Yo Lesbicanaria

Este post forma parte de Yo Lesbicanaria un espacio en el que invito a otras chicas lesbianas y bisexuales a quienes admiro a escribir un post como invitadas en el blog para mostrar lo diferentes que somos y que existimos lesbianas de todos los tipos. Así que denle la bienvenida a Paz Quintero.

Paz Quintero Yo Lesbicanaria

No pretendo sentar cátedra ni dar ejemplo, pero me gustaría compartir con vosotras una reflexión que me atormenta, me inquieta y me perturba. ¿Existe la heterofobia?

Nuestro colectivo ha sufrido, y sufre, un rechazo social y cultural por formar parte de “esas minorías” tan convenientes en tiempos electorales y tan olvidadas durante las legislaturas. Es decir, que nuestros impuestos vienen muy bien mientras que no abramos la boca y pidamos los mismos derechos que el resto de los que los pagan. Y los que pagamos somos todos: homosexuales, inmigrantes y sectores “olvidados” o vetados por los que quieren mantener al margen a todos aquellos que no entramos en los cánones morales/ideológicos de la “mayoría”. Es una realidad sobradamente conocida, que vuelve a brillar por estos tiempos del No-DO con filtro sepia que estamos viviendo. Yo de vosotras iría comprándome una mantilla.

No sé muy bien sin por pura defensa del bastión que nos queda, o bien por aquello del ojo por ojo, cada día hay más lugares en los que los que no son bien recibidos son aquellos que no forman parte del mundillo LGTB. Dentro del propio ambiente chuequil se hace notar la presencia non grata de personas heterosexuales. Es decir, que los propios homosexuales etiquetamos a los foráneos con frases como: “El amigo hetero de María” o “Esa es una hetero que viene a curiosear”. Y yo me pregunto… ¿por qué?

Da la sensación de que tenemos miedo a que nos arrebaten la zona de ambiente… Como si hubiera un plan establecido fríamente calculado. Sabemos que ese plan lo tiene la Alcaldesa de Madrid desde que nació, pero no hablo de ella. Hablo del ciudadano de a pie. Hay una especie de paranoia que flota en el aire, se huele el pánico a perder la identidad de Chueca… Si realmente Chueca es el estandarte de la Libertad sobran actitudes como ésta. Me parecen indignante eso de cobrar entrada a la lesbiana si quiere entrar a un local al que suelen ir tíos os viceversa (ojo, no me refiero a los lugares de encuentros sexuales, sino a pubs y discotecas en las que escuchar música, bailar y, si es tu noche de suerte, ligar). Eso es tolerancia. Eso es apertura de mente. Eso es abogar por la normalidad, haciendo más gueto. Sinceramente, a mí me da igual si delante de mi se enrollan dos tíos, dos tías o un chico con una chica. Si elijo un lugar así es porque no voy a coartar la libertad de nadie. De hecho, si no me gustasen esas actitudes, con no ir a ese sitio tengo bastante. Sí. Ya sé que habrá personas que entren para “mirar”, pero ese tipo de personas que todos tenemos en mente existen hasta en el metro. Y para eso está la virtud de ignorar.

Me encantaría que dentro de nuestro propio colectivo no hiciéramos esas selecciones, porque entonces perdemos toda opción lógica de reclamar a los demás lo que nosotros mismos no permitimos.

Paz Quintero

Yo Lesbicanaria

Guionista, escritora, actriz y supervillana. Sevillana afincada en Madrid. Autora de: «Un vuelo con escalas» (Odisea Editorial), «Siete Tentaciones» (Stonewall), «Enamórate» (Odisea Editorial), «Nos vemos en Chueca» (Amazon Kindle) y «Destino Programado» (Ed. La Tempestad). Déjate atrapar en mi tela de araña.

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