Seguimos en Litchfield, chicas. De inicio parece que este episodio va a ir bastante sobre Nicky, ya que cuenta a Luschek que han robado la heroína que pretendían vender y de repente tenemos un flashback sobre su pasado. Malas decisiones, adicción a la heroína, robos de coches… Y hasta aquí, vamos a ver qué se cuece en el mundo Vauseman.
Están en plena biblioteca dándole al tema, aunque Alex sigue cabreadísima e insultándola mientras se comen la boca y a Piper eso le parece super-excitante. Cada quien con sus filias, oye. En fin, Alex está tan cabreada que incluso le dice que se calle la boca y se dé la vuelta, porque no soporta verle la cara. Una relación sana y madura.
Daya está planeando su boda con Flaca y Maritza y recordemos que ella no sabe nada de la espantada de Bennett. Sufrimiento is coming. Además, uno de los guardias se acerca a Caputo para preguntar si es cierto que van a cerrar la prisión. Los rumores vuelan y Caputo no sabe dónde meterse, así que le da largas y suda como un gorrino.
Healy, aunque es un señor que suele dar asquete, va a pedirle perdón a Red porque el otro día le habló muy malamente en el despacho. Y ya de paso, vuelve a pedirle ayuda como traductora para resolver sus problemas matrimoniales. Mira, tío, desiste. Tu mujer no te quiere ver ni en pintura… ¡Y no nos extraña!
Un dato importante es que hay consejera nueva en la cárcel. Al ver a Alex le dice: “Uy, ¿qué te pasó? Tienes ahí una marquita en el cuello…” Y quién dice marquita, dice mordisco tamaño Drácula. Pero Alex pasa del tema y suelta la típica excusa de “ay, pues me daría contra el pomo de la puerta” o yo que sé, una historia sobre que se tomó el pulso muy fuerte. Pues ok, chiqui.
Nuestra Vause está muy hasta el toto, pero hasta el totísimo, totárrimo. Mucho más con esta chica que parece que vive en el mundo multicolor de la Abeja Maya. Es decir, tiene buenas intenciones, pero igual es un pelín ingenua. Alex se lo deja clarinete:
Sí, lo comprendo. Usted es una de las buenas, pero le diré algo. Todos creemos ser buenos. Solía trabajar para un narcotraficante que no dudaba en pegarte un tiro si lo molestabas o dejabas de serle útil, pero en su mente, él seguía siendo un buen tipo, el Robin Hood de la heroína. Porque evitaba los carteles mexicanos, hacía ahorrar al consumidor y nunca cortaba la droga con polvo de ladrillo. Y usted no es otra cómplice que cobra un cheque de un malvado sistema de opresión, porque lo combate desde dentro con sus clases de teatro. Bien, crea lo que necesite creer. Pero disculpe si no quiero perder mi valioso tiempo contribuyendo al engaño de que está poniendo su granito de arena. Tengo mi propia “colcha de mentiras que coser”.
¡Toma del frasco, carrascoooo! La chica comenta que su discurso es taaaan bueno, que precisamente debería ir a clases de teatro y repetirlo. Ehhh, cariño, creo que no has pillado el tema muy bien.
Por otro lado, Nicky desmonta una luz y esconde dentro los saquitos de heroína de los que, en teoría, ella no tenía constancia. ¡Lo sabía! Nicky, ¿qué haces? ¡Te vas a destrozar la vida! Pero Soso aparece de repente a preguntarle que por qué no es maja con ella. Después de todo forniquearon juntas y qué menos… Dejadme deciros que en este momento Nicky es bastante desagradable. No había necesidad. ¡Soso sólo quiere amigas y cariño! Pobre Soso, yo la compadezco mucho.
Mientras seguimos conociendo el horroroso pasado de Nicky enganchada a las drogas, Alex enfrenta a Piper para decirle que lo del chupetón es un poco de adolescente. Un poco sí, Piper. Y, para variar, se ponen a discutir. Morello las ve y se pone así como estaríamos nosotras, más o menos.
Morello: Oh, es muy lindo veros juntas otra vez.
Alex: No estamos juntas. Ella es mi vaca sexual.
Morello: Oh. Qué… tierno.
Total, que Morello le pregunta si va a ir a clase de teatro de la consejera nueva y allá que van todas. Poussey y Taystee están muy apenadas por el destino que han sufrido los libros de la biblioteca, así que les hacen un funeral en el jardín. Para rematar el ciclo de vida de los libros, devuelven sus cenizas a los árboles de los que provienen. Qué hermoso. D.E.P. libros.
En la clase de teatro, después de varias intervenciones, la consejera propone que Alex y Piper improvisen. Qué sutil. Yo creo que esta chica es una shipper que han metido ahí por error y se hace la tonta en plan: “¿Qué pasa? ¿Tenéis historia juntas?” Y las demás se mean. No, qué va. Nadita de historia. ¡Bien sabes que Piper le come el cuello a Alex, tía, no disimules!
Empiezan a actuar como si estuviesen en un supermercado y Alex fuese a devolver una fruta podrida, pero digamos que las cosas se van poniendo más y más personales. No nos lo esperábamos para nada…
Piper: Lamento haberle vendido la fruta. Está bien, lo reconozco, sabía que estaba en mal estado, pero quería recuperar mi poder. Porque quería que volviera. Porque la echaba de menos, echaba de menos que viniera. Así que le vendí la fruta en mal estado para que volviera a mi tienda. Sé que estuvo mal y lo siento. Pero por otro lado no lo siento porque me alegra tanto verla… señora clienta.
Y así reconquista a Alex, con metáforas de frutas. En el fondo es bonito porque Alex le contesta que siempre ha tenido debilidad por la fruta blanda… Ejem, ejem. Morello se queda mirándolas con ojitos llorosos y están todas aplaudiendo por la reconciliación. ¡Gracias, consejera shipper! ¡Te queremos!
Para liar más el tema de la heroína, las yonquis la encuentran por casualidad y lo flipan como si fuese un mandato divino. Básicamente porque rezaron con Norma y empiezan a creer que Norma tiene poderes. Lo que les faltaba a estas, que ya están como las maracas… Cuando Nicky las ve drogadas hasta las cejas, se da cuenta enseguida y va a contárselo a Luschek. Mientras tanto, la esposa de Healey, Healey y Red están en plena sesión matrimonial. Esta señora le echa en cara que nunca estuvo enamorada de él porque la engañó creando un perfil falso en internet. Tienes lo que te mereces, Healey. ¿Qué esperabas?
Luschek recupera la heroína y al verla de nuevo Nicky se pone muy pesada estilo: “Venga, enróllate, Luschek”. Pero él le dice que es mejor persona sin heroína. Por fin algo en lo que estamos de acuerdo. Con la droga Nicky es un poco como cuando intenta ligar con una muchacha, pone la misma cara de pervertida. Mira, no. Si quieres aliviarte confiésale a Morello tu evidente amor por ella a ver si resurge de las cenizas, pero DEJA. LA. MALDITA. HEROÍNA. YA.
Como las dos yonkarras están enfadadas por haber perdido de nuevo la heroína, le confiesan a otro guardia que Luschek la tiene. ¡Chivetas! Veréis ahora la que se va a montar. Alex y Piper están otra vez en la biblioteca tratando de darle alegría a su cuerpo serrano, pero ya no es lo mismo porque tras la clase de improvisación Alex ya no siente furia contra ella y se les va un poco la pasión. De nuevo, chicas, si necesitáis odiaros para tener buen sexo igual tenéis que hacéroslo mirar… Pero bueno, al menos lo hablan y se dan algunos morreos, que siempre es mejor que nada.
Respecto al cierre de la prisión, al final Caputo tiene que decir a los guardias que es verdad y se entera de lo de las drogas, así que entran en el taller eléctrico a arrasar con todo. Luschek está tranquilísimo porque ya la vendió, o eso cree él. Resulta que Nicky escondió una bolsita pegada con chicle en la mesa y acusan a Luschek. Obviamente, él no quiere aceptarlo y echa la culpa a Nicky. ¿A quién van a creer? ¿A un guardia o a una reclusa con un turbulento pasado de drogadicción? ¡Premio! No sabemos por qué Caputo está de muy mala hostia y la envía a máxima seguridad. Todo esto lo ve Piper y se queda como nosotras, en shock. ¡A Nicky no me la toquéis, eh! QUE NO ME LA TOQUÉIS, MALDITOS.
Yo creo que hay que entender que casi haya recaído. Lo que necesita es ayuda y no que la enviéis a máxima seguridad. Listos, que sois unos listos. En el pasado vemos como Nicky ya ha echado esto precisamente a su madre en cara, que en lugar de ofrecerle ayuda, le daba dinero. ¿Y veis eso en el suelo? Es mi corazón tras ver la escena de Nicky siendo arrastrada por los pasillos de la prisión mientras se la llevan.
Nicky llora, se disculpa con su family y dice un sentido “I love you”, que me resuena a mí en las tripas de lo doloroso que es. ¡Morello dice que también la quiere! Y mirad la cara de Red y la de Morello… Mirad cómo se quedan las pobres. Y Morello mira desde la ventana llorando a moco tendido mientras se la llevan… ¡Yo no me merezco esto! Aclaro que soy una shipper hardcore de Nicky y Morello (más que de Alex y Piper, aquí dónde me veis) y esto me acaba de destrozar la vida porque Nicky cree que es la mayor mierda que ha pisado la Tierra. Y no, no lo eres, Nicky. Todo el mundo comete errores en la vida.
Así acaba todo, con Nicky entrando en la prisión de máxima seguridad y renegando de que Red sea su madre porque “no le deseo eso a nadie en la vida” (Snif, snif). ¿Es este el adiós de Nicky Nichols? ¿Qué pasará ahora con Morello? ¿Hay esperanza futura en esa relación? Las shippers de Vauseman estaréis tranquilas, pero yo no estoy bien. I will go down with this ship.