La semana pasada en Chicago Fire las cosas se le pusieron muy negras a nuestra Leslie Shay. La mujer se metió en el pozo más oscuro de la depresión pero afortunadamente Dawson entró al quite. Las chicas hicieron las paces y nosotras fuimos felices. ¡Shawson FTW!.
Esta semana el episodio comienza con el que parece ser el último día de trabajo del estación 51 de bomberos. Todos se reúnen y deciden que van a exprimir al máximo el día y a juntar a todos los bomberos amigos que tienen para intentar que no les cierren el chiringuito. Eso sí, en los descansos porque la gente no deja de accidentarse.
Ya en la estación Dawson aprovecha para echarse un rapidín con Casey y la verdad es que no despista muy bien. Shay la cacha de inmediato porque tiene que darle una carta que le ha llegado y se da cuenta de que trae la blusa por fuera.
Cuando termina de leer la carta, Dawson se lleva a Shay a la lavandería para contarle algo. Resulta que cuando empezó como paramédico, hizo el examen para la academia de bomberos. Como ha pasado tanto tiempo a la mujer ya se le había olvidado, pero la carta que ha recibido es la de aceptación. Vamos que ¡puede estudiar para ser bombera.
Shay se alegra muchísimo por ella y le da ánimos para perseguir su sueño, le dice que si hay alguien que puede es ella y que la estación 51 requiere algo de girl power.
Dawson no sabe si contarle a Casey, Shay le recomienda que lo haga, le dice que los secretos apestan y que él seguramente estará muy contento por ella y le dará buenos consejos.
Como Dawson sigue con dudas existenciales, Shay decide echarle un cable preguntándole a los chicos enfrente de ella qué piensan de las chicas bombero. Otis y Cruz dicen que no tienen ningún problema con ellas, que de hecho todo el mundo sabe que hay una chica bombero en una estación cercana que vale por tres chicos. Herrmann por otra parte tiene otra opinión, siente que las chicas no tienen el mismo físico que ellos y eso no ayuda cuando tienen que levantar un peso por ejemplo.
A Dawson el argumento le pone los pelos de punta (como a todas nosotras) y le sale lo valiente, así que le responde que las mujeres en todo caso podrían entrar mejor en un espacio pequeño y se arma la discusión. Gabriella decide cortarlo por la paz familiar y se va nefasta pero se lleva a Casey con ella para contarle lo de la carta. Igual Casey tampoco es que le eche un cable, le dice que debería hablar con más chicas bombero para que sepa realmente en lo que se está metiendo, porque le parece que a veces hace las cosas sin pensar. ¡WTF Casey!
Dawson le cuenta a Shay de camino a una emergencia que Casey no está muy de su parte que digamos. Igual no pueden hablar mucho porque llegan al lugar y se encuentran con una pareja completamente desnuda. Las chicas les piden que se pongan ropa pero ellos «no están avergonzados de sus cuerpos». En fin que aparentemente uno de sus amigos se lastimó un brazo, así que las chicas se suben en el elevador con ellos intentando mantener los ojos por encima de sus cabezas para no ver nada que se les quede en la memoria de por vida.
Cuando llegan arriba las chicas se encuentran a un tipo amarrado y suspendido en el techo. Al parecer estaban haciendo alguna especie de juego de bondage y les ha salido el tiro por la culata. Vamos que se les ha roto el mecanismo para bajar al chico y el pobre ha estado tanto tiempo ahí que la cuerda ha empezado a cortarle.
Al final nuestras chicas consiguen solucionar el problema como siempre, Eso sí, las dos solas no pueden con el peso del chico, así que tienen que pedirle a uno de los que llamó que las ayude a cargarlo. Un caso más que se llevan para su colección de casos misteriosos que les ha tocado pasar. Yo nunca olvidaré el de la víbora. Ese sí que dio miedito.
Ya en la estación Shay le dice a Dawson que mande a la mierda a Herrmann, porque la mujer está deprimida por no haber podido con el peso del hombre. Shay le recuerda que en lugar de entrar en pánico resolvió la situación de manera satisfactoria y que eso es lo que cuenta al final de los días. No todo el mundo puede mantener la cabeza fría como ella.
Al acabar el turno, todo el mundo se reúne y les llegan buenas noticias, Mills movió sus influencias y la estación 51 está salvada, así que tendremos Chicago Fire para rato. Shay aprovecha para darle otro empujón a Dawson y les dice a todos que su amiga tiene que hacer un anuncio.
Gabriela les dice que la han aceptado en la academia de Bomberos y Casey la mira como ¿ein? ¿y lo qué habíamos hablado? Pero afortunadamente hay otros menos pesados y todos empiezan a aplaudir, bueno todos menos Herrmann que sigue pensando que las mujeres no son tan buenas como los chicos. ¡Pesado!
Una nueva emergencia pone a todo el mundo en acción. Hay un incendio y personas atrapadas adentro. En un momento consiguen desalojar el edificio, pero justo cuando el jefe les dice que tienen que salir porque está a punto de derrumbarse, una señora dice que su bebé sigue adentro. Casey entra en acción y consigue sacarlo, pero al salir le cae un madero en la cabeza y se le cae el casco. El equipo entra a rescatarlo y consiguen sacarlo con vida, pero está muy mal así que lo llevan al hospital a toda velocidad.
El episodio se termina con Dawson mirando desde una ventana como operan a su chico. ¿Sobrevivirá? Eso lo sabremos en el próximo episodio de Chicago Fire.