salida” solo por desafiar lo posible.

Sin rezar un ave maría confesarás tus miedos…y yo, yo seré solo quien te escucha. Mirando tu sinceridad, siendo solo quien te ve, acariciándote en forma de abrazo.
Nos pararemos al borde de un precipicio y arrojaremos piedras con nombres de nuestros errores. Las veremos caer hasta que solo podamos imaginar que siguen ahí, cayendo en el vacío. Voy a caminar sobre todos esos recuerdos que se te volvieron cristales rotos y te animaré a perdonar lo imperdonable, a reconstruir lo irremplazable, mientras tú…tú solo me sonríes…y yo te devuelvo la sonrisa.

Desayunaremos pizza fría y nombrarás el café que buscaremos callejeando sin norte ni sur… que hoy lo de arriba bien puede ser abajo… perdiéndonos rumbo a cualquier lugar.

Imagen por: Jaci Berkopec