La semana pasada en Chicago Fire a nuestra querida Leslie Shay se le juntaron las «compañeras». Dawson se pasó a visitar la estación y Rafferty no se lo tomó muy bien, sobre todo porque la morenaza se la pasaba intentando mangonear. Lo bueno es que al final se hicieron amigas y Shay decidió que quería hacer una noche lésbica en Mollys. ¡Todo bien en Chicago! ¿Seguirá igual este episodio? ¡Esperemos que sí!
El capítulo comienza con una emergencia, así que todo el mundo en bomberilandia se lanza en picado para ayudar. Resulta que a un hombre que estaba trabajando, se le ha atorado el brazo en la maquina y casi que se lo arranca. Nuestras chicas ponen cara de preocupación mientras el equipo bomberos intenta sacarlo porque como no consigan hacerlo pronto el hombre tiene un futuro muy negro por delante. Pero al final del día todo sale bien y nuestras Shafferty consiguen llevar al herido al hospital a tiempo.
No están ustedes para saberlo ni yo para contarlo chicas, pero resulta que Severide le dio una paliza a un malo malote en el episodio anterior y en venganza el mono ha secuestrado a su hermana. Aparentemente la policía hace lo que puede, pero nuestro guapote decide que eso es poco para él y va poner manos a la obra para encontrar él mismo a su hermana. Esto solo es importante en el universo lesbicanario porque Shay lo conoce más perfectamente y en cuanto ve que se anda escaqueando del trabajo adivina sus intenciones.
Severide termina confesándole que sí, que se va en búsqueda de su hermana y ella lo intenta convencer de que lo deje en manos de la policía porque tiene miedo de que algo le pase.
Severide: Shay si fueras tú quien estuviera desaparecida ¿querrías que me quedara aquí simplemente esperando?
Shay: No, querría que estuvieras ahí afuera. Solo… ten cuidado ¿vale?
Al final, unas cuantas palizas después, Severide encuentra a su hermana y Shay puede volver a respirar tranquila.
Por la noche, a Shay le toca ayudar en Mollys y la noche no está siendo agradable para ella. Nuestra rubia está nefasta porque Clarke casi no ha bebido nada y nada más le está ocupando la mesa junto a sus dos amigotes que encima solo beben leche. ¡Leche! ¡Leche en un bar! Con razón nuestra chica está indignada. Lo dicho, ¡noche lesbicanaria en Mollys! Seguro estas cosas no pasarían.
En fin cuando llega la hora de pedir la cuenta, Clarke decide que invita él, así que uno de los chicos que va con él pone la propina y le da a Shay dos boletos para ir al Hockey. Algo que a nuestra rubia no le hace la más mínima gracia porque ella necesita pagar la renta y no cree que unos boleto sean de mucha ayuda. Todo esto mientras Clarke y los chicos se parten de risa.
Shay se queda de muy mal humor, pero entonces Cruz que iba entrando justo en ese momento la informa de que los dos que acaban de salir son estrellas de un equipo de hockey de la NFL. Vamos, que los boletos que tiene en la mano puede que valgan más que mil propinas juntas, pero ella está tan nefasta que ni se entera.
Al otro día, el equipo Shafferty recibe una llamada de emergencia solo para ellas. Así que las dos se lanzan a responder. Como el camino es largo, se ponen a hablar en la ambulancia de un tema de conversación muy interesante.
Rafferty: Escuché que quieres organizar una noche «lesbo» en Mollys.
Shay: Me lo estoy pensando ¿sabes? Las lesbianas son poco bebedoras, se necesita una manada de hombres para sacar dinero.
Rafferty: Eso no lo sabía. (Viendo que Shay se la queda mirando) ¿Qué?
Shay: Es que pareces… inusualmente interesada.
Rafferty: No estoy interesada.
Shay: ¿Estás pensando en salir del armario conmigo Rafferty? Porque si eso es lo que…
Rafferty: ¡Solo sigue manejando!
Lo que hace más gracia de toda esta conversación, es que, más allá de las clásicas discusiones que siempre tienen estas dos, Rafferty sí parecía muy interesada en «la noche lesbo», así que hay esperanzas lesbicanarias en el universo señoras. Aquí hay chicha.
Pero no todo es diversión en Chicago, las chicas llegan por fin a la oficina desde la que les habían pedido ayuda y se topan con un hombre que apenas puede respirar. Shay se acerca para auscultarle y el hombre la empuja con la mano y empieza a rezar. Rafferty entonces parece entender y le pregunta si se está negando a recibir ayuda médica por razones religiosas. Él asiente y ella le dice que respeta sus creencias, pero que una vez las han llamado, tienen que tomarle por lo menos los signos vitales o las corren de su trabajo, así que él accede a que le echen un vistazo.
En cuanto lo revisan se dan cuenta de que el hombre está sufriendo un edema pulmonar agudo y que como no lo ayuden pronto va a palmarla. Rafferty le explica al chico precisamente esto, pero él les responde casi sin aire que es la voluntad de Dios. La cosa se complica, el chico entra en un estado muy grave, así que Rafferty le dice que le queda un minuto, que solo necesita que asienta con la cabeza y ellas podrán ayudarlo, pero él se mantiene fiel a sus convicciones. De repente sufre una especie de espasmo y Rafferty dice que ha dado el consentimiento, Shay le responde que eso ha sido otra cosa, pero la morena le dice que el chico quiere vivir y que tienen que actuar ya, así que ponen manos a la obra y le salvan la vida.
Rafferty: Algunas personas necesitan ayuda, aunque no se den cuenta de ello.
Awww señoras… a medida que van pasando los episodios me gusta más Rafferty. Se ha ido ganando mi corazoncito poco a poco. ¿El de ustedes también?
Por la tarde, vemos a Shay que aún sigue renegando porque su propina de Mollys fueron boletos, entonces Cruz les echa un ojo y se da cuenta de que cada uno vale unos 800 euros. Eso la pone de mejor humor porque entonces decide que los va a vender en línea para comprarse unos Jimmy Choos. Impactada me hallo señoras, jamás pensé que Leslie Shay fuera una chica de zapatos. A partir de ahora veré sus botas con otros ojos, porque estoy segura que no lo ha dicho por los taconazos.
Su línea de pensamiento se ve interrumpida porque por la ventana ve a Rafferty discutiendo con alguien. A Shay no le gusta que hagan enfadar a su nueva novia 😛 así que sale pitando a ver que demonios está pasando. Rafferty le cuenta que el hombre que acaban de salvar ha puesto una queja y por tanto la tienen en «revisión». Shay se indigna inmediatamente porque si no fuera por Rafferty el tío estaría tres metros bajo tierra, ya podría estar agradecido y le dice que se tienen que lanzar con todo a apelarla. Shay está dispuesta a gritar a los cuatro vientos que el hombre dio su consentimiento por Rafferty, pero la morena le pide que lo dejen estar y vean como se va desarrollando la cosa.
Por la noche, cuando Shay entra en los vestuarios, se encuentra a Rafferty haciendo la maleta y despejando su locker. La mujer le pregunta qué ha pasado y la morena le dice que le han caído seis meses de suspensión. Shay no se lo puede creer y le dice que aún pueden apelar, pero Rafferty le dice que ya ha pedido que Dawson la reemplace (porque por circunstancias terribles la pobre no pasó el examen de bomberos).
Rafferty: Shay… he pasado los últimos seis meses intentando que mi prometido regrese de la tumba. Necesito un tiempo.
Shay: Vale, pero hay mejores maneras que la de que te suspendan ¿sabes?
Rafferty: Sí, pero tú y yo seguramente hubiéramos terminado teniendo una pelea gigantesca más temprano que pronto y luego tendríamos un divorcio horrible. Ya sabes.
Shay: Cierto, probablemente tengas razón.
Shay le dice que la va a abrazar y Rafferty bromea haciendo cara de «¿en serio? ¿tengo que soportarlo?», pero las dos sonríen mientras se dan ese abrazo del amor y se despiden.
Yo jamás pensé que diría esto señoras, pero ¡me trauma que Rafferty se vaya! Osea cuando por fin parecía que la cosa iba a avanzar entre ella y Rafferty y nos la sacan. ¡Sufro mucho! Y miren que yo amo a Dawson, pero más que sentirme feliz por su vuelta me he traumado porque se nos va la nueva paramédico. ¡Raffertyyyyyyyyyyy!
En fin el episodio termina en Mollys, cuando descubrimos que Shay no ha vendido los boletos en línea, sino que al más puro estilo de Coyote Ugly, la mujer se sube a la barra y los rifa para conseguir dinero para la biblioteca de una escuela, pero lo mejor fue su motivo:
Shay: Gracias a todos por haber venido y ayudar a juntar dinero para comprar libros para la nueva biblioteca. ¿Saben? A veces la gente necesita un poco de ayuda, aún si no lo saben.
Todo esto mientras Rafferty la mira orgullosa desde una de las mesas. ¡Awwwww! Al final las personas que menos pensamos son las que dejan una influencia más grande en nosotras ¿no creen? ¡Raffertyyyyy vuelve algún día por el amor de las diosas! Igual Shay recibe un premio de consolación, porque los jugadores al escuchar que había rifado los boletos por una buena causa le regalan otros cuatro para que se lleve a todos los dueños de Mollys con ella.
¿Cómo vieron este episodio chicas? ¿Sufrieron tanto como yo por la marcha de Rafferty o están emocionadas porque vuelve Dawson? Espero sus comentarios.