Buenas señoras ¡traigo noticias fresquitas de la guerra! Bueno de la guerra no, pero si de Betty y Kate que siguen haciendo bombas para ayudar a los aliados a acabar con los Nazis. Y esta semana comenzamos con nuestras chicas a las que Gladys les ha dado un aventón en su flamante coche.

La fábrica está revolucionada porque hacen falta trabajadoras, así que se ha cerrado una fábrica en otro sitio donde se armaban lavadoras para preparar y llevar a las trabajadoras a construir bombas. Kate está más ocupada renegando porque Gladys ha hecho muy buenas migas con Eugene y lo ha hecho sin echarle ganas si quiera. Vera le dice que coquetear no es difícil, es cuestión de practicar. Eso sí, le dice que no tire muy alto ni muy bajo.

Betty por su parte está dándole la bienvenida a alguna de las nuevas. Y de inmediato sospecha de una chica que se llama Reggie, porque aunque su papelería dice que es mayor de edad se le nota que es más peque. Reggie es de armas tomar y se defiende como una loba, así que Betty la deja pasar, pero digamos que ya le tiene el ojo echado. No han empezado con buen pie.

En los vestidores, Betty les explica a las chicas lo que tienen que hacer en la revisión diaria que hace Lorna. La jefaza llega y les da un pequeño discurso a las nuevas para explicarles que todas han sido novatas alguna vez así que están ahí para ayudarlas. Reggie que se lo tiene un poco creído dice que ellas han estado trabajando desde antes de que la fábrica de bombas fuera creada. Betty que no tolera la actitud de la nueva le dice que seguro le tocaban los turnos de mañana por aquello de que tenía que irse temprano a la cama. Lo dicho, estas dos no han empezado nada bien.

Ya en la línea Reggie, que todo hay que decirlo, es muy trabajadora, está llenando los casquetes de amatol a la velocidad de la luz. Betty le dice que vaya con calma porque este material es explosivo y más vale ir lentas pero seguras. Reggie por supuesto no la pela porque dice que en su entrenamiento les dijeron que mientras más bombas mejor y la animadversión entre estas dos no hace más que acrecentarse cada vez más.

A la hora de la comida, Betty y Gladys entran dispuestas a darle duro a la comida cuando Reggie, que ya está sentada con un grupo de las nuevas, hace una broma de mal gusto diciendo que ya no podrán divertirse porque el mismísimo Hitler ha llegado.

Betty ya sabemos que no es de las que se queda callada, así que a pesar de las súplicas de Gladys porque pasé del tema se enfrenta a Reggie para decirle hasta de lo que se va a morir. Afortunadamente en eso llega Lorna y manda a cada una para su barrio.

Luego se lleva a Betty para una esquina para regañarla. Nuestra chica se defiende diciendo que ella no empezó el pleito y que encima la nueva está más loca que una cabra. Pero Lorna le hace ver que al ser la segunda al mando, es ella quien debe poner el ejemplo a las chicas y que espera mucho más de su comportamiento.

De nuevo en la línea, Reggie pasa por alto una esquirla en un casquete y Gladys se corta. Betty de inmediato se pone hecha una furia porque encima le van a tener que dar puntos y quiere corre en ese mismísimo momento a Reggie. Lorna le exige que lleve a Gladys a la enfermería y luego les dice a todas las chicas que vuelvan al trabajo y que le pongan el doble de atención al trabajo para que no vuelva a suceder.

En un bar, Kate está traumatizada porque no puede hablar con chicos sin ponerse nerviosa, ya no digamos coquetear. Todo esto mientras Betty le asegura a Marco que ha descubierto como correr a Reggie pues llamó a su escuela y ahora está segura de que es menor de edad. Marco le dice que deje en paz a la chica que en realidad no le ha hecho nada, pero Betty está empecinada en acabar con su mortal enemiga.

Como Kate sigue en apuros Marco acude en su ayuda y le dice que coquetear con hombres no es nada difícil, así que se apunta a darle unas cuantas clases de como hacerlo. Primero le dice que para hacerle saber que tiene una oportunidad tiene que darle pequeñas señales como tocarlo de vez en cuando o reírse de sus chistes. Kate lo intenta pero la verdad no le sale muy bien, entonces a Marcos se le ocurre que practique con Betty que no puede evitar que el pánico se le note en la cara.

Kate mira a Betty con una cara que no sé muy bien como interpretar. No sé si es en plan «contigo sí que me saldría» o más «pobre encima de todo le hago esto». En fin que Kate se lanza a practicar con Betty y con ella sí que le sale bien. Mmm esto me hace sospechar señoras.

Como las cosas no van bien entre las nuevas trabajadoras y el equipo anterior, Vera se inventa una reunión-fiesta para que todas se conozcan. Y ahí andan jugando un juego de pasarse una naranja de cuello a cuello sin tocarla con las manos. Yo moría porque Betty y Kate lo jugaran juntas pero pues no se me hizo.

En fin que Betty aprovecha un segundo para informarle a Reggie que ya está más que enterada de que es menor que edad. Así que le dice que o renuncia o ella misma la delata. Reggie obviamente se nefastea a full y cuando Betty se gira para irse le manda un naranjazo. Nuestra chica se devuelve y le suelta menudo cachetadón. Reggi que no es manca le suelta un derechazo y se arma la marimorena. Como pueden, Marco y otros trabajadores las separan y la fiesta continua su rumbo.

Betty está en un banco poniéndose hielo en la cara porque Reggie le dejó un buen moretonazo en el ojo. Lorna se acerca a ella y le dice que tiene que entender que la chica es nueva y se está acoplando, que no pueden correr a todo quisqui que se equivoque una vez o se quedan sin trabajadoras.

Betty se empecina en lo de la edad y Lorna le explica que la chica no tiene a nadie, que es huérfana y encima este trabajo es lo único que tiene para sostenerse (lo sabe porque se la encontró durmiendo en las duchas). Nuestra chica igual sigue empeñada en que la va a acusar con el jefe y Lorna la deja meditando diciendole que a veces dar tanta caña solo hace que hayan más problemas.

Kate por su parte, está intentando probar los movimientos que le enseñó Marco con el chico que le había presentado Ivan. El que le hacia de pareja siempre que Ivan y Betty salían juntos para ir los cuatro. El tío es un borde y le dice que ni al caso, que él solo salía con ella por hacerle el paro a Ivan.

Ivan que lo está oyendo todo, se disculpa con Kate y la lleva a un lado para decirle que el tío es un imbécil. Los dos empiezan a hablar y entonces Kate le dice que parece que ninguno de los dos tiene suerte en el amor y lo toca. ¡Bam! el coqueteo funciona con Ivan que de inmediato la invita a un trago.

De vuelva en la fiesta, Betty hace las paces con Reggie y promete que no la delatara con el jefe siempre y cuando la morenaza le meta más empeño a su trabajo y no vuelva a suceder ningún error como el que llevó a la enfermería a Gladys. Reggie está de acuerdo y las dos no llegarán a ser amigas, pero por lo menos han llegado a un acuerdo, así que algo es algo.

En casita ya, Kate le está pintando las uñas a Betty en el cuarto. Las dos están compartiendo un lindo momento así que Kate decide arruinarlo contándole a su amiga que ha coqueteado con Ivan y que él la invitó a salir. También le dice que si a ella la molesta claro que no lo hará, pero Betty, que ya sabemos que es una especie de masoquista por amor le dice que no hay problema. Claro que nosotros vemos al instante que su corazoncito está deshaciéndose en ese mismísimo momento.

Y así señoras se nos termina este episodio, con Kate pidiéndole a su amiga que la acompañe a comprar un nuevo vestido para lucir en su cita con su nueva conquista. ¡Sufro como Betty!