Hola chicas. Seguimos poniéndonos al día con Orange Is The New Black. La vida en Litchfield ha sido alterada, ya que recordemos que la nueva comida viene directamente en bolsas precocinadas que sólo hay que calentar, así que para Red todo esto es un ultraje a sus dotes de cocinera y se siente muy triste de que la gente piense que ESO lo ha cocinado ella. Piper se percata de que una de sus compas de mesa utiliza unos polvos saborizantes para que no se le forme bola y parece que algo se le pasa por esa loca cabecita. Tras lo de las bragas, miedo me das, Piper. ¡Miedo me das!
La tía rara nueva está en el compartimento de Alex viendo sus fotos y es algo muy creepy que no sé a vosotras, pero a mí me da cero tranquilidad. Alex debe pensar lo mismo que yo porque la saca de allí a gritos con cara de paranoica. Y a continuación, flashback que te crió:
Pero Alex, cariño mío, ¿qué te ocurre? No llores. Drama duro, drama negro, drama personal, drama familiar. Alex está en el funeral de su madre, a la que tenía un poco abandonada, y menos mal que aparece Fahri por ahí y se la lleva a dar un paseo de colegas camellos de drogas.
Alex: Debí haber vuelto antes. Debí haberla visitado.
Fahri: No sabías que sucedería esto. No te culpes, tienes que ser fuerte.
Alex: ¿Puedo culpar a Piper por ni siquiera estar aquí, joder?
Fahri: Sí, claro. A la mierda con esa perra.
Y le ofrece cocaína para pasar el duelo e irse con él a París porque tiene que ir allí a hacer gestiones de drogas. Ella acepta. Si estoy ahí te caneo pero bien, Alex.
La idea que Piper tuvo a principios del episodio es la siguiente: comprar todos los sobres saborizantes para la comida y así poder convencer a las chicas para que las ayuden con el negocio de las bragas, intercambiando bragas usadas por sobrecitos. A Alex le tocaba coquetear con el guardia jovencito para usarlo de mula, pero tiene otras cosas en la cabeza. Además, tampoco tiene muy claro que sea la persona más indicada para conseguirlo.
Piper: Con los hombres es más fácil. La mujer requiere confianza. El hombre sólo la promesa de sexo. Y la promesa de sexo es gratis.
Alex: ¿Y qué pasará cuando quiera que cumpla esa promesa?
Piper: En el peor de los casos, le haces una paja.
Alex: Según parece, lo tienes todo pensado. Estás más abajo que yo en la escala de Kinsey. Adelante.
Sí, Piper, ¿por qué no lo haces tú ya que lo ves tan fácil? Porque vaya tela. Pedirle a tu novia que masturbe a un tío con tal de conseguir tus propósitos de negocios turbios… Not cool.
Poussey no deja de presionar a Suzanne para que termine el nuevo capítulo de su “libro” y de repente aparece otra tía que también ha leído la historia, igual que Cindy. Vamos, que están todas enganchadísimas e incluso discuten un poco sobre si son #TeamPitoduro o #TeamVergo O_O. Yo creía que Suzanne le pondría algo de picante lesbicanario a la historia, pero se ve que va todo sobre apéndices masculinos.
Piper llega a junto sus compas muy en plan “I’m a boss ass bitch” y les empieza a contar su propuesta.
Claro, al principio cuando les suelta que quiere que se unan a ella para conseguir sus bragas usadas, todas la miran como si acabase de esnifar pegamento. Pero en este momento Piper demuestra su gran don de palabra, porque para algo fue a la universidad y estudió duro: para venderles bragas olorosas a un grupo de pervertidos desde la cárcel. #LifeGoals.
Piper: A mí también me provocaba pudor y vergüenza mi propio eau de parfum. Pero después pensé “¿Por qué debería avergonzarme? ¿Acaso no es eso parte del odio a mí misma que me ha inculcado el patriarcado? ¿Acaso no son esos mismos hombres que me avergüenzan los mismos que usarían mis bragas en su cara e inhalarían profundo?” Señoritas, llegó la hora de ser valientes. Pues cuando esos hombres huelan vuestras bragas, estarán oliendo vuestro carácter. Dejad que huelan osadía y coraje, que huelan a mujeres desenfadadas y desinhibidas y que digan que Litchfield… ¡Que Litchfield es un sitio donde las mujeres aman sus cuerpos y tienen amor para compartir! Hermanas, quizá estemos encarceladas, pero nuestras bragas recorrerán el mundo. Y de ese modo, mucho después de que partamos, nuestro olor… Nuestro olor perdurará en alguna gasolinera de Toronto o en algún cubículo de oficina en Tokio. Y de ese modo nos conocerán. Y de ese modo nos recordarán. ¿Queréis que os recuerden? ¡Entonces sudad profusamente, tiraos pedos libremente y cread hedor! ¡Cread hedor, mis hermanas! ¡Cread un hedor que dure 1000 años!
¡Aplausos! ¡Loquísima, Piper! ¿Qué fue esto? No lo sé, pero se merecía su transcripción completa. Piper emocionada con las bragas y el hedor vaginal como si estuviese dando un discurso sufragista. ¡Lo más grande y surrealista, os lo digo! Aplaudo todo. Que, por cierto, me da la impresión de que a lo largo de toda la escena Taylor Schilling se está conteniendo para no partirse la caja. Veo más a Taylor que a Piper aquí. Tras esto, obviamente, aceptan porque no se puede decir que no a semejante discurso.
Mi querida Soso está deprimida y va a ver a Healy, porque es su consejero, pero como ella está tan feliz en las clases de teatro, quiere que su consejera sea Berdie, la nueva. Así que Healy se rebota y le dice que si quiere hacer amigas, tiene que dejar de estar amargada porque la gente triste es deprimente y blablablabla… Literalmente, lo peor que le puedes decir a una persona deprimida. Así que le receta unas pastillas.
Piper está ya preparando sus armas de mujer para tratar de “ligar” con el yogurín (esto va a ser divertido, lo preveo), pero Stella intenta sacarle información sobre qué hay entre Alex y ella. No te lo quiero volver a repetir, Stella. Mantente. Alejada. De. Mis. Vauseman. Lo que me tranquiliza es que Piper enseguida le dice que Alex es su novia y su socia del negocio de bragas. Vamos bien. Respirad, lesbicanarias. Todo bien. Piper se acerca al yogurín poniendo la excusa de que algo funciona mal en su máquina de coser y es muy incómodo de ver. Para nuestros ojos, al menos. El yogurín estará encantado.
Mientras, Lolly sigue poniendo paranoica a Alex y seguimos teniendo flashbacks terribles, como ese en el que tras haber sido Piper encarcelada, Kubra envía a alguien a matar a Fahri directamente delante de Alex.
Paralelamente en este capítulo, uno de los guardias nuevos está confraternizando bastante con Pennsatucky, ya que como no se entera de mucho y le toca con ella en la furgoneta, ella le va explicando las cosas que se supone debería hacer como guardia. Aunque hacen paradas por el camino y se compran rosquillas… ¿Qué cojones están plantando aquí? Daya, por su parte, se entera de que su madre ha pedido dinero a la madre de Pornstache y en el momento de cabreo le confiesa a la señora que el hijo no es de él. A la pobre mujer casi le da un derrame al escucharlo.
Beardie enfrenta a Healy (¡y menos mal, te queremos Beardie!) sobre el tema Soso, diciéndole que no le parece muy acertado recetar medicación a alguien sin antes conversar sobre el problema y saber si realmente la necesita. Duh! Y le explica que cuando alguien se siente así de mal, no necesita que le culpen por sentirse así de mal. Yo es que no sé qué pinta este hombre de consejero si no tiene ni idea de psicología básica y además, entre tanto, pues suelta sus comentarios misóginos y racistas de siempre. ¡Qué asco das, Healy! Vamos mejor con Poussey:
Como veis, mi pobre Poussey está muy metida en la historia de Suzanne y se decepciona porque dice que “en este libro sólo importa el sexo”. ¿Y qué esperabas, criatura? Ay, es que ella es una romántica y además está borracha perdida. Taystee hace de buena amiga e insiste sobre lo de AA, pero Poussey le dice que no necesita hablar sobre lo que bebe, sino una razón para no beber. ¡Matadme ya! Está tan sola, que llora y ni siquiera su BFF Taystee puede consolarla. Y la próxima vez que la vemos, ya está directamente en la pseudo-secta de Norma, ante la cara de preocupación de Taystee.
Por el momento, Alex y Piper siguen su vida de novias con tranquilidad jugando a las cartas. Piper le cuenta los avances con el guardia, pero Alex no le presta mucha atención porque Lolly está desde una esquina observándola. Piper se levanta en plan “hasta aquí” y le pregunta directamente, con lo que Lolly da una explicación bastante lógica de que si la mira es porque la propia Alex la está mirando.
Esta es la carita de Piper tratando de tranquilizar a su moza, diciéndole que “es inofensiva, cari”, pero es que la Lolly da mucho yuyu. Yo entiendo a Alex. Esto nos lleva directamente al pasado, cuando Kubra la amenazó y le dijo que tenía que desintoxicarse para volver a centrarse. Porque en esta época con la ruptura con Piper, la muerte de su madre, que Fahri y ella tuviesen que escaparse por miedo a las represalias de Kubra… ¡Estaba fatal de la vida!
Vuelta al presente y la imagen que nos dejan para terminar el episodio…
Sí, como habréis adivinado esa es la mano de Lolly, que en su libreta apunta minuciosamente todo lo que hace Alex a lo largo del día. Si me acaba de entrar un escalofrío por la espalda, pues se dice y ya está. ¿Qué pretende esta loca? ¿Será que realmente ha sido enviada por Kubra? A Alex Vause ni nos la toquéis. ¡Ni nos la toquéis! Y con esto telón.