Hola chicas. Aquí estoy de nuevo. Antes de nada, me alegra mucho que os guste Sense8 y los resúmenes, así que gracias por el recibimiento. Ahora vamos a lo que nos interesa, que habíamos dejado a Nomi encarcelada en un hospital y habrá que ver cómo se las arregla esta mujer.

La primera escena es de Will, que está medio con sus alucinaciones o recordando algo que le pasó de pequeño. No sabemos, pero tal “recuerdo” implica a una niña que le dice “no lo mires, así es cómo me atrapó a mí” (se llama Sara Patrell y es parte de un caso policial antiguo con el que está obsesionado) y a un tío que está abriéndole el cráneo a una persona. La escena en sí da mal rollo y sabemos que hay algo ahí que no huele bien. De pronto se despierta y está en el hospital tras el accidente. Su enfermera le dice que es un héroe, que ayudó a atrapar a un terrorista (¿Jonas?) y que no se puede ir, que su cerebro también tiene cosas raras como el de Nomi. ¿Pero nos los van a querer lobotomizar a todos o qué? Pues ahí te quedas, guapa, porque el tío se marcha igual.

Daniela no entiende muy bien qué es eso de la privacidad

Hernando y Lito están viendo una escena de Lito en la tele y Hernando se sabe todas sus escenas porque al parecer le ayuda a aprenderse sus guiones. Están ahí con sus cosas de novios y de repente aparece Daniela, que es un poco acosadora en sus momentos de besos e intimidades, pero la queremos igual. Y a partir de ahí la siguiente escena a mí ya me destroza la vida y sólo van cinco minutos de capítulo. ¡Gracias, Sense8! Porque sale Riley en una estación de metro y, al escuchar a un músico callejero tocar el piano, se emociona y empieza a recordar su infancia ya que su padre tocaba esa misma melodía. Así que con lágrimas en los ojos se vuelve to’ loca y empieza a darle todos los fajos de billetes que aún tiene en el bolso (que son muchos, es lo que tiene relacionarse con camellos), aunque también decide tirar la droga en una papelera. Buena decisión.

Riley alcanzando el Nirvana

A continuación vemos a Capheus, del que parece que por fin nos van a contar algo más. Explica que de pequeño quería ser una cebra y su amigo le dice que si él quiere puede ser lo que quiera. Oye, cada uno con sus sueños, di que sí. Pero volvamos a Lito, Hernando y Daniela, que a estas alturas parece que ya tienen una relación un tanto extraña, porque Lito intenta hablar con ella pero veamos lo que le contesta esta mujer que tiene respuesta para todo:

Daniela: ¿Me pasé de la raya? Oh, lo siento si me dejé llevar, pero es que me encanta el porno gay.

Lito: No, no hablo de esa parte de anoche…

¿Pero qué hicisteis anoche, criaturas? El caso es que Lito está incómodo porque no sabe si se siente bien con que Daniela los cubra ahora que sabe la verdad, pero Daniela le suelta allí un discurso la mar de digno y Hernando asiente y dice que es exactamente lo mismo que él piensa. Parece que Hernando y Daniela se entienden muy bien. Total, al final Daniela confiesa que la razón por la que se resguardó en su casa es porque tiene un noviete que se quiere casar con ella, pero ella no, así que se tiró a su mejor amigo y ahora está la situación… tensa, digamos. Esta trama ya empieza a ser muy telenovelesca, pero las risas que nos arranca no tienen precio. De hecho, lo siguiente que sabemos es que Lito y Daniela están ya de “cita oficial” en un restaurante. Nos cuentan que el pretendiente de Daniela se llama Joaquín y que su padre exporta e importa “cosas que quiere la gente”… ejem. Sí, es lo que estáis pensando. Bueno, da igual, porque aparecen los paparazzis y ya hacen el paripé, que es a lo que fueron.

Después tenemos una escena en la que Will y Sun parece que se interconectan mientras los dos están leyendo unos documentos, mira tú qué casualidad. Por fin podemos saber más de Sun, a quien le dicen que tiene una llamada bastante urgente. Sun está harta de todos en esa empresa y quiere hablar inmediatamente con su padre, pero la secretaria le dice que no está y que ya le dejó diez mil mensajes más o menos. Así que Sun, que sabe que la están vacilando, decide dejarle un mensaje más claro aún y… ¡le parte la mesa de un puñetazo! Así, sin más. Si no pillan el mensaje así, yo ya no sé…

Van a tener que hacer una visitilla al Ikea

Kala sigue con sus cosas de ser adorable que parece que ha nacido en una familia de unicornios (porque de verdad, miradle la carita, es pura ternura) y va a una reunión de su empresa farmacéutica. ¡Ah, si no lo sabíais el hombre que se va a casar con ella es de su misma empresa! ¡Sorpresa! Y le manda mensajitos durante la reunión que yo no sé, ni que fuese un quinceañero. ¡Compórtate, señor! Y Capheus está comprando unas medicinas para su madre. Y Lito está grabando una peli y le aparece el tal Joaquín allí como si fuese un fan incondicional. Todos con sus movidas.

Bueno, como en este capítulo parece que no hay mucho rastro de Nomi y menos aún de Amanita, seguimos con Riley, que al menos nos alegra la vista. Se ha encontrado con un amigo antiguo llamado Shugs, que además tiene una novia un poco rara, así que está en medio de los dos como perdida en sus propios pensamientos. Mirad qué cosa tan bonita le dice Shugs:

Hay dos razones para ir a Islandia: la aurora boreal y Riley Blue. Una es un fenómeno natural tan hermoso que te dejara atónito y la otra sólo son unas luces bonitas en el cielo.

Mira, nunca he visto la aurora boreal, pero no importa. ¡Estoy de acuerdo contigo, Shugs! Además, ahora sabemos que Riley es de Islandia aunque viva en Londres, que echa de menos a su padre, el silencio del invierno… De verdad, Riley es tan poética y vulnerable que yo creo que no puede con todos sus sentimientos. Necesita cariño y comprensión. ¡Me ofrezco voluntaria!

No he podido evitar meter el gif, lo siento. Pero os cuento mientras tanto que Lito está comiendo con Joaquín, que es un tío al que está claro que no le funciona bien la maquinaria cerebral, ya que comparando con una escena de una de sus películas, empieza a explicarle cómo se mata a un hombre de verdad. Directamente le planta que sabe que está tirándose al “amor de su vida” (ay, si tú supieras lo mal que vas, Joaquín) y lo amenaza un poquito, así como quien no quiere la cosa. De refilón.

¿Y qué pasa con Nomi?, os preguntaréis. Pues la siguen presionando y ella protesta, pero como no se quiere tomar su medicina, la obligan y la atan a la cama con correas. ¡Manteneos alejados de Nomi, malditos! Luego cuando ya la tienen anestesiada en quirófano, saltan las alarmas y tienen que posponer la operación porque “algún lunático ha incendiado la sala de espera”. Uy, ¿quién habrá podido ser? ¿Recordáis lo que dijo Amanita en el capítulo anterior? Pues eso, está claro que this girl is on fireeeeeee. Nomi aún medio adormilada se da cuenta y agradece a su novia como en una especie de éxtasis amoroso. No te escucha, pero tú tranqui, de momento estás a salvo.

¿Pero qué cojones…?

Al bueno de Capheus tampoco es que le vayan las cosas divinamente, porque lo atraca una banda callejera en plena ruta de autobús y le roban el dinero, le quitan la medicina para su madre enferma… Todo un lío grandísimo que nos da mucha pena porque además lo dejan en calzoncillos ahí tirao al pobre. Si Nomi y Capheus fuesen como Sun a lo mejor tendrían alguna oportunidad de escapar a golpe de puñetazos. Ah, que no lo sabíais. Sun es luchadora en sus tiempos libres, en combates así de artes marciales/kickboxing, pero todo en secreto. El chico contra el que le toca luchar está muy en plan “uy, qué hace esta tía aquí, una mujer es poca cosa para mí” y blablablabla. Tonto, que eres mu tontooo. Y la paliza que le cae es de órdago, ya os lo digo. Porque Sun barre el suelo con él y le deja temblando las orejas. Sun es de mis preferidas. ¡Es que es mucho lo que mola esta mujer!

Con el dinero que robas, bien podías ir a un dentista, muchacho

Y antes lo digo, antes pasa. Capheus se pone en plan Van Damme (porque ahí está la gracia de pintar el bus con imágenes de Van Damme, sino de qué) y decide ir detrás de los tíos feos estos. De repente, tenemos un momento conexión sensate y se conectan tres de ellos. Como Sun está peleando en el combate y Will está practicando con su pistola de policía, Capheus se aprovecha de sus habilidades y hace cosas que de por sí no podría hacer. Son cosas raras de sensates, no intentéis entenderlo. Pero parece que en este caso ya empiezan a ser conscientes de que tienen esta conexión mutua, ya que Capheus le pide a Sun que lo ayude y ella, ni corta ni perezosa, se lía a palos con todos.

«Te vas a enterar de lo que vale un peine, guapo»

¡Yo te invoco, Suuuuun! Porque vaya manera de tumbarlos, es como una Super Saiyan. Y en la imagen vemos que es Sun, pero es Capheus, pero es Sun, pero es Capheus. Vamos, que aquí todos son todos. Es como un ocho en uno, mira tú qué útil les va a ser. Y el capítulo acaba así, con Capheus ya rebautizado oficialmente por una señora como Van Damme. Cebra igual no consiguió ser, pero oye, no está mal el cambio. Os dejo la escena por si os interesa revisionarla y entender el rollo sensate que se traen:

https://www.youtube.com/watch?v=sXMKi5sdYvk

Poquito hemos sabido de Nomi y Amanita esta semana, veremos para la próxima si por fin la sacan del hospital o qué pasa. ¿Pero no os encanta Sun? Siento que incluso me da igual que no salgan Nomi y Amanita ni un solo minuto si puedo ver a Sun patear culos. Me caen todos bien en esta serie. ¿Y a vosotras?