Este post forma parte de Yo Lesbicanaria un espacio en el que invito a otras chicas lesbianas y bisexuales a quienes admiro a escribir un post como invitadas en el blog para mostrar lo diferentes que somos y que existimos lesbianas de todos los tipos. Así que denle la bienvenida a Soy Del Ambiente.
Soy tan visible que, a menudo, pienso que tengo activado el modo spam. Me gusta la bandera de colores, salir por el ambiente y la lucha de poder en la penumbra de algunos de nuestros bares favoritos.
Las chicas malas gustan en la ficción, pero creo que la historia no es tan divertida cuando te toca vivirla a ti, a no ser que seas artista y utilices los momentos de tortura para crear arte.
En el ambiente estás condenada a la evolución. Cuando empiezas a salir, eres ese nuevo Pokémon que todas quieren conseguir por la novedad. Sí, siento decirte que el grado de simpatía de todas hacia ti nada tiene que ver con tu nivel de belleza. Ser anónima en algunos sectores es ganar puntos de inmediato, sobre todo porque no tienes enlaces en tu chart. Por lo general, la exclusividad gusta. Por eso debes tener cuidado y no volverte loca las primeras semanas. Puedes pasar de ser la nueva a ser el comodín. Y nadie quiere ser el comodín. O sí. No lo sé.
A medida que pase el tiempo tu mal humor incrementará. Las conocerás a todas y todas te conocerán a ti. Te darás cuenta de que el grado de conexión con cualquier lesbiana de tu alrededor no dista de una persona. Comenzarás a asustarte cuando tu chart parezca una telaraña. No se borra con tipex, lo siento, pero puedes ignorar algunos de tus errores para quedar mejor ante la gente. Suele funcionar.
Recuerda que a todas les encanta Shane en la ficción. En la vida real no pasa lo mismo. Todas salimos despavoridas cuando alguna entra en el bar. No queremos ser una más en su larga lista. Disimula. Sé discreta.
No quiero asustar a nadie. En realidad, esto es fruto de mi humor, que es un tanto extraño. Aunque lo que escribo es cierto, en el ambiente puedes encontrar gente maravillosa que te alegrará la vida, gente que te aportará y que hará que tu vida cambie a mejor.
Las chicas malas no somos tan malas. Podemos dar un poco de miedo porque solemos escondernos en la esquina más oscura del bar de turno para analizar los movimientos del resto. Somos una mezcla entre vampiresa y osito de peluche, un cóctel molotov en toda regla. Una trampa mortal.
Hace seis años que navego por aguas lésbicas nocturnas y sé que he pasado por muchas fases. Algunas malas y otras muy buenas. Lo único que tengo claro es que ser yo misma y relacionarme sin miedo me ha permitido llegar hasta la felicidad más absoluta. Y eso, a mis 23, es el mayor logro de mi vida.
Te tiendo la mano a ti que tienes miedo, que no puedes vivir como quieres. Te invito a reír, a bailar, a vivir sin miedo. Te escribo, a ti desde la esquina más oscura del bar. Yo te veré antes, pero eso ya lo sabes.
¿He dicho ya que me encanta el ambiente? Me encantan las mujeres y, aunque siento que me repito, sé que es algo que no pararé de decir hasta que la gente deje de poner cara de sorpresa.
Nos queda mucho camino por recorrer… ¡Sacad las brochas y los pinceles, que nuestro camino es multicolor!
Soy Del Ambiente
Periodista. Un día me perdí por el ambiente y jamás logré salir. No creo en la objetividad, pienso demasiado y siempre hago y digo lo que quiero. Tengo un morro que me lo piso, por eso escribo y grabo vídeos que, a veces, no tienen sentido.
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