Anteriormente en Mistresses: Joss y Alex estrechan su relación; April confirma que su marido la engañaba; Savannah se arrepiente de haberse acostado con Dominic; la relación de Sam y Karen empieza a dar un poco de miedo.

Alguien ha tenido un buen despertar:

Mira los tortolitos…

Harry le hace notar a Savi que hace días que pasa menos tiempo por el trabajo de lo que debería. Ay, Savi, Savi, que ya sabemos lo que te pasa…

Otro que es muy perceptivo es Jacob, el compañero de trabajo de Karen. Cada vez que esta tiene una crisis llena el despacho de papeles. Y Sam le debe estar perturbando mucho, porque el despacho es un desastre. Por si fuera poco, de repente aparece la mujer de su amante muerto para pedirle ayuda: su hijo ha dejado la universidad.

Las piernas de Joss aparecen en escena, y una señora dice la frase más tonta que he oido en mucho tiempo:

¡Vivan los peep-toes!

-‘Cómprese una falda más larga

¿Cómo? ¡Pero qué dice! Menos mal que Joss no tiene pelos en la lengua:

-‘Cómprese un niño más alto’

Todo el mundo en su oficina está muy alterado porque ha llegado un nuevo jefe. Decidida a suavizar el ambiente, nuestra chica entra a conocerlo a su despacho, y parece que le gusta lo que ve.

Lamentamos los infartos que esta imagen pueda provocar.

Haciendo gala de su don de lenguas (¿Alguien más ha rebobinado la escena diez veces como yo?) logra captar la atención del jefe, que le dice la segunda frase más tonta de lo que llevamos de capítulo:

‘Eso que llevas puesto no es apropiado para venir a trabajar’

¡Pero bueno! A mi me parece apropiado para cualquier situación, más que nada porque está GUAPISIMA. El caso, que así no va a lograr impresionarlo como a su predecesor.

Diga lo que diga, va monísima.

Como casi todas las personas que engañan a su pareja, Savi lo pasa fatal al encontrase con Dominic, y la perspectiva de meterse 150 horas de trabajo en un caso con él no le hace ninguna gracia, aunque él parece encantado. Más tarde, Savannah queda con Karen para contarle sus problemas. Yo esas horas se las facturaba, vamos, porque es un ni contigo ni sin ti: Quiero a mi marido pero Dom lleva una colonia que lo invade todo; estoy convencida de no hacerlo más, pero en realidad se que no voy a poder resistirme, y así.

A Joss le pasa como a nosotras: No entiende por qué su jefe pasa de ella con lo buenísima que está. Enmedio de su discurso de protesta, éste le manda un mensaje citándola a cenar en un hotel. Cuando llega a la cita, dress to impress, se lleva el chasco de su vida: No es una cita, es una reunión de trabajo. Más concretamente una reunión para reprocharle lo mal que trabaja. Joss se ofende muchísimo. No te preocupes, Joss, nosotras sabemos lo que tú vales. O nos lo imaginamos, vaya.

¡¡¿¿Qué??!!

Mientras, en el bufete, Savi y Dominic intentan trabajar. Y digo intentan porque, como era de prever, el asunto de su relación, o más bien el cambio que ha sufrido, sale en la conversación. Savannah quiere que vuelva a ser como antes. Y para conseguirlo, empiezan a enrollarse.

Típicas reuniones de abogados.

Se nota mucho que ella no quería que pasase más. Sobre todo por el liguero, prenda indispensable en las reuniones a solas con gente con la que no quieres acostarte.

Pero… ¡Sorpresa! ¡Es un sueño! Para alejar el sentimiento de culpa y retomar su relación con su marido, reserva una segunda luna de miel. Pero claro, Harry es un tipo responsable, y no puede abandonar dos semanas su puesto de trabajo, cosa que es justo lo que le conviene a ella.

Una escena que empieza con Yoko Ono sólo puede ser que surrealista. Y así es.

‘…El cristalino se me empaña…’

Karen se cuela en el apartamento de su amante muerto (cómo me gusta decir esto), que le trae muchos recuerdos de momentos en los que ella no estaba loca. Total, que iba para borrar su rastro, pero entre flashback y flashback, aparece Sam en casa, y Yoko se va rápidamente, olvidando sus gafas de sol. Buen trabajo, Karen.

April abre la puerta y se encuentra con ‘Hot daddy’, hay un momento bastante akward, debido a que April le dio plantón al pobre y no le había dado ninguna explicación hasta el momento. Intenta relajar la tensión contándole una milonga como un templo mientras él la mira con cara de ‘bueno, si, lo que tu digas’. Inventar cosas no es el fuerte de April, y se nota. Mientras, Yoko sigue traumada con la cagada de las gafas.

Joss entra en la tienda de April vestida de ejecutiva formal, para enseñarle la nueva casa que tiene que vender, a ver si con unos cojines y unos pequeños arreglillos puede hacer que la gente no se fije en la ‘silla artística’ que decora el centro del salón (también llamada wc). April le mira en plan ‘no hago milagros’, así que nuestra Joss, que es una chica con recursos, decide montar una fiesta en la casa para ver si así hay forma de venderla.

Si tú no me ayudas…

Karen recibe la invitación de Joss a la fiesta y decide que es hora de divertirse, así que invita a su socio para tomarse los dos un descanso.

Las chicas van llegando a la fiesta. Joss está algo alteradilla utimando detalles, esperando que tanto esfuerzo y gasto sirva de algo y se vaya esa noche con un comprador. Entretanto, algún invitado confunde la función decorativa de la escultura con otra… menos agradable.

¡Venga ya! ¡Que no es un water de verdad!

En ese momento de pequeña histeria llega Oliviere y le dice a Joss que como después de gastar tanto en la fiesta no venda la casa, se vaya haciendo a la idea de que está despedida… Definitivamente no nos cae bien este señor.

¡Pero qué me estás contando, Olivier!

Karen se está echando unas risas con su socio cuando no sabemos por qué el caaaansino de Sam le llama diciendo que está en el hospital y necesita su ayuda. Y Karen, que es como Teresa de Calcuta en inestable, corre en su auxilio.

Aunque parezca mentira, no está llamando al 091 para denunciar al stalker.

April se encuentra con ‘Hot daddy’ en la fiesta y, echándole coraje, le invita a una tercera cita, que espera por fin pueda tener lugar. ‘Hot daddy’ le hace la cobra, y le dice que ella aun tiene muchos asuntos que resolver y que no está preparado para eso. Sin ánimo de ofender, pero el hombre se nos ha cubierto de gloria: mira que sí que tu marido está muerto y tal, pero paso de movidas. Ante todo tacto.

De vuelta en la fiesta:

Joss: Oliviere, deberías saber que no conseguí una oferta esta noche.
Oliviere: Qué lástima (poniendo cara de: ¡lo sabía!)
Joss: Tengo 3 y preveo venderla por 100.000 dólares más de lo que pedíamos. ¡Ah! e iré a trabajar vestida como me de la gana. (¡¡¡Bazzinga!!! para Joss. ZAS en toda la boca para Oliviere)

(Muy fans de la señora guapa que no habla y sólo mira)

A esta señora nos referimos

April está un poco chof así que se presenta en casa de Savi a hacer las paces y ésta se derrumba con ella diciéndole que le encantaría volver a atrás para enmendar lo que pasó con Dominic.

Vemos a Karen dejar a Sam en casa, con una pequeña herida en la cabeza. Antes de bajarse le cuenta a Karen que se encontró unas gafas en el piso de su padre y se las devolvió a su madre pensando que eran de ella (¡oh oh!) y suyas no eran… Que tu marido muera y te enteres de que tenía una amante por unas gafas…es un show.

Y… después de despedir los últimos dos capítulos con Savi dale que dale, pues a la tercera va la vencida…Con dos rayitas de preocupación nos despedimos hasta la semana que viene. ¡¡¡OMG!!!

‘Bebé, bebé, pirata’