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Hace ya unas semanas que os presentamos Life is Strange, la aventura gráfica del estudio francés DontNod llamada a ganar el premio al juego gay del año. No, no existe tal premio, pero de existir se lo llevaría Life is Strange sin lugar a dudas.

Con el lanzamiento del tercer episodio del juego nos encontramos en el ecuador de la magnífica historia que nos cuenta el citado estudio de videojuegos, y ha llegado el momento de hacer un resumen de lo que hemos visto y por supuesto, de hacer balance de lo que ha traído consigo Life is Strange.

Aviso a navegantes, a partir de aquí la cosa se va a poner seria, o lo que es lo mismo, a partir de aquí este artículo va a contener una cantidad ingente de spoilers sobre el tercer episodio, y por extensión del resto de episodios del juego. Si todavía no los habéis jugado, os recomiendo encarecidamente no sólo dar marcha atrás y no continuar leyendo, sino dejar todo lo que estéis haciendo para ir a jugarlos.

Max

Hemos llegado a un punto sin retorno en el la química que desprenden Chloe y Max cuando están juntas es capaz casi de dejarnos sin respiración, pero antes de debatir esa cierta decisión tan interesante y sus consecuencias (¿alguna más que se esté muriendo por conocer ESAS consecuencias?) vamos a empezar por el principio y a comentar todo lo que hemos podido ver en Chaos Theory.

Después de recibir una llamada de teléfono de nuestra querida punkarra para que nos reunamos con ella en la entrada de Blackwell, podemos dedicar algo de nuestro tiempo a merodear por la residencia de las féminas, y desde luego, si lo hacemos no perderemos el viaje, puesto que conoceremos de mano de Taylor que Victoria ha salido en mitad para dirigirse a algún sitio. Taylor no sabe dónde ha ido nuestra rubia y nosotros tampoco, pero aquí lo que importa es que después de descubrir el pequeño gran detalle de que Victoria no está en su habitación podemos colarnos por segunda vez en ella para olisquear un rato.

¿Qué esconde Victoria en su santuario? Que la muchacha es una geek de libro. De esas que se compra figuritas de sus personajes preferidos. Por favor, no sé vosotras, pero yo casi tuve que rebuscar en los cajones para encontrar un abanico con el que hacerme aire, y es que las que tenemos a Maximum Victory como OTP no podemos evitar suspirar por nuestra querida Queen of Blackwell y cualquier detalle que se desprende de ella. Una razón más para echar un vistazo al ego que desprende su habitación (¿quién demonios cuelga cuadros de sí misma sobre la cama? Ah, Victoria…). Pero el plato fuerte de nuestra rubia preferida todavía está por llegar. Tras salir de la residencia y encontrarnos con Chloe, veremos una corta escena entre Victoria y Mark Jefferson.

Victoria y Jefferson

¿Victoria? ¿Qué demonios te pasa en la cabeza? Un interrogante más que se queda suspendido en el aire, ya que lo único que podemos averiguar de esa conversación es que Victoria tiene tantas ganas de entrar en el concurso de fotografía organizado por Jefferson que prácticamente le hostiga para que la elija a ella, llegando a un patético intento de chantaje cuando él le da largas. A partir de aquí depende de nosotras elegir la teoría que más nos guste.

Puede que Victoria quiera meterse en los pantalones del profesor bien porque le hace tilín o porque quiere ganar el concurso a toda costa. Eso, o como apuntan las últimas teorías, Victoria está tan arrepentida por lo que ha sucedido con Kate que busca la redención tomando medidas extremas, o dicho de otra manera, nuestra rubia sabe que Jefferson oculta algo y quiere descubrirlo por su cuenta. Como ya os he dicho, yo soy tan fan de esta muchacha que me niego a pensar que es una desalmada, como apuntan sus haters, así que confío en que será una pieza clave en la lucha de Max contra los acontecimientos que amenazan a la ciudad.

Sin duda Chloe y Max se quedan aluflipadas con lo que acaban de ver, pero tienen una tarea pendiente; entrar al despacho del director con las llaves que la muchacha de pelo azul ha robado a su padre y así descubrir algo más concreto sobre Rachel Amber. Allá que nos dirigimos para indagar en los archivos ocultos del señor Wells, lo cual nos lleva a descubrir archivos muy inquietantes de Nathan Prescott en los que parece totalmente obsesionado con Rachel. Interesante, pero nuestras chicas le darán vueltas más tarde, puesto que Max se deja llevar por la atractiva propuesta de Chloe, ir a darse un remojón a la piscina de la academia. Splish splash!

En este punto, os recomiendo no dejar escapar la oportunidad de investigar las taquillas del resto de estudiantes. Os encontraréis cosas tan divertidas como una colección de selfies de mi adorada Victoria Chase o el teléfono de Zachary, conversación picantona con Icky Vicky incluida (a todo esto, qué forma más triste de hacer sexting…). Y también cosas menos divertidas, como la medicación de Nathan o un billete de autobús en la taquilla de Kate.

Cuando os canséis de hacer que Max meta las narices donde no la llaman, habrá llegado el momento de ver una de esas escenas típicas de un fanfic convertida en realidad dentro del videojuego, con nuestras chicas en ropa interior dándose un chapuzón en la piscina y compartiendo una charla muy íntima que hará que se nos funda el corazón en cuestión de segundos.

Escena piscina

Pero el momento estrella del capítulo todavía está por llegar, así que después de compartir promesas de amistad eterna en la piscina, toca escabullirse de la piscina y pasar la noche en casa de Chloe.

Nos despertamos al día siguiente y ya la cosa se pone (sexualmente) tensa desde el primer minuto en que salimos del dulce sueño de Morfeo para sacarnos una foto con nuestra Polaroid. Foto a la que Chloe decide unirse descansando una de sus manos en la cintura de Max. No sé a vosotras, pero a mi no se me escapa ni un detalle.

Selfie

Y ahora sí que sí, tras cambiarnos de ropa, llegó el momento clave en la relación Pricefield. El momento en que tendremos que decidir si queremos responder al reto de Chloe besándola, o si pasamos del tema. ¿Quién habrá sido capaz de dejar pasar la oportunidad? ¿¿Quién?? No puedo andar muy equivocada si digo que el 99% de vosotras eligió darle el beso a Chloe. Es un beso corto, y un beso torpe, pero definitivamente es un beso para dominarlas a todas.

Beso Chloe y Max

Por desgracia, la que casi se atraganta del susto es Chloe, que se aparta con cara de no saber ni dónde está, ni si se le han caído las bragas al suelo o si todavía las lleva puestas. Pero la cuestión es que se aparta. Llegadas a este punto os doy mi más sincera opinión, me parece que hasta el momento del beso el episodio tres es como un fanfic de Chloe y Max muy largo, y creo que el estudio, consciente de este detalle, decidió cortarlo para sacar la artillería pesada en los dos episodios que quedan. Pensadlo bien. Por el momento hemos visto a las muchachas dedicarse miradas tan intensas que la leche de nuestros cafés corre el riesgo de cortarse por el calor que se instaura en la habitación, así que no es de extrañar que DontNod quiera reservarse algo para el final. Eso sí, ahora con más fuerza que nunca, podemos decir que Life is Gay.

Tras una escena tan intensa, los siguientes compases del juego están dedicados a las apariciones fugaces de David Madsen y Joyce Price, quedando en nuestra mano decidir si nos posicionamos de parte de Chloe en la discusión que tendrán o no. Sencilla decisión a priori, si no fuera porque apoyar a Chloe supondrá que Joyce eche de casa a David. Tendremos que decidir entonces si rompemos la unidad familiar de la familia de Chloe o si ponemos a Chloe de morros por no apoyarla. Difícil, sin duda.

Una vez nos hayamos decantado por una de las dos opciones, nos iremos a la cafetería donde trabaja Joyce, pero con el travieso propósito de seguir investigando la desaparición de Rachel Amber colándonos en la caravana de Frank. Conseguimos las llaves de la caravana y nos colamos en su pocilga casa para empezar a rebuscar entre todo lo que tiene ahí metido, hasta que damos con un librito lleno de cosas. Cosas como fotografías y cartas de Rachel. Cosas que harán pupita a Chloe, que no tenía ni idea de que Rachel y Frank mantenían una relación íntima.

Saldremos escopeteadas de la caravana de Frank y nos montaremos en la camioneta de Chloe para tener un pequeño encontronazo con ella de camino a Blackwell en el que descarga su ira contra su padre por haberla abandonado (¡venga ya! El pobre tuvo un accidente de coche), contra Max por haberse mudado a Seattle y contra el mundo en general porque sí. Sin más. Chloe está dolida y ni siquiera nos quiere mirar a la cara cuando nos despedimos de ella, pero el episodio se llama Chaos Theory por un motivo concreto, y es algo que estamos a punto de descubrir.

Escena camioneta

Como una zombi que se vagabundea por las calles en busca de cerebros, Max se dirige a su habitación, donde saca la instantánea que le ha dado Joyce en la que aparece ella con Chloe cuando todavía eran unas tiernas y felices púberes que no se despegaban ni para ir al baño. Si el primer momento clave del episodio es el beso entre ambas, este segundo momento clave nos va a dejar con la boca abierta. Gracias a la foto volveremos atrás en el tiempo, hasta la tarde en la que el padre de Chloe tuvo el trágico accidente de coche que le quitó la vida. Y sí, lo impedimos. Pero el precio a pagar por cambiar un acontecimiento tan importante es demasiado alto, como Max comprueba tras volver al presente.

Max ya no está en la línea temporal original, en la que Chloe es una punkass con el pelo azul, y ella misma es una chica tímida y poco habladora que se pasa el día con las manos pegadas a su Polaroid. Ahora Max está en una línea temporal en la que forma parte del popular Vortex Club y Victoria Chase come de su mano (¡¡!!), y nuestra querida protagonista no da crédito a lo que ve, así que echa a correr en dirección a casa de Chloe para ver what-the-fuck está pasando aquí. Cuando llega, se encuentra con la mayor de las tragedias. Chloe está en una silla de ruedas, paralizada de cuello hacia abajo.

Final episodio

Así termina el tercer episodio, con esa descorazonadora imagen de Chloe. ¿Qué ha pasado aquí? Pues que Max ha alterado toda su línea temporal, lo cual nos lleva a la teoría de los múltiples universos, cada uno con una línea temporal diferente dependiendo de nuestras decisiones. ¿Volveremos a la línea temporal original? Aunque sólo es una suposición, estoy casi convencida de que sí. Recordad que en el teaser del cuarto episodio Max aparece en la fiesta de Halloween con su vestimenta habitual, y todavía tenemos que solucionar el problemilla del tornado. ¿Veremos a Rachel Amber? No, no lo creo. De hecho, creo firmemente que Rachel también podía rebobinar el tiempo, y la razón por la que no encontramos ninguna pista sobre su paradero podría ser porque cruzó a otra línea temporal y se quedó atrapada en ella o porque está muerta en esta línea temporal, aunque espero equivocarme. ¿Chloe y Max acabarán juntas? Por supuesto. Visto lo visto, nuestras chicas van a terminar juntas y revueltas. Después de todo lo acontecido en este tercer episodio, su relación romántica va a ir in crescendo. Tiempo al tiempo.

Muchas cosas me dejo en el tintero, lo sé, pero es que un juego como Life is Strange da para escribir un libro, y por desgracia tengo que dejar un poco para luego. ¿Qué os ha parecido a vosotras este tercer episodio? ¿Cuáles son vuestras teorías sobre todo lo que está pasando? ¿Esperáis más Pricefield en la traca final de la aventura gráfica? Espero vuestras teorías con ansia, y de todo corazón invoco a las seguidoras de Max y Victoria. Mi querida rubia y Max son OTP os pongáis como os pongáis 😉