Primero de todo, perdón a todas por no dejar resumen la semana pasada pero una necesitaba cambiar de aires y se fue de vacaciones, pero como todo lo bueno se acaba ya vuelvo de nuevo con la SERIE (así en mayúsculas) de este verano que ya se nos escapa.
La primera en la frente, como esta cárcel es menos seria que un circo de entrada tenemos un nuevo dilema entre manos, esta vez se trata de una foto muy indecente de una reclusa subida a Internet y claro, eso es algo que no se puede permitir la reputación del lugar así que una nueva búsqueda comienza, aunque si tienen tanta suerte como con el destornillador o la gallina…
Aunque parezca un circo, quizá es más apropiado decir que esta cárcel es como una guardería y Mr.Healy como mamá pato se lleva la peor parte teniendo que aguantar las tonterías de todas, que no son pocas. Por su parte Piper alejada de los focos, hace un esfuerzo titánico para aguantar a su madre de visita que es un grano en las posaderas.
Y aunque Piper puede quejarse y hasta con cierta razón de madre, la verdad es que otras como Nicky lo pasan mucho peor, lleva ya meses sin recibir visitas aunque viendo un pequeño trozo de su pasado es comprensible: madre rica ausente que solo hace acto de presencia cuando su hija está en las últimas para echarle el sermón de que las drogas son malas, vale, puede que Nicole no sea la mejor hija, pero hay que reconocer que ella tampoco es la mejor madre.
A Díaz tampoco le va muy bien en las relaciones maternales, y ya que no le hizo ninguna gracia que su progenitora se intentara acostar con su medio noviete, bofetada al canto. Mientras el jefecillo del bigote sigue en su odisea de encontrar al responsable de las foto guarrindonga y todas las miradas parecen dirigidas a Mendez, el guardia del bigote. También y aprovechando el momento conocemos a la nueva guardia, una chiquilla que abulta poco pero que despierta el interés del jefecillo.
Mientras en la sala de la tele volvemos a la guardería y Healy vuelve a tener que hacer de mediador para que no acaben matándose las unas a las otras, por lo que decide convocar una especie de elecciones a delegado de la clase, en las que, según nos explica Morello se elije al representante de cada grupo social, es decir que las candidatas blancas se enfrentan entre ellas, las de color también por su lado y así todas. De tal manera que Morello compite con Pennsatucky y Taystee contra Sophia.
En la cocina, Red tiene una pequeña charla con Nicky que está dolida porque la rusa ha elegido a Morello por encima de ella para ser la “delegada”, aunque su conversación dura poco porque se ve interrumpida por Mendez, que amenaza a Red ya que este asunto de la foto-pussy le está complicando mucho sus turbios negocios.
En otra parte Díaz se encuentra con su amado guardia, el cual no está tan seguro de que su relación deba continuar, pero ella muy persuasiva le muestra que están hechos el uno para el otro así que decide avanzar en su relación descubriéndonos el gran secreto del ex-soldado, y es que perdió parte de una pierna en Afganistán, lo que no hace que su chica le quiera menos.
Y cómo no Chapman vuelve a están en el centro de la tormenta, y después de ayudar a Healy a elegir un vestido para su esposa le comenta en plan amigo que sería una buena delegada, ya que no parece que esté tan loca como el resto de reclusas (aunque eso esta por verse), mientras en un lugar muy lejano su prometido intenta vender un artículo que no cuaja pero acaba saliendo con un encargo prometedor “mi esposa en la cárcel” la historia de Piper contada por él.
Pero la rubia en estos momentos en quien menos piensa es en su prometido, más bien tiene centrada toda su atención en una morena que le robo el corazón y ahora ni la mira, y así con la excusa mostrarnos otro pedacito de su pasado juntas, cuando Piper vivía más feliz que un regaliz con su caballero de brillante armadura que en realidad era una mujer pin-up traficante de drogas.
De vuelta a la realidad Piper intenta cual colegiada arrepentida que Alex se vuelva a fijar en ella sin grandes resultados, así que corre derechita a hablar con su amiga Polly la embarazada, que resulta que aunque cínica también es una buena amiga, y mira si logra emocionar a nuestra chica que hasta la mujer llorona de los teléfonos le presta un pañuelo de lo necesitada que la ve.
Y ya han empezado los discursos electorales, cada una promete lo que quiere sin importar si lo puede conseguir como en la vida real, hasta las hay que prometen camas de agua y todo. Y puesto que toda la cárcel está reunida escuchando mitines, a Piper se le enciende la bombilla y decide aprovechar ese momento para ir a usar el único retrete con puerta, ese que siempre está cerrado porque una loca lo tiene ocupado, y cual es su sorpresa cuando detrás de una baldosa descubre el móvil desde el cual se ha mandado la famosísima foto que trae a todos de cabeza.
Mientras, en la sala de reuniones lo que al prinicpio era una tranquila charla informativa se ha vuelto toda una guerra de rap entre candidatas, en la que si el mundo fuera justo, las chicas de color están dando una paliza a Pennsatucky y amigas. Por otro lado Piper vagabundea por la prisión hasta dar con el cubículo de Alex y para acabar oliendo su almohada como una adolescente enamorada.
De vuelta a donde están todas, aquello se ha desmadrando y cuando Crazy Eyes está «on fire» con Boo entra Healy versión mamá cansada y les chafa la diversión. Así descubrimos como Piper no era la única que había aprovechado ese rato para ir de paseo, ya que Díaz se fue a ver a su guardia preferido a tener una pequeña charla y conocerse mejor, ya que esto cada vez va más en serio.
Y llegó el dia de las elecciones que coincide con día de visita, y una que la recibe bien cargada de broncas es la madre de Díaz, que tiene sermón por ración doble: por parte de su marido y madre, pero no es la única con visita, pues Chapman tiene a su prometido para darle la buena nueva de que va a escribir sobre su extraña situación de pareja, lo que la rubia no acaba de ver con buenos ojos comprensiblemente.
Por fin, redoble de tambores y vamos a conocer a las nuevas delegadas de la prisión, las que formarán una especie de sindicato de reclusas, pero antes un pequeño flash-back que nos muestra por qué Nicky respeta y quiere tanto a Red como si fuera su propia madre, y es que en sus primeros días entre rejas fue la rusa la que acudió en su ayuda cuando el mono vino por ella.
Sin más dilaciones los resultados: Taystee, Chang, Ruiz y…adivinad quien es la representante de las blancas y no, no es Morello ni Tiffany.