En nuestro último resumen de Orange Is The New Black conocimos la triste historia de Poussey, aún no descubrimos como es que que fue a dar con sus huesos a la cárcel, pero sí que es políglota, que es hija de un soldado y que desde muy joven ha batallado por defender la persona que es. Es una historia que nos llega al corazón porque muchas de nosotras podemos identificarnos con esa lucha constante ¿verdad? Este episodio nos vamos a centrar en conocer la vida de otra integrante del «ghetto». ¿Listas para descubrir qué hay detrás de Black Cindy?
El capítulo comienza con las chicas del guetto (excepto Poussey) trabajando duro en el fino arte de liar cigarros. No, en serio, es un arte. Yo tengo una amiga llamada San que es una auténtica experta en estos menesteres y un día intentó enseñarme con horrorosos resultados. Pero olvidemos ese triste momento de la historia. Las chicas están comentando el dineral que se gana Vee con este negocio. La mujer se gana el 90% del dinero que se está ganando. ¡Es un muy buen negocio para ella!
Black Cindy no está contenta con el 10 por ciento que se tienen que repartir entre todas las demás, porque le parece que el riesgo que asumen es mayor que el de Vee. Pero la jefaza le dice que o se conforma o tiene una puertita bien grande por la cual salir pitando, así que la mujer se calla y sigue dándole duro al trabajo.
Mientras tanto, Caputo está dándole una buena regañada a todos los guardias por el fiasco de Jimmie, que como vimos el episodio pasado, encontró una manera de fugarse de la cárcel. El hombre está tremendamente nefasto porque cree que no hay autoridad en la cárcel, así que les dice que todos tienen que ser más duros y que todos los días tienen que entregar su reporte con al menos 5 amonestaciones puestas. ¡Se avecinan problemas señoras!
De hecho los notamos de inmediato porque Black Cindy se lleva el primero de corbata por haber llegado tarde al conteo, aunque todavía faltaba un poco de tiempo para que se diera la hora. Encima luego dejan que White Cindy pase sin ponerle infracción, así que la mujer se queja y acaba en el suelo porque el guardia está nefasto también. Vamos que la tensión se palpa en el aire.
Todo esto nos lleva al pasado para ver cómo se las gastaba Black Cindy antes de entrar en prisión y déjenme decirle niñas que se lo pasaba bomba. La mujer trabaja como agente de seguridad del aeropuerto, sí, esa mujer con mala cara que a veces te toca cuando quieres viajar y te trata como si fueras asesina múltiple. Además, al ser hetero, se dedica a manosear al personal de manera poco apropiada, a robarse cosas de las maletas (incluyendo vibradores) y a manejar un carrito por el aeropuerto a toda velocidad mientras se roba dulces de las tiendas. ¡Es todo un personaje!
Volvemos a la cárcel para ver a Andrew (el que quiere hacer el reportaje) hablar con Piper en la sala de visitas de lo que quiere conseguir con su artículo. Ella le dice que las finanzas, aunque importantes, no son el principal problema de las presas. Que reciben abuso por parte de los guardias y la administración por ejemplo, pero me temo que esos temas no son importantes para el gran publico. Vamos que la gente lo pasaría de largo. Ahora si les dices que alguien se está robando sus impuestos probablemente pongan más atención y es por eso que, aunque sea menos humanitario, quiere concentrarse en ese tema. Piper le responde que para conseguir la información que necesita, ella tendría que ponerse en riesgo, y eso es algo que no piensa hacer, sobre todo ahora que está intentando conseguir permiso para salir a visitar a su abuela.
Red por su parte le manda un mensaje en clave a Sophia: «ha conseguido plantar violetas». Gloria, que era la clienta de Sophia en ese momento no entiende nada, nosotras tampoco, pero como sabemos que Red está metiendo mercancía ilegal nos imaginamos que tiene que ver con eso.
Taystee convoca a Nicky en los baños para enseñarle su nueva mercancía. Nicky va ahí en plan dudativo, y la duda aumenta cuando Taystee le saca un paquete de tampones, pero dentro del recipiente del tampón está el cigarro y eso sí que hace que le cambie la cara y pague con gusto un buen número de sellos (la moneda del lugar).
En el invernadero, el grupo de Red está discutiendo sobre las cosas importantes de la vida. Cosas como el que la historia en la película de Ratatouille sea posible o no. Porque aparentemente el código de salud americano no permite que las ratas abran restaurantes ¡serán pijos! Igual lo realmente importantes es que Sophia se pasa por ahí y Red le entrega las «violetas» que parecen ser lijas de uñas, una especie de bálsamo y ositos de goma. Parece que Red está de nuevo en el negocio de las importaciones señoras.
Por cierto, la cárcel entera está fumando con el nuevo contrabando de Vee, creo que no hay prisionera en el lugar que no le esté dando duro.
En la cocina, Gloria está muy enfadada porque aparentemente, las latinas de la cárcel son incapaz de hacer un buen arroz con frijoles. ¡Desgracia total! Pero igual el tema de esta conversación se pierde rápidamente porque entra Bennett con las cosas que le han pedido.
Flaca: ¡Santa!
Aleida: Que le den a Santa. Bennett es más guapo y viene aunque hayas sido una niña mala.
El guardia le da a Flaca un iPod, pero no con la música que pidió porque es el de él y lo quiere de regreso después de un tiempo. Blanca pregunta por su teléfono, pero eso está fuera de discusión totalmente. Las chicas están contentas pero quieren más, así que se piden porno, pero y cito: «del bueno, no esas mierdas japonesas». De hecho Flaca preferiría que fuera porno gay porque así «no explota a las mujeres» XD.
En el comedor, Soso sufre porque es vegetariana y no hay comida adecuada para ella. Piper intenta convencerla de que en las presentes circunstancias cualquiera optaría por comer carne, pero ella sigue firme en sus ideales y decide comer lo poco que pueda. Piper de paso intenta investigar sobre los proveedores de los alimentos de la cocina, pero no consigue información, lo que si se lleva es dos nuevas «reporteras» para su revista, porque Daya y Flaca se apuntan.
En su mesa, la hermana Ingalls mete su pan en la servilleta como lo lleva haciendo desde hace siglos. Pero con todo el dolor de su corazón Fisher le mete una advertencia porque tiene que rellenar su cuota. Eso sí, lo hace con una cara de culpabilidad que creo que tendrá pesadillas esta noche.
Piper se topa con Jimmie que está intentando chupar su chuleta porque no ha podido cortarla. Al ver lo que está batallando, la rubia se ofrece a ayudarla. Jimmie entonces la confunde «Roberta» que creo que en su tiempo fue la chica que le ayudaba.
En el guetto, Black Cindy está cobrándole a otras presas los cigarros en especie. A Angie la pone a limpiarle su espacio, a Diaz le cobra un tarrito de mermelada. Son todo beneficios para ella, pero no sé porque sospecho con el pecho que a Vee no le va a hacer ninguna gracia.
Lo que nos lleva al pasado para ver a Black Cindy llegar a la casa de su madre más feliz que una lombriz y lista para celebrar el cumpleaños de su hermanita pequeña. Como es la hermana más cool del universo le regala un iPad, cosa que deja flipando a la peque y también a la madre.
Cindy le propone a la peque llevarla a tomar helado, pero a su madre no le hace gracia la idea. Cindy jura y perjura que cuidará muy bien de ella y al final la mujer cede, pero cuando se van revisa el iPad y se topa con las fotos de una familia de ascendencia oriental. Vamos que Black Cindy se ha robado el iPad que le regaló a su hermana.
De vuelta en Lichtfield, Morello se pasa a visitar a Piper para preguntarle si ella también puede participar en el periódico, eso sí, no tiene muy claro qué podría aportar. Piper acepta encantada le propone que escriba una novela romántica en capítulos, pero Morello quiere alejarse de todo lo que le grite amor por las razones que todas nosotras sabemos, lo que las lleva a una conversación interesante sobre como el mundo exterior sigue con sus vidas y las de las que están adentro parecen congeladas. Después de pensarlo dos minutos, Piper le propone que haga una columna de belleza y Morello acepta encantada.
Nicky se pasa por la biblioteca para tratar de comprar más cigarros pensando que Poussey también los vende, pero la mujer le dice que ella pasa de meterse a hacer negocios con Vee porque piensa que cuando la cosa se ponga fea, la única que no saldrá embarrada será Vee, así que pasa un kilo.
Pero Nicky ve más allá de lo evidente y es una persona muy inteligente, así que decide darle el siguiente discurso:
Nicky: ¿Sabes eso que le pasa a todas las lesbianas en la secundaria? Que nos enganchamos en una relación de amistad super intensa con una chica hetero. Y nos convencemos a nosotras mismas de que nos vale solo con la amistad ¿verdad? Hasta que se consigue un novio… Entonces odiamos al pobre bastardo con el calor de mil soles. En plan: «no es digno de ti» o lo que sea cuando en realidad es un buen chico. Porque lo que realmente pasa es que estamos enamoradas de nuestra mejor amiga.
Pousey: ¿Por qué todo el mundo piensa que estoy enamorada de ella? No lo estoy.
Nicky: Claro…claro (con ojos de mientes con todos tus dientes) digamos que no. Pero en el remoto caso de que sí sintieras algo por ella, resulta que odiando a su novio solo vas a conseguir alejarla. Tienes que tragártelo y conseguir caerle bien. Jugar al poker, ver el padrino diez veces o lo que sea.
Ah… mejor no hablar sobre lesbianas enamoradas de su mejor amiga hetero, porque ahí podríamos escribir unas cuantas biblias.
Cambiamos de zona para ver a las latinas descargando provisiones. Bennett se acerca a ellas para decirles que ya no les va a pasar más contrabando. Maritza lo amenaza recordándole que pueden meterlo en muchos problemas si sueltan sopa con lo del embarazo de Daya. Pero me tema que Bennett sabe muy bien que, como guardia, su palabra vale mucho más que las de ella, así que más bien les dice que les va a meter una advertencia a todas y cuando Maritza vuelve a protestar se la lleva al SHU para asombro de todas las demás. La verdad me dio mucha cosa ver a Bennett en ese plan porque, vale, siempre ha sido el «tío bueno» de la prisión, pero cuando las cosas se le ponen feas por lo visto no tiene ningún problema en aprovecharse de las chicas tanto como cualquier otro para solucionar la situación.
Caputo mientras tanto, está intentando convencer a Piper de que tendría que tener una columna en su periódico en la que se entrevistara a alguien de administración (los guardias, Healey, etc) para humanizarlos. Obviamente a ninguna presa le interesa leer sobre sus vidas, pero Piper se está haciendo muy buena en esto de jugar el juego de la cárcel, así que decide darle luz verde a la columna y empezar por entrevistar a Caputo, que obviamente queda encantado.
En el mundo exterior, Polly se aparece en la casa de Larry para decirle de todo por aquello de que la besó. Larry se disculpa, pero Polly no está tan convencida de que haya sido tan mala decisión, sobre todo porque ahora que su marido se fue a buscarse, los dos pasaron momentos geniales juntos. El caso es que al final los dos terminan enrollándose y dándole al fornicio.
Big Boo se pasa por donde anda Red para pedirle que le consiga uno cerillos. La jefaza le dice que no entiende para qué los querría y Big Boo suelta sopa sobre el negocio de Vee. Red se niega a conseguirlos porque ya sabemos que tiene una política muy estricta con todo aquello que provoque adicción. Big Boo se nefastea, patea una silla y termina con una advertencia. ¡Vamos que a este paso todas van a terminar en el SHU!
En la biblioteca Piper, Morello, Daya y Flaca están trabajando en el primer número de la revista. Daya se ha currado un cómic en el que un grupo de animales está en la cárcel y que es obviamente una parodia de la gente que trabaja ahí. Flaca por su parte, va a preparar una columna en plan responder preguntas. Y es divertida la dinámica que se genera y la forma en la que rompen estereotipos sobre las latinas en este episodio. Primero, Flaca describe su gusto musical que se aparta totalmente de lo que la gente considera regular y en este tramo, Flaca demuestra que su conocimiento sobre la gramática del inglés super por mucho el de Morello por ejemplo. Es un detallito, pero es la clase de cosas que hacen que Orange Is The New Black sea tan genial. Todos los personajes tienen algo que va más allá de esa primera capa que nos dejan ver.
Por cierto, mientras están en ello, Jimmie se acerca a su Roberta (Piper) para decirle que la están siguiendo. La mujer está como una cabra, pero en este caso tiene razón y es que Caputo puso a Bell a perseguirla para tratar de descubrir por donde se escapo.
Vee y Taystee viven su vida loca cuando Cindy entra. De inmediato, Vee le pide su parte de las ganancias, pero como todas sabemos, Cindy no tiene los sellos porque ha cambiado su mercancía por favores. Vee, que no se anda con chiquitas le manda a freír espárragos y como castigo la manda a limpiar pero Black Cindy se niega. Ahora le falta una vendedora, así que Vee decide darle entrada a Poussey y nuestra chica, pensando en lo que le dijo Nicky decide aceptar pensárselo. Cindy se enfada y le dice a Vee que a ella no la asusta. Yo la verdad si estoy asustadita porque a mí Vee me da muy mala espina
Esto nos lleva a un recuerdo en el que vemos a Cindy con su hermana paseando por el barrio en el coche hablando sobre como le va a la peque en la escuela. De repente se topan con un amigo de Cindy llamado Martin que aparentemente acaba de salir del talego. El tío la invita a subir a su casa y ella acepta y deja a la peque en el coche prometiéndole que no tarda ni cinco minutos en bajar, pero absolutamente todas nosotras sabemos que miente con todos sus dientes.
A Daya generalmente no la vemos de malas pulgas pero aparentemente, el hecho de que Bennett decidiera mandar a su amiga al SHU no le ha hecho nada de gracia. Daya lo mete en el closet con ella y le dice que las chicas jamás hubieran ido con el chisme, pero él insiste en que no podía arriesgarse.
Daya le grita que entonces le de una advertencia también a él y empieza a insultarlo y a empujarlo para provocarlo. Pero él insiste en que jamás le haría eso. Ella entonces le dice que l osabe, pero el problema es que podría hacerlo, que ahora elige otra opción pero obviamente la dinámica de poder que podrían tener es terrible y es la razón por la que este tipo de relaciones está prohibidas. El momento en el que Daya le dice: «Tienes opciones. Tienes el poder. Yo soy una reclusa. Yo no tengo nada» es muy impactante por eso, porque a pesar de que nos presentan esta relación como «amor» y él desde luego no le desea ningún mal, no tienen un balance. ¿Y si todo va mal? ¿Y si Daya llega a un punto en el que ya no quiere estar con él? ¿Qué haría Bennett? Ahí está el problema.
Mientras tanto, en otra parte del planeta, Figs está hablando con su marido sobre la campaña que están llevando a cabo. El asistente de su marido entra al cuarto a darle cierta información y está más que claro que los dos tienen una relación más allá de lo amistoso, vamos que el gaydar me pitó tanto que por un momento pensé que se me había descompuesto.
Figs está estresada por aquello de que el periodista anda investigando, y claro, ella ha metido el dinero que se ha robado en la campaña del marido. Él le dice que se relaje, que no encontrarán nada y que pronto estarán viviendo su vida loca con un par de pequeños rondándolos. Ella no está muy convencida de que ese sueño pueda hacerse realidad, sobre todo la parte de los niños, porque para eso se necesita seguir ciertos pasos, uno de ellos es tener sexo y ellos dos llevan meses sin darle vuelo a la hilacha. ¡Auch! Si no fuera tan perra hasta me daría penita.
Por la noche, Black Cindy se despierta y se topa con Vee mirándola fíjamente. Yo hubiera gritado a tope pensando que el mismísimo demonio envuelto en huevo se me había aparecido, pero Cindy bromea para demostrarle a Vee que no le tiene miedo. La jefaza eso sí, le dice que todo para ella es una broma y que se da cuenta de que vive en el presente. También le dice que eso significa que no tiene ambiciones y si no las tiene es porque se ha dado por vencida y sabe que no tiene futuro. En resumen: es una perdedora. Y sin más se pira dejándola con la pedrada en toda la cara.
Nos vamos al pasado para ver a Black Cindy discutiendo con su madre, porque ha llegado tardísimo y la peque olía a marihuana. Cindy alega que no la dejó fumarla, pero claro, ha llegado de madrugada y obviamente en un ambiente sano no la ha tenido. Su madre está super nefasta y le dice que sabe también que se robó el iPad. Entonces Cindy pierde los papeles y grita que ella puede hacer lo que se le venga en gana con su hija.
Su madre no se achanta y le dice que perdió el derecho de llamarla hija cuando la abandono. Cindy amenaza con contarle la verdad a la niña y su madre le dice que lo haga, pero que si se lo cuenta va a tener que ser madre a pleno derecho y ser ella la que la mantenga, la lleve a la escuela y la cuide siempre, no nada más vaya una vez al año a visitarla. Cindy se queda llorando en la cocina porque tiene claro que en realidad es incapaz de cuidar a su propia hija.
Volvemos a la cárcel para ver a Fisher que sigue pipiando las conversaciones telefónicas de las presas y en esas anda cuando se da cuenta de que Daya está embarazada. Mal asunto para todos los implicados. Caputo se pasa por ahí para pedirle disculpas por haber sido tan sangre, pero casi sale corriendo porque se ve que ella está hasta las chanquilas por Fisher y obviamente eso a él no le hace gracia.
De nuevo en la biblioteca, vemos a Daya que sigue trabajando en su cómic mientras que Flaca la mira indignada porque ha elegido usar Comic Sans (de ahí el nombre del episodio). Healy se pasa por ahí a echar ojo y aprueba el trabajo así que todo está listo para sacar el primer numero.
Gloria se pasa por la cama de Red para darle un yogurt (que como sabemos por la primera temporada, es una forma de comprar favores). Red le pregunta que quiere, porque últimamente le llegan muchos pedidos de chicles. Gloria entonces le cuenta que en realidad la gente no quiere el chicle, sino el papel porque juntándolo con una pila hacen encendedores (tengo que probarlo alguna vez en la vida real). A Red todo este asunto de Vee metiendo tabaco no le gusta, pero Gloria pasa un kilo de preocuparse y le dice a Red que tendría que hacer lo mismo, porque de momento sus negocios tienen diferentes giros y no se hacen competencia y mejor que se quede así. En fin que lo que Gloria quiere es que Red plante un poco de cilantro y algún pimiento.
Suzanne y Vee están jugando ajedrez y la segunda le está enseñando a la primera a no mover sin más, sino a intentar adivinar qué es lo que haría el contrario si moviese tal o cual ficha. Así las encuentra Cindy, que con la cola entre las patas acepta su castigo para volver al negocio. Y créanme que le toca bailar con la más fea señoras, porque alguien tiene que lavar los aplicadores de tampones para luego reutilizarlos… asco…
El episodio termina cuando los guardias agarran a Jimmie para llevársela de la cárcel. Resulta que la administración se ha dado cuenta de los problemas mentales que tiene Jimmie y como no quieren gastar el extra que se necesita para darle los cuidados adecuados, deciden liberarla mediante el programa «liberación compasiva». Jimmie no tiene familia, lo que va a conseguir que una mujer que obviamente no tiene las habilidades para cuidar de si misma termine en la calle mendigando. A todas luces no va a durar mucho.
Es una escena durísima porque mientras se la llevan Jimmie le grita a Piper una y otra vez «¡Ayúdame Roberta!» y ni Piper ni nosotras podemos hacer nada por ella. A mi me rompió el corazón en mil pedazos y me dejó con un nudo en la garganta lesbicanarias. ¿Cómo vieron este episodio de Orange Is The New Black? ¿Qué fue lo que más les llamó la atención del episodio?