Hola chicas. Llegamos ya al capítulo cuatro de Sense8 que, ya adelanto, es un capítulo bastante completito y en donde creo que la serie pega un subidón de nivel importante.
No sé si os acordáis de Wolfgang, a quien tenían un poco abandonado. Al principio nos lo encontramos con su amigo Felix en un callejón tratando de vender los diamantes que han robado. Por su parte, la familia de Kala y su prometido están hablando de la boda, tratando de equilibrar las tradiciones hindúes con los deseos del padre de este muchacho (que está en contra de todo el tema religioso), del que todavía no me sé el nombre, lo siento. Él quiere llevar un anillo, aunque no sea tradición hindú, porque quiere mostrar al mundo que está casado con Kala. Normal, por otra parte.
Sun está toda apaleada tras la pelea del capítulo anterior, porque vale que la amamos y es muy badass, pero alguna le cayó. Tiene un recuerdo de su madre que, por lo que vemos, era una madre majísima y fetén, que la apoyaba mucho aunque su padre prefiriese a su hermano. Pero que estaba muy enferma y le pide que “cuide de su hermano”. Lloremos.
Wolfgang al final consigue vender los diamantes tras aguantar los discursos del comprador. Esta trama es de todo menos interesante. Capheus, que es el mejor hijo del mundo, está hablando con su madre, que se culpa porque lo único que hace es cuidarla y arriesgarse para conseguir su medicina. Vemos que todo va de padres y madres hasta el momento. ¿Lo bueno? Que como ahora la gente sabe que Capheus apalizó a la banda callejera, se sienten seguros con él y llenan el bus a rebosar. Nada como una buena pelea para ganarte el respeto de tus vecinos. Es este el mensaje, ¿no?
Pero resulta que de repente lo para una patrulla en plena ruta y se lo llevan por el medio de la selva a punta de pistola. Porque a este pobre hombre no le pueden dar un respiro en la serie, por lo visto. Mientras tanto, Lito, Hernando y Daniela están en su casa (porque ya hacen vida los tres juntos) y Lito está muy preocupado por la visita de Joaquín al set de rodaje, así que no hace mucho caso a Hernando cuando le da a probar la comida que está preparando. Pero Daniela, en cambio, prácticamente tiene un orgasmo gastronómico y dice que es el “mejor ceviche que ha probado”. Hernando y Daniela se ponen ahí a hablar de sus cosas y Lito se queda con cara de “pues vale”. Claro, hijo, es que tienes que prestar más atención a tu novio y dejar de ser un drama queen.
Kala va a rezar a Ganesha a su templo habitual y se encuentra las paredes empapeladas con fotos de su futuro marido y de su padre en plan “se busca vivo o muerto”, porque resulta que están algo así como en plena cruzada anti-religión, según le cuenta uno de los hombres del tempo. Oye, los veo super-compatibles a los dos así de entrada, va a ser un matrimonio muy fructífero.
A Van Damme (uy, perdón, Capheus) lo meten en un coche con un señor muy bien trajeado, que por lo visto es una especie de pseudomafioso bastante conocido en el territorio. Como Capheus ya tiene una reputación tras la pelea en plena ciudad, este señor quiere convencerlo de que trabaje para él a cambio de medicinas para su madre. Medicinas de calidad, entiéndase, no esas que consigue en el mercado negro. Y Capheus acepta proteger un paquete que le entrega. Esto también va a salir hiper-bien, se ve.
Nos vamos ahora de visita a Seúl, donde el padre de Sun por fin hace acto de presencia. Según se percibe, tienen una relación muy amigable…
Resulta que hay alguien que está transfiriendo dinero de la compañía a cuentas privadas y tienen ahí un problema gordo. Sun tiene claro que “alguien va a ir a la cárcel por ello”. Las típicas conversaciones normales que tiene cualquier hija con su padre, vamos. Pero sé que a estas alturas ya estáis echando de menos a Nomi y no me extraña, ¡que vamos por la mitad del capítulo, señores de Sense8! Wolfgang y Felix están gastando el dinero por la venta del diamante y, de repente, Wolfgang se asusta porque ve que su brazo está atado a la silla del restaurante con una correa. Vamos, que de pronto siente lo mismo que Nomi. De hecho la siguiente escena ya nos sitúa a Nomi en el hospital escuchando las tonterías que le suelta el doctor sociópata este.
Doctor malvado: En apenas un día puedes ver cuánto está avanzando la enfermedad. El tejido unió casi por completo los hemisferios. Estoy seguro de que las alucinaciones deben estar haciéndose más y más intensas. Y presiento que sabes quién provocó el incendio.
Nomi: No sé nada sobre eso.
Doctor malvado: Sea quien sea, no te está ayudando.
Nomi: No sé qué le enseñaron en la escuela de medicina, pero la palabra ayudar no significa esposar a las personas y cortarles el cerebro.
Más razón que un santo, Nomi. Pero claro, el doctor malvado se envalentona y le viene a decir algo tipo “¿ah, sí? ¿Vas de rebelde? Pues te metemos en cirugía en un segundito”. Que es que tiene muy mala baba este tipo.
Ahora, atención, escena maravillosa al canto. Sun va a buscar a su hermano a un “club de sexo” de alto standing, pero como no la dejan entrar y sabemos que es una diosa, hace pim, pam, pum y deja tirado al segurata de la entrada. Sun va comprobando cada habitación sin inmutarse como la jefaza que es e incluso se interconecta con Will, que la salva de un tío con una pistola. Saca al hermano de allí sin pestañear, a pesar de que el chaval se queja como si fuese un adolescente, pero es que esta mujer no tiene tiempo para niñatadas.
A Will el momento conexión sensate también le sirve de repente para saber hablar coreano. Ya os dije que esto de ser sensate es un chollo. Como dato, Will está tratando de visitar a Jonas, a quien tienen encerrado en una celda de alta seguridad. Y de repente se le aparece al lado y tienen un momento “estás aquí, puedo sentirte, pero no estás aquí en realidad”. Son unos místicos. Total, que Jonas le sigue explicando terminología sensate. Primero, esto que hacen de estar los dos juntos aunque estén en sitios distintos se llama “visitar”. Se hace instintivamente entre los sensates del mismo grupo y con otros sensates si se han visto cara a cara. Segundo, también pueden acceder al conocimiento, habilidades e idiomas de los sensates de su mismo grupo y esto se llama “compartir”. Todo muy intuitivo, la verdad. Al final le repite que tiene que salvar a Nomi y la verdad es que ya estás tardando, muchacho. Que lleva dos capítulos atada a una cama y vosotros sí que vivís en el mismo país.
Paralelamente tenemos a Sun, su hermano y su padre. Nos cuentan que fue su hermano quien robó el dinero y la lió parda, se ve que es un chico muy espabilado. Pero Sun explica que como su padre la trata cual desconocida y casi nadie la conoce en esa compañía, ella podría confesar el crimen para que la compañía sobreviviese. ¡No, Sun! ¡Tú eres mejor que ellos! Ni caso me hace y más adelante la vemos llorando y recordando a su madre. Riley también recibe una llamada de su padre explicándole cosillas de su vida. Están todos en plan hijos nostálgicos y la verdad es que son momentos muy emotivos.
Pero vamos al momento álgido del capítulo, una de las escenas más geniales que yo he visto en Sense8. A Nomi ya la han dormido para la operación y ella ha gritado que la ayuden, Will la escucha, se “visitan” mutuamente… Todo un cacao grandísimo. Wolfgang está en un karaoke y Sun practicando con su saco de boxeo. Quien dice practicar, dice imaginar la cara de su hermano en lugar del saco. Riley escucha una canción mientras fuma en una azotea, la misma que suena para Wolfgang en un karaoke. De pronto todo fluye, los ocho sensates escuchan la canción y empiezan a cantarla, cada uno en sus respectivos países e instantes vitales: Capheus en el bus, Sun en la ducha… ¡Incluso Nomi, aunque esté anestesiada! Qué más da, esta serie se pasa la realidad científica por el forro.
En medio de la canción, Kala y Wolfgang se visitan y cantan juntos, es decir, son conscientes el uno del otro. Y es más, tienen una tensión romántico-sexual que no es normal. ¡Aquí hay tomate! Pero la hermana de Kala le corta todo el rollo en plan “¿qué haces cantando y bailando a primera hora de la mañana?” ¡Será aguafiestas la tía!
Tranquilas, que si creíais que nos habíamos olvidado de Nomi, resulta que no, porque Sense8 ha dejado lo mejor para el final del episodio. Will se induce el sueño con alguna droga para conectarse con Nomi y poder ayudarla, y despierta en la camilla de Nomi, soltándose de las esposas y escapando a toda pastilla sin que lo vean. ¡Dale, Will, tú molas! Nomi (ahora ya es Nomi en la imagen, esto es un lío) empieza a correr tratando de pasar inadvertida, pero una señora la ve e intenta avisar a los guardias del hospital. Pero nadie contaba con una novia maravillosa, de rastas de colorines y nombre Amanita, que se ha disfrazado de enfermera y se la lleva en plan “tranquilos todos, es mi paciente”. Sobra decir que la cara de amor y alivio de Nomi aquí es de otro planeta.
Antes de que las pillen, salen a toda leche del hospital y justo un taxi pasa por allí, porque todas sabemos que en las series los taxis suelen tener el don de la ubicuidad. Se montan como alma que lleva el diablo y escapan, se besan, se dicen te quieros, Amanita la abraza y le dice que ya está todo bien… Preciosa escena y las actrices maravillosas a la hora de transmitir las emociones del reencuentro. Chapeau. Riley y Nomi de repente se conectan y cantan un poquito la dichosa canción que han escuchado todos los sensates. Si os interesa, es “What’s up” de 4 Non Blondes. Amanita, que le está dando besitos en la frente a su novia para reconfortarla, ve que Nomi está un poco perdida.
Amanita: ¿Qué, cariño? ¿Qué?
Nomi: He tenido esta canción metida en la cabeza todo el día. “I said… hey, hey, hey, hey…”
Amanita: 4 Non Blondes. La banda sonora perfecta para una lobotomía.
Me encanta que, aunque el momento sea tan difícil, Amanita suelte esa pequeña bromita. Además, como se la saben las dos, empiezan a cantarla juntas en el coche y recordemos que también la están cantando Riley y Nomi. Todos, vaya. Y el capítulo termina así, con Nomi abrazada a Amanita mirando por la ventanilla y tarareando “What’s going on?”. #SufrimoscomoNomi porque no sabe qué está pasando y es un momento muy angustioso, pero al menos ahora ya está reunida con Amanita. Recomiendo recordar la escena entera porque es una preciosidad y una forma maravillosa de terminar un episodio, con la canción encajando perfectamente con los hechos. Lo han clavao.
Definitivamente para quienes no habían conectado totalmente con la serie, este ha sido un punto de inflexión. Tiene una de las mejores escenas finales que he visto en mucho tiempo y por fin Nomi y Amanita vuelven a estar juntitas. ¿Qué más queremos? Un capítulo de diez.