Señoras, la última vez que hablamos de Leslie Shay la chica habia conseguido una novia y un futuro bebé en menos de lo que canta un gallo. No podremos decir que va lenta, está historia va a la velocidad de la luz. Y esta semana en Chicago Fire hemos empezado un par de meses después que en el último episodio así que vamos aún más veloces. ¿Listas para la acción? Porque habrá unos cuantos fuegos que apagar.
Todo es felicidad en el departamento de Leslie Shay porque el embarazo de Clarice sigue su curso y ellas dos están bastante bien. Pero sobre todo porque Severide acaba de pasar su última revisión después de su operación y le han dado permiso para volver al escuadrón, así que va todo a pedir de boca.
Ya en el trabajo, Leslie está poniendo a Gabriela al día con su vida. La morenaza la escucha hablar ilusionada sobre el próximo nacimiento del bebé y bromear sobre lo que van a hacer con las escaleras de caracol que desde luego son poco apropiadas para un niño, pero se nota de lejos que todo este asunto con Clarice no le hace gracia.
Shay: Sé que no eres una gran fan de Clarice, pero ahora somos pareja y parece que mi futuro será ser básicamente la madrastra así que necesito tu apoyo.
Dawson: Me estoy acostando con Mills.
A eso le llamo yo un buen cambio en la conversación.
Shay por supuesto se pone a hacerle un tercer grado a su amiga para enterarse de todos los detalles. Gabriela por su parte está preocupada porque Mills quiere que vaya a conocer a su madre y ella siente que todavía no está en ese punto de la relación, así que le pregunta a Shay que haría ella en esas circuntancias, pero la rubia está demasiado ocupada intentado entender que ha querido decir Dawson con aquello de que a la hora de tener sexo Mill es muy «detallista».
El primer día de Severide no va todo lo bien que cabría esperar porque hay otro bombero haciendo varios turnos en el equipo y al parecer los dos tienen un pasado en común que no es muy bueno. Severide estuvo prometido con su hermana y todo parece indicar que no acabó bien la cosa. En fin, Shay le aconseja que le cuente la verdad para sacárselo de encima, pero él piensa que no tiene ningún caso darle más cuerda al asunto.
Gabriela y Shay reciben una llamada de auxilio y se van en la ambulancia. De camino aprovechan para comentar sus vidas amorosas. Leslie le dice a Dawson que debería dejar de ser tan tímida en su vida personal y divertirse un poco más, así que la mujer decide irse a cenar con su novio y la madre. Shay por su parte está con los típicos nervios porque Clarice está por salir de cuentas.
Al llegar al lugar las chicas se encuentran con un hombre atado a la cama y una prostituta tirada en el piso. Al parecer la chica ha sufrido una especie de shock porque se inyectó droga en mal estado. En fin investigando un poco descubren que hay otra chica en igual estado. Dawson dice que requieren ponerle una inyección en la lengua (¡auch!) para que vaya más rápido o no la cuenta pero no le pueden abrir la mandíbula así que se la mete desde abajo de la barbilla (doble auch).
En fin que la consiguen llevar vivita hasta el hospital donde seguramente la sacarán de su mal estado.
Ya en la estación se topan con el nuevo bombero discutiendo con Severide por lo de su hermana. El tipo no puede superarlo porque Kelly la dejó un par de semanas antes de la boda y la tía se emborrachó y se estrelló contra un poste. Severide sigue aguantando pero Shay ya no puede más y le dice ahí enfrente de todos que Kelly encontró a su hermana con otro y por eso canceló la boda. Y que no dijo nada después porque todo quisqui estaba en el hospital y no quería añadir más a su dolor.
Me encanta que Shay proteja tanto a sus amigos. En fin la situación se despeja un poco porque en ese momento llega el jefe a informarle a nuestra chica de que su novia a roto aguas.
Ya en el hospital vemos a Severide esperando cuando de repente sale Shay totalmente emocionada. El bebé ha nacido y es un niño. De camino a verlo aprovecha para disculparse con su amigo por haber soltado la verdad pero él no le hace ningún problema por eso.
Dentro del cuarto todos están muy contentos porque tanto el bebé como Clarice están bien y el nene es super lindo. Y ahí están todos disfrutando cuando David se para en la puerta y el ambiente se enrarece un poco. Clarice lo invita a cargar al bebé y le dice que no sabe que planes tiene pero que a ella le encantaría que formara parte de su vida tanto como él quisiera. David no contesta y simplemente se marcha.
A los pocos minutos entra un señor a entregarle unos sobres a Shay y a Clarice. Resulta que David ha decidido demandarlas para conseguir la custodia completa del bebé. Y con ese trauma se nos termina el episodio señoras, se ve que en el futuro de estas dos van a haber muchos pleitos legales.