Otro capítulo más de Sense8 y llegamos ya al ecuador de la serie. Parece que fue ayer cuando Nomi y Amanita nos sorprendían con esa fantástica escena de sexo para empezar el día, pero aquí estamos.
Riley y Will empiezan el episodio visitándose en un bar porque justo estaban pensando el uno en el otro. Se nota que tienen una conexión… digamos más que especial, ejem. Como no tienen claro qué está pasando con sus vidas deciden que se van a llamar en ese preciso momento y Will le pasa el móvil a su compañero Diego para cerciorarse. Efectivamente, él también escucha a Riley al otro lado (que en realidad está allí mismo y se mea toa de la risa), así que es real. Confirmado.
Supongo que recordáis que a Nomi y Amanita les desvalijaron la casa. A Nomi le han robado su portátil, todos sus diarios… No pinta la cosa muy bien. Nomi le dice a su novia que nada de eso es justo, que ella no ha hecho nada para merecerlo. ¡Por supuesto que no, eso ni se discute! Así que Amanita la coge de la mano y le dice que ya lo sabe, le llama “cariño”, hablan un poquito y Nomi decide que tienen que pasar a la acción y buscar un sitio para quedarse con alguien confiable. Me gusta el plan.
Como ya habíamos deducido en el capítulo anterior, Sun decide confesar y le salva el culo a su hermano. Luego se la llevan unos policías. Por su parte, Riley llega a casa de Shugs y se encuentra con el hombre que le dio la droga y que lleva todo ese tiempo buscándola. ¡Con amigos así, quién necesita enemigos! Este hombre quiere inmediatamente el dinero y las drogas, pero Riley le jura que no los tiene y no miente. Recordad que se deshizo de todo. Pues el tío empieza a torturarla con una bolsa. ¿¡PERO QUÉ!? ¿Por qué nos castigáis de esta manera Sense8? ¡Quita tus asquerosas manos de mi pobre Riley, asqueroso! Yo ya #sufrocomoRiley. Ay, dios mío, que me la ahogan. ¿Pero qué creéis que pasa? Que Will lo siente, empieza a forcejear, se libera de la bolsa y noquea a todos. Cada vez me caes mejor, Will. Yo querría a Riley como lesbicanaria, pero no se puede tener todo en esta vida, así que me contento con que esté a salvo.
Nomi y Amanita continúan escapando, porque en eso se ha convertido su vida, al parecer. Y llegan a casa de la madre de Amanita que, dejadme que os lo diga, es la mejor madre que se podría soñar en una situación así. Porque las recibe con besos y abrazos y está encantada de ejercer como refugio para fugitivas. ¡Me gusta tu rollo, tía!
A Kala la tienen un poco entre algodones, con eso de que se acabe de desmayar en medio de su propia boda. Di tú que igual es eso señal de algo, cariño, no sé… Pero por si quedaban dudas, se le vuelve a aparecer Wolfgang y hay tanta tensión sexual que es todo muy incómodo, porque Wolfgang la está desnudando con la mirada, básicamente. Este chico es así, un tanto desatado.
La verdad yo no tengo claro que su método de flirteo funcione con una persona tan inocente como Kala y ella se lo intenta dejar claro, mientras empieza a dar vueltas por su habitación muy nerviosa. Wolfgang está desnudo en su cama, así que no es que tenga muchas más opciones.
Kala: No sé qué está ocurriendo. Si me estoy volviendo completamente loca o si uno de los dioses está furioso conmigo y me ha enviado un demonio. Un demonio peligroso y pervertido que nunca se viste, al parecer.
Wolfgang: A los alemanes no nos molesta tanto la desnudez.
¡No hace falta que lo jures, hijo! Que te pasas media serie en bolas. Total, que se ponen a jugar al “tuya/mía”, Wolfgang le dice que ella le miró el aparato, ella que no, él que la desea, ella que es un demonio… En realidad las caritas de Kala son muy adorables, por eso esta escena es muy divertida de ver, porque creo que se siente avergonzada y tentada a la vez. Vamos, que ya sabemos que el rollo entre estos dos va para largo. Aunque después se encuentra con su prometido Rajan (¡por fin me sé su nombre!) y no es capaz de decirle lo que ya sabemos todas: que no se quiere casar con él. Pues criatura, un matrimonio sin amor tiene cero futuro.
En la vida de los otros sensates, el mafioso le encarga a Capheus que lleve en el autobús a su hija enferma de leucemia al lugar en que tiene que recibir su tratamiento. A Sun le deniegan la fianza (es decir, va a la cárcel) y le echa una mirada a su padre y a su hermano de esas que matarían, os lo digo yo. Lito está en una entrevista y le preguntan sobre el secreto de ser un buen amante. Ya os imaginaréis lo que suelta ahí pensando en Hernando.
Vamos ya a lo que nos interesa, que es Nomi y Amanita dándose los buenos días de la mejor forma posible. Nomi empieza a darle besos por la espalda y le muerde la oreja, porque parece que se despertó a tono… ¡Of course, ningún sitio como la casa de tu suegra para una buena sesión de sexo mañanero!
Amanita: Mmh… Mi nena está volviendo a sentirse como antes.
Nomi: No sé si es que aún tengo mi cerebro, o que me salvaste la vida, o el hecho de que estoy acostada en tu habitación pensando en cómo te escabullías de adolescente.
Amanita: Por esa misma ventana.
Nomi: Para ir a enrollarte con… ¿cómo se llamaba?
Amanita: Zuzu.
Nomi: Zuzu.
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p style=»text-align: justify»>Y se ve que lo de la tal Zuzu les hace mucha gracia y están ahí revolcadas entre las sábanas, se besan y se despelotan… Bueno, Amanita ya no lo necesita porque al parecer duerme desnudita, pero es una escena que es demasiado bonita para que no la disfrutéis en toda su plenitud.
Bueno, paro, que me embalo. Ahora llega una escena que es ya la explicación entera de lo que es Sense8: la falta total de prejuicios, el ir a por todas. Will está en el gimnasio, Lito y Hernando en pleno baile seducción con retozamiento incluido y Daniela de por medio aprovechando para aliviarse los calores porque si le gusta tanto el porno gay, al verlo en directo… why not?
Teniendo en cuenta que Nomi y Amanita están también dándolo todo, ya que literalmente Nomi le suelta un “voy a hacerte el amor” susurrante y le acaricia su nariz con su propia nariz, y están ya íntegramente desnudas y ESTO YA ES MUCHO PARA LA VIDA Y NOS CAEMOS DE CULO TODAS.
Entre tantas hormonas volando por todos lados, la energía sexual sensate se dispara e incluso están por ahí Hernando y Amanita, así que ya se va todo de las manos y empiezan a besarse todos con todos, aprovechando que además Wolfgang está también en bolas (para variar) en su piscina. Terminan viviendo una especie de orgía sensate poliamorosa y, sinceramente, ésta es la primera escena de este tipo que veo en televisión, así que me parece algo muy revolucionario. Me alegra que Sense8 no tenga miedo de mostrar escenas tan explícitas.
No sé qué le habrá parecido todo esto a mamá Amanita, si es que escuchó más de lo debido, pero no parece importarle ya que en la siguiente escena aparece hablando con las dos la mar de tranquila.
Nomi: La pregunta es, ¿por qué estas personas? ¿Por qué estas mentes? ¿Por qué no una mente que esté en mayor sintonía con la mía?
Mamá Amanita: Quizá ese sea el punto.
Nomi: ¿Cómo?
Mamá Amanita: Doy una clase sobre evolución cada semestre y hablamos del motor de la evolución, que es la variación. Para ser otra cosa de lo que la evolución definiría como “uno mismo”, se necesita algo diferente a uno mismo.
Lo que sacamos en claro de esta conversación es que, aunque a Nomi le está costando entender lo que le pasa, no tiene muchos reparos en compartirlo con Amanita y con la madre de Amanita. ¿Lo mejor? Que son ese tipo de personas que entienden todo como a un nivel superior, por loco que parezca. Es algo maravilloso ver como Amanita apoya incondicionalmente a su novia, cuando otra persona con todo esto pensaría que se le está yendo la olla a su pareja. Es amor incondicional. De nuevo gracias, Sense8.
Sun y Riley no han participado en la orgía porque normal, están en momentos muy jodidos. Sun en una celda y a Riley que la acaban de torturar… Pues imaginaos. El caso es que se visitan e incluso Riley le da a probar un poquito de hachís, que se ve que eso une mucho. Porque dice Riley que en Islandia tienen el dicho de que “no son las drogas las que hacen al adicto, sino la necesidad de escapar de la realidad”. Aclaramos que no estamos empujando a nadie a la drogadicción, pero es un lema muy reconfortante, al menos para Riley, que está fumando todo el día. No me digas que no es para escapar de la realidad, Riley, que no te creo. Ayyy, la pobre tiene un trauma de tres pares de narices porque su madre murió y ella se fue de Islandia por eso, así que tiene miedo de que al volver se cumpla una especie de maldición extraña y vuelva a pasar algo terrible.
Al menos las dos se dan ánimos y se reconfortan. Y como los ocho sensates comparten emociones, a Nomi también le entra la pájara y se emboba mirando a Amanita, que está secando los platos. Digamos que tiene un momento “ay, mi novia es maravillosa, cuánto la quiero, necesito tocarla”. Por tanto, se acerca a abrazarla por la espalda y le empieza a dar cariñitos. Es una ternura verlas juntas, porque son tan felices que después se pegan un morreo para que nos congratulemos y, señoras, vale la pena verlo en movimiento.
Puede que hoy me haya pasado con las imágenes, pero es que había mucho que contar. El capítulo termina con Sun soñando con su madre, que es la mujer más adorable del mundo. Todas las madres son perfectas en esta serie menos la de Nomi. También tuvo mala suerte la pobre. Sun llora que se deshidrata y de repente su madre se transfigura en Angelica. ¿La recordáis? Supongo que es porque es su “madre sensate”. Le gusta ser mística y le dice que no tenga miedo de lo que es, el futuro y blablablabla, cosas de sensates. Pero lo importante es que hemos tenido un episodio repleto de Nomanita, con sus besos, sus pechos al aire, su sexo sin tapujos, sus muestras de afecto continuas… Vamos, lo normal con estas dos. Ojalá todas las parejas que nos da la televisión fuesen como Nomi y Amanita, ¿no creéis?