Paseando por las dunas

Llevo dos semanas un poco ausente en el blog. Seguramente habrán notado que no he posteado muchas noticias, ni los resúmenes de Venice o Chicago Fire. La cosa es que estuve media desaparecida porque ¡mis padres han venido a visitarme!. Los dos se han lanzado desde México hasta Canarias y yo he aprovechado para estar con ellos el más tiempo posible.

El caso es que en estos días estuve pensando que si alguien me hubiera dicho hace más de diez años, cuando salí del armario, que iba a vivir estas semanas no lo hubiera creído. Y por eso me pareció que era importante compartirlo con todas ustedes.

Como saben en un principio mi familia no se tomó bien lo de que yo fuera homosexual. Hubo muchas discusiones, lágrimas y demás porque ellos querían protegerme de algo que pensaban que no iba a ser bueno para mí y yo intentaba explicarles que seguía siendo la misma persona. Y a veces una está tan metida en esos momentos que no te das cuenta de que todo pasa. Y en mi caso no es solo que haya pasado sino que ¡mis padres son los mejores aliados que tiene mi familia!

Costó un poco llegar aquí, pero ahora la vida es estupenda y todos nos vamos de juerga y andamos viviendo la vida loca. Y Genix les cuenta sus aventuras, mi padre le hace bromas y mi madre nos presume.

Lo que intento decir es que las cosas sí mejoran y que si lo estás pasando muy mal en estos momentos debes tener siempre la esperanza de que las cosas van a cambiar. A lo mejor ahora mismo no lo ves porque todo parece estar de cabeza, pero si les das tiempo al tiempo, dentro de unos años estarás como yo, escribiendo nuevas páginas en tu vida que estarán llenas de felicidad. Es cuestión de seguir tirando y no darse por vencidas.