En este capítulo de El Ministerio del Tiempo nos encontramos de primeras con Amelia, que está algo así como contando sus memorias en voz en off, porque le encanta todo eso de viajar por el tiempo, pero no puede contárselo a su familia. El tema de este episodio va a ir de nazis, porque se enteran de que se puede viajar por el tiempo y lo de siempre. Agarraos, que vienen curvas.

¿Os acordáis de aquella tal Lola Mendieta que conocimos en el primer capítulo? Pues aparece en 1940 en la Abadía de Montserrat con unos encapuchados y les da unos pasaportes y unos euros para mandarlos al presente a través de una puerta clandestina. Así de primeras es como que los está ayudando y, qué queréis que os diga, no le veo maldad a la mujer. Eso sí, es muuuuuy misteriosa.

"Pongo mi mirada misteriosa porque soy muy misteriosa"

«Pongo mi mirada misteriosa porque soy muy misteriosa»

La siguiente escena es de Velázquez quejándose a Salvador porque sus obras están muy mal iluminadas, según él “como una serie de televisión española”. Touché. Realmente Velázquez es el personaje más cómico de todos. De pronto reciben una alerta de 1940 y empieza el meollo del capítulo, que gira alrededor de la reunión que mantuvieron Franco y Hitler en ese mismo año para entrar en la Segunda Guerra Mundial. En la realidad este acuerdo nunca llegó y España no participó en esa guerra, pero en la serie quieren reescribir la historia y la patrulla no sabe por qué. Los nazis creían que en la Abadía de Montserrat estaba el Santo Grial, así que también visitaron el lugar. Os cuento todo esto porque hasta el momento no ha salido Irene y por daros una explicación del capítulo si no conocéis la historia. Pero mientras Salvador explica la misión por fin la tenemos en pantalla, recordándonos que bien podría haber tomado ella misma el Santo Grial, porque ay mi madre, qué porte tiene.

Pongámosle una lámpara por detrás para que se vea iluminada como un ángel

Pongámosle una lámpara por detrás para que se vea iluminada como un ángel

A Irene y a Ernesto los mandan a 1940 para investigar qué está ocurriendo. A Amelia, Julián y a Ernesto, en cambio, los envían a ver al hospital a uno de los dos hombres que coló Lola por la puerta, que justo cayó enfermo y quieren atar cabos por unas fotos que han aparecido. Volviendo a la trama de Irene, Ernesto ha logrado colocar un micrófono en la habitación de Himmler (que no Hitler, este es un soldado nazi que manda bastante) y en el presente pueden escucharlo. ¿Cómo os quedáis? La tecnología que tienen es alucinante. Entre traducciones vuelve el trío maravilla y les informan de sus resultados.

Amelia: No sabemos si en Montserrat está el Santo Grial pero lo que sí hay es una puerta del tiempo.

Ernesto: Claro, el Grial de los griales. Aceptan las condiciones porque quieren esa puerta.

Irene: ¿Por qué los nazis tienen información de una puerta que nosotros desconocíamos?

Amelia: Por Lola Mendieta.

"¿Pero qué me estás contando, cari?"

«¿Pero qué me estás contando, cari?»

Pero Lola está hablando con otro hombre y, según ella, los alemanes no saben nada de la puerta del tiempo. Está la situación tensa porque con los nazis no se juega, amigas, esto es de cajón. Pues el hombre en cuestión decide traicionarla y se lo cuenta a un nazi. ¡Ja! Ya tenemos liada la mundial.

La patrulla va por un lado y Ernesto e Irene por otra. Él se hace pasar por militar en el tren de Franco e Irene, como no le queda otra, se viste de enfermera. Ernesto le pregunta si está segura de que no va a aparecer el traductor (el que permitiría comunicarse a franquistas y nazis), e Irene lo tiene claro:

Irene: Me encargué de él personalmente. Pasará una semana sin levantarse del retrete, te lo aseguro. ¿Por qué nunca me toca seducir a una mujer hermosa en vez de a salidos grasientos?

Ernesto: Por la misma razón que vamos a ver a Hitler y no a Ava Gardner.

Irene: Mira, a esa sí la conocí, pero debo ser la única que no presume de ello.

"Se llamaba Ava... Tenía el pelo castaño y era una fiera en la cama"

«Se llamaba Ava… Tenía el pelo castaño y era una fiera en la cama»

¡Que Irene se pasó por la piedra a Ava Gardner, señoras! Esta mujer anda de época en época ligándose a todo quisqui o intentándolo, al menos, que ya sabemos cómo terminó el flirteo con Amelia. Por cierto, que aprovechando que están ahí mirando hacia la lejanía por la ventanilla del tren se ponen en plan amigos sentimentales e Irene le recuerda que, aunque llevan muchos años trabajando juntos, no sabe de qué época proviene. Y si cuela, cuela. Pero él se hace el loco, para variar, porque al parecer ese es uno de los misterios más grandes del Ministerio. Nadie sabe de dónde viene este tío. ¿Será entonces que es alguien importante?

Amelia, Julián y Ernesto ya están en la Abadía, pero el nazi que conoce lo de la puerta secreta descubre a Amelia buscando la puerta, la arrincona y le pone una pistola en la cabeza, así que Julián y Ernesto tienen que rendirse. #SaveAmelia

"Ay, que me va a matar y ni siquiera me trinqué a Lope en el capítulo anterior"

«Ay, que me va a matar y ni siquiera me trinqué a Lope en el capítulo anterior»

A Amelia la meten en una celda con la mismísima Lola Mendieta, que se quiere salvar el culo y les dice que podría darles acceso a muchísimas más puertas si la liberan. Ay, que ya no me caes tan bien, Lola. ¡Qué personaje tan gris eres! Gracias a la información de Lola, Himmler empieza a enviar soldados nazis al presente a través de la puerta. Y sí, llegan a Madrid, en concreto, al Ministerio del Tiempo pistola en mano. La que se ha liao así en un minutito.

Franco y Hitler finalmente se encuentran en el tren y Himmler lo llama para explicarle lo de las puertas, así que Hitler acepta todas las condiciones que le pone Franco, con lo cual esto significaría que España entró en la guerra y se cambió la historia. ¿Cómo van a arreglar ahora este desaguisado las criaturas? Irene está flipando al enterarse, como nosotras. Quieren llamar al Ministerio, pero están fuera de territorio español, así que Irene propone hacerlo a la antigua usanza desde la estación de tren porque Amelia & company están en esa misma época. ¡Una mujer de recursos!

"Madre mía, la que se nos viene encima..."

«Madre mía, la que se nos viene encima…»

Tras enterarse de todo el drama que hay montado en el Ministerio, Ernesto no ve otra que pasar al plan B, aunque Irene le suelta su mayor reparo:

¿Pero alguien ha calculado lo que puede cambiar la historia… si matamos a Hitler?

WHAAAAT? O_O Que se van a saltar todas las normas a lo loco, lesbicanarias. ¡Se está yendo todo de madre! Ernesto dice que sabiendo lo que hizo, igual la mejoran. Pero todo el mundo sabe que cambiar el tiempo es extremadamente peligroso. Es una de las normas más elementales de los viajes en el tiempo, la de “no se toca nada”.

Con los maquis y guardias civiles que tiene infiltrados el Ministerio en la época, Amelia, Julián y Ernesto están yendo por libre a por todas y llegan a la puerta secreta custodiada por los nazis. Lola está allí en plan “vamos, vamos” y les abre la puerta. ¿Pero esta mujer de qué lado está? En realidad, rápidamente les explica que está de su lado y que ha enviado a los nazis a una trampa. Todo con cara de “you know nothing, Jon Snow”.

"Ay, dios mío. Qué paciencia. Estos no se enteran de nada de lo que hago"

«Ay, dios mío. Qué paciencia. Estos no se enteran de nada de lo que hago»

¿Que como se salva el Ministerio? Pues porque llega el general Espínola (que es un tío que también luchó en los Tercios de Flandes como Alonso) con su ejército a través de las puertas del Ministerio. A ver, la verdad es que bien pensao está, porque con tantas puertas pueden entrar por ahí miles y miles de soldados para superar en número a los nazis. Lola tonta no es.

Todos cruzan la puerta menos Amelia, que se queda sola con Lola y la amenaza con una pistola. Pero Lola dice su nombre completo, el de sus padres… ¡Que lo sabe todo de ella esta señora! Sigue insistiendo en que ella no hace nada malo, porque salva vidas e intenta cambiar la historia para bien. Su filosofía es “la historia a veces es una mierda, el Ministerio os tiene engañados, podemos ser superhéroes y arreglar el mundo”. Amelia es como un cacho de pan así que, obviamente, no dispara y Lola se va molando más que la vida. Porque sí, es un personaje ambiguo, pero parece que sabe más que todos y yo que sé. A mí me gusta y además da muy bien en pantalla. Yo calculo que es de la quinta de Irene… Ejem, ejem, ¿captáis por dónde voy? Bueno, es que tendré que buscarme un ship, ¿no?

Espínola llegando al rescate modo Terminator

Espínola llegando al rescate modo Terminator

Total, que al final con Espínola en plan badass obligan a Himmler a que llame a Hitler y le diga que lo de las puertas era bromis. Todo al filo de lo imposible, porque Ernesto ya tenía preparado un vasito de agua con cianuro.

La sorpresa final del episodio nos la da Amelia, que siguiendo el ejemplo de sus dos compañeros de aventuras, decide viajar al pasado en secreto para conocer qué pasó a su familia y a ella misma. Se ve que lo que le dijo Lola le picó la curiosidad. Va al cementerio y, tachán, conoce su futuro. Y su futuro… ¡es la muerte!

Ver tu propia lápida. Cosas de los viajes en el tiempo.

Ver tu propia lápida. Cosas de los viajes en el tiempo.

Así que no sólo muere jovencita, sino que tiene marido e hija cuando lo hace. Ay, la que se nos viene encima… Pero hemos aprendido algo muy importante. ¡Y es que Irene Larra se ligó a Ava Gardner! Ojalá pudiésemos tener imágenes del momento, ¿que no? En cuando a los demás personajes, vemos que hay muchos misterios que van saliendo. ¿Qué pensáis de Lola Mendieta, por ejemplo? ¿La veis trigo limpio? ¿Y lo de Amelia? ¿Por qué tanto secretismo de Ernesto sobre su época de procedencia? ¿Cuántas caras de “oyoyoyoyoy, qué lío” le habéis contado en este capítulo a Irene? Y es que, niños y niñas, con los nazis y el tiempo no se juega.