Este post forma parte de Yo Lesbicanaria un espacio en el que invito a otras chicas lesbianas y bisexuales a quienes admiro a escribir un post como invitadas en el blog para mostrar lo diferentes que somos y que existimos lesbianas de todos los tipos. Así que denle la bienvenida a Eli.
¿En algún momento se han preguntado, qué estamos haciendo para ayudarnos a nosotras mismas y exigir ese respeto e igualdad (que por derecho, obviamente deberíamos de tener)?#8230; Para comenzar debo recalcar que cada una tiene sus propios valores, su forma de vida y percepción. Estar sumergida en el “ambiente” (se denomina así al mundo gay en México) tiene sus ventajas y desventajas, en mi experiencia y por lo que he visto, se debe de tener cuidado con quien vamos a relacionarnos, porque cuando decides conocer chicas, puedes encontrarte desde luego a tu Sensei, esa chica “sabelotodo” que es una biblia lésbica hecha y derecha, que te explica cómo está el asunto cuando tu eres una simple mortal y hasta si tus expectativas por “conocimiento” son demasiadas, pues te puede enseñar muchas cosas, muchas… (bueno, eso lo dejo a su imaginación).
Por otro lado, puedes toparte con las intensas que querrán probarte ya que sólo te verán como “postre con pies”, a ellas solo les interesa presumir que ya obtuvieron todo contigo, si, todo me refiero a todo señoritas y su objetivo es agregar tu nombre a su “lista de acostones 2008-2014” que se actualiza diariamente vía Facebook, también se encuentran las don Juanas que intentarán añadirte a su grupito llamado; “Lígate a cualquier falda, inscripciones gratuitas”, si, esos dos últimos tipos de malvadas al estilo casi Disney o de novela Mexicana nunca faltan…
Esto no quiere decir que sean las únicas categorías de mujeres que estén en el ambiente, porque habrá demasiadas más, ni tampoco se trata de elaborar un etiquetado, mucho menos hacer una generalización, simplemente es a lo que he percibido en este entorno. Pero, si tienen la gran suerte como yo, encontrarás también a tu grupo de amigas con las que puedes compartir tus historias, las que son tu hombro cuando tengas depresión “post-me termino la novia”, esas que estarán para ti y te entenderán mejor sin duda alguna, serán tus consejeras y te ayudarán a ver y construir un nuevo ambiente, un lugar más sano y estable.
Vivo en León, Guanajuato, una de las ciudades más “mochas” (moralistas y persinadas) de mi México, el catolicismo reina y la doble moral ni se diga, aunque vamos poco a poco ganando lugar en que la homosexualidad sea aceptada, falta mucho por trabajar y conseguir buenos resultados para lograrlo por completo. El mundo gay aquí está catalogado como una región XXX, una película pornográfica escondida debajo la cama, un lugar donde todas las lesbianas andamos con todas (si, al estilo telaraña de The L Word), donde no existen los compromisos ni mucho menos la estabilidad, digamos que en resumen, es el estado puro del libertinaje. Obviamente no todas compartimos ese tipo de mentalidad, porque no hemos entrado en ese juego de interpretar ese rol, pero ¿qué estamos haciendo como mayoría para cambiar esa imagen tan impuesta que se nos tiene?.
No quiere decir que le demos peso o importancia a lo que piensen de nosotras, pero si queremos y exigimos respeto, aceptación y demás cosas, debemos de empezar por nuestra persona. Existen marchas que se organizan del orgullo gay cada año, ¿con qué propósitos?, esa pregunta quizá ya no la podemos responder con seriedad, quizá con buenas intenciones y de forma inocente podría decir que es para “exigir igualdad, derechos, etc.” pero, el comportamiento de la gran mayoría en dichos eventos dan como resultado algún tipo de carnaval (al menos en mi país), son sencillamente para ir a ver que ligan, gritar de todo sin algún propósito de defensa, dar un gran espectáculo de entretemiento, exhibisionismo, etc. y los verdaderos objetivos de las marchas han sido distorsionados desafortunadamente.
Con seguridad puedo decir que ninguna de nosotras elige despertar un día y decir, ¡hola mundo, hoy seré lesbiana!, ninguna le gustaría ser discriminada o traer un letrero en la frente el cual diga “Háganme bullying, porque me enamoré de una mujer”, muchas adolescentes que están descubriendo su sexualidad tienen temor aún de salir del clóset y además cuando están en ese proceso, buscan amistades o por lo menos chicas con quienes sentirse identificadas.
A todo esto, les añado una pequeña anécdota, hace un año y medio aproximadamente, en unas platicas informativas para lesbianas, llegó una chica entre 15 y 17 años de edad, ella muy temerosa apenas se acercaba al conjunto de mujeres que estábamos presentes en aquél pequeño salón, estaba realmente muy nerviosa y apenas volteaba a ver a las coordinadoras de dicho evento, hubo quienes la miraron y entre susurros pronunciaban “¡Caray, carne nueva!”, muy dispuestas al término de la reunión ir de “cacería” hacia esta chica, yo me encontraba escuchando algunos comentarios sobre el tema que se estaba abordando en ese momento, cuando en un abrir y cerrar de ojos, la chica ya no estaba, se había esfumado… Quizá el temor le ganó, es normal, pero sólo estoy haciendo una suposición, lo que trato de decir, es que muchas cuando inician a entablar relaciones, no saben como pedir ayuda o en este caso, si la chica se hubiese quedado, se esfumaría de igual forma con la actitud de algunas mujeres intensas que estaban presentes en dicho lugar, ¿no lo creen?.
Soy de la idea que para hacer un cambio y que este trascienda, es necesario empezar por nosotras, el respetarnos, valorarnos, aceptar lo que somos y crear una buena autoestima para tener las herramientas necesarias y enfrentar cualquier tipo de prueba que se nos atraviese, nada es sencillo, pero también en el ambiente, existimos esas mujeres que les interesa avanzar, luchar por sus ideales, demostrar que también somos estables, que les gusta comprometerse, ayudar en lo que esté en sus manos para realizar pequeños cambios que con el paso del tiempo formen uno grande.
Cada una tiene su propia historia, quizá a unas les ha ido mejor que a otras, muchas personas se cruzan en nuestro camino y de ellas poco o mucho obtienes un aprendizaje, lo importante aquí es que todo se encuentra en las acciones, porque si queremos algo, ¿qué es lo que hago para obtenerlo?, habrá que romper paradigmas propios e impuestos por los demás, porque por poner un ejemplo; si no queremos ser discriminadas, no seamos ese tipo de lesbiana que discrimina a otras por su apariencia física y más factores, si queremos ser respetadas, primero hay que valorarnos y respetarnos, analizar nuestro comportamiento, en cómo y de que manera nos relacionamos, en qué hacemos para verdaderamente ayudarnos, desarrollar más empatía entre nosotras, porque si queremos que nos tomen en serio, entonces hay que demostrarlo primero con nuestra actitud, porque al final son las acciones las que nos definen.
Co-fundadora del blog BugaTuAbuela.com (BTA!), lesbiana desde nacimiento, diseñadora gráfica e ilustradora, vegetariana, melómana, adicta a los pays, caminar y al café.
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