En el último episodio tuvimos masacre debido a un misil de Mount Weather del que Lexa y Clarke tenían constancia y escaparon. Empezamos entonces con fuego y gritos, con Clarke observando la masacre y avanzando medio ida por el bosque. Menos mal que aparece Lexa para agarrarla y sacudirla un poco por los hombros, que yo pensé que le iba a dar un sopapo y gritarle “¡reacciona!”, pero a Lexa le va más eso de quedarse mirando a Clarke a los ojos durante un tiempo innecesariamente largo y perderse en ellos intentando decidir de qué tono de azul son exactamente.
Como Clarke está muy en shock, le brota la rabia y dice que quiere matar a todos los de Mount Weather, con lo que Lexa asiente en plan “tranquila, cariño, que por ti mato al mundo entero”. Es una historia de amor muy peculiar.
Abby, Octavia y Lincoln están ayudando a sacar a la gente de los escombros y se encuentran a Indra, a la que ayudan a salir. Pero ni un segundo de respiro les dan, porque empiezan a dispararles de lejos y el sonido de los disparos llega a Clarke, que está en modo venganza espartana.
Lexa: Clarke, más despacio. Si es un observador está aquí para asegurarse de que estamos muertas. Si le dice a la montaña que estamos vivas…
Clarke: No lo hará.
Lexa: ¿Cómo puedes estar tan segura?
Clarke: Porque voy a matarlo.
Y Lexa se queda con esta carita de que está entre sorprendida y flasheada de los ovarios de Clarke, así que no dice nada y simplemente la sigue como un cachorrito. Entre tanto, descubrimos que Marcus está vivo entre los escombros y Abby ha decidido que se va a meter a la aventura sin nada que la proteja. ¿Valentía o estupidez? No lo sabemos, porque ahí te cae una piedra gigante encima y te aplasta la cabeza, pero tú misma, Abby. De hecho llega abajo y tenemos un problema, porque la mujer es muy pequeñita y es incapaz de levantar una viga que está aprisionando a Marcus, así que el plan superbien así de entrada.
Dentro de Mount Weather los chicos sky-people siguen en plan barricada revolucionaria en su dormitorio. Bellamy, mientras, anda paseando por ahí con Maya y consiguen salvar a una chica. El padre de Maya es un buen hombre que los ayuda a resguardarse en su casa. ¡Menos mal que queda gente con corazón ahí dentro!
Por cierto, Lexa va detrás de Clarke, pero también la va intentando convencer de que no haga locuras, porque matar al francotirador no va a solucionar lo que ya ha pasado. Eso le dice, aunque en el fondo está pensando “amor mío, me tienes muy preocupada, no mates a más gente porque yo creo que te está sentando mal”. Y entre medias, se encuentran con Lincoln.
Lincoln las mira cómo pensando “¿qué carajo hacíais en el bosque las dos solas por la noche?” y en otra situación pues oye, yo creo que da para imaginar cosas… Pero con la explosión y las muertes Lincoln no está para sumar dos y dos como un buen shipper. Lexa, como veis, no le quita ojo de encima a Clarke, porque a su lado a veces ni chista y le cede toda autoridad en según qué momentos. Si es que son… <3
Como había previsto, en el agujero entre metros y metros de escombros se produce un desprendimiento porque Abby no deja de intentar mover piedras y hierros. ¡Si es que lo estás haciendo peor! ¡Estate quieta! En la superficie, los tienen rodeados con los disparos y como Indra está muy malherida, le pide a Octavia que tome ella el mando. Y tenemos que dar gracias, porque a Octavia el estilo guerrera grounder le sienta de maravilla y liderar empieza a dársele genial.
Tiene un plan un poco loco, de estos medio-suicidas, pero sale bien y avanzan, con lo que se gana el respeto de sus otros compis grounders. De esta manera llegan a la zona que les interesa y empiezan a escarbar y a retirar piedras, mientras abajo Abby y Marcus están todos cubiertos de polvo, sangre y pedruscos. Y supongo que porque piensa que va a morir, Abby le cuenta que Clarke sabía lo del misil y escapó junto a Lexa. A ver, que no os enteráis, que sólo querían huir del mundo para vivir su amor libre de obligaciones y ataduras. Dato: Creo que Abby y Marcus van a terminar liados a la larga.
Algo que me hace mucha gracia es que Bellamy y Jasper se encuentran dentro de Mount Weather y Bellamy le informa de que Clarke está a la espera con un ejército grounder para entrar en acción. Jasper lleva tanto ahí dentro que pregunta por Finn sin saber que ha muerto y Bellamy se calla. Llamadme mala, pero me hizo muchísima gracia este momento, en plan “ah, Clarke y Finn, qué bien, ¿están felices juntos? ¿Cómo les va?” Es que te tienen que poner muy al día, Jasper, que ahora Clarke anda por ahí haciendo ojitos con la comandante grounder.
Hablando de estas dos, ya han llegado al lugar donde está el francotirador, que amenaza a Lincoln con un cuchillo. Igual os pensáis que Clarke se va a andar con chiquitas a estas alturas… Pues no.
No se lo piensa ni dos veces a la hora de disparar y matar al hombre de Mount Weather. Lexa está preocupadísima (y no me extraña, que Clarke está ya con los ojos acuosos) y aparece por detrás sigilosamente.
Lexa: ¿Te ha hecho sentir mejor?
Clarke: No.
Y Clarke llora. ¡Pero abrázala, copón! Me desesperan. Con esto de ser la comandante de hielo, nos lo pones muy difícil Lexa. ¡Muy difícil!
Dentro de Mount Weather, no solo el padre de Maya es una persona con sentido común y empatía, hay mucha más gente que quiere ayudarlos y los distribuyen en sus “casas” para que no la policía del lugar no los encuentre.
Abby y Marcus están en este plan, que dices tú, tía, si vais a morir bésalo ya, que es tu última oportunidad en la Tierra. Pero ocurre algo muy emocionante y es que los sky-people han escuchado la explosión del misil desde lejos y aparecen en Tondc para ayudar a los grounders. ¿Veis? Esto tendría que pasar más, sobre todo ahora que vuestras jefas quieren formar una familia interpueblo para repoblar la Tierra. Que bueno, ellas dos no pueden repoblarla por motivos obvios, pero pueden apoyaros en espíritu haciendo como el “esfuerzo físico” del proceso (guiño, guiño). Perdonad, ya se me está yendo la pinza otra vez.
El caso es que con ayuda de todos consiguen abrir el paso entre los escombros y sacar a los supervivientes. Regresa Lincoln y Octavia se le lanza a los brazos. Son superbonitos estos dos, los shippeo mucho. Detrás vienen también nuestras chicas guerreras.
Al ver a su comandante, los supervivientes grounders empiezan a gritar “Heda, heda” y tiene bemoles la cosa, porque Lexa tiene la frialdad de dar ahí mismo un discurso la mar de épico diciendo que semejante ataque no será tolerado y que la montaña caerá. A ver, yo la amo, pero esto fue un pelín hipócrita (por no decir un muchín). Abby las mira desde abajo como diciendo “esto no puede estar pasando, la novia de mi hija es una sociópata” y Clarke creo que quiere meterse debajo de una de las innumerables piedras que ha dejado la explosión a su alrededor.
Pero Abby ha prometido a Clarke que no diría nada y cumple su palabra, aunque veo yo su relación madre e hija deteriorada. Cosas que pasan por dejar morir a todo un pueblo y huir con tu novia en medio de la noche. Es que Clarke, tía… Lexa, como acaba de demostrar que tiene un piquito de oro para el discurso épico, pues ya se viene muy arriba y le dice que con su dos pueblos tan unidos, van a ganar la guerra sí o sí.
Y la mira así, porque obvio, ya estamos acostumbradas a ver lo mucho que habla esta mujer con los ojos. Clarke asiente, aunque internamente lo está pasando muy mal y se le nota. Mientras el resto sigue sacando supervivientes de entre las ruinas y preparándose para la guerra, Indra felicita a Octavia por su trabajo como una madre orgullosa. Ois, si mostrases emoción en algún momento ya sería la hostia, Indra. Que es que hay que sacarte estas cosas a punta de espada a poco más. Se siente tan extraordinaria que incluso perdona a Lincoln y… ¡Lo abraza! Cantad conmigo, hermanas: Aaaaaaleluyaaa, aaaaaaaleluyaaa, aleluya, aleluya, aleeeeeeluyaaaaa.
Están todos de reencuentro. Octavia también se encuentra con Clarke y le dice que está muy contenta de que esté a salvo y no le haya pasado nada (ay, si tú supieras Octavia…) La conversación entre Abby y Clarke ya es más incómoda, pero sin decirse mucho parece que Abby termina medio perdonándola porque entiende y le recuerda que “son los buenos”. Mujer, a mí me parece que a Clarke eso ya le tira de un pie y sólo quiere venganza a tomo y lomo. Como quien no quiere la cosa, Lexa pasa por allí y le dice que ya es hora. Parten para la guerra, lesbicanarias.
Que ojo, ver a tu hija partir para la guerra sin saber si va a sobrevivir… Imaginaos la dureza. Pero es lo que les queda y allá que se marchan, en una escena muy espectacular a cámara lenta en la que vemos las caras de determinación de Lincoln, de Indra, de Octavia… También de Lexa, para quien parece que ir a la guerra es como salir al patio del recreo de lo pancha y segura de sí misma que va. Clarke está ahí, ahí, pero es que es normal, ella no tiene esa experiencia en temas bélicos. Aún así, da bastante el pego porque a mí me da que nuestra prota va poco a poco quedándose más traumatizada y deshumanizándose más.
Y hasta aquí el episodio de esta semana. The 100 nos va preparando ya para la recta final de la temporada y aquí Lexa y Clarke aún no han dado el paso. Les cuesta, ¿eh? Espero que compartir un secreto tan grande como el del misil sirva para unirlas un poquito más. Eso de la guerra me da un poco de miedo. Ahí puede morir cualquiera. Al menos que no cumplan el típico destino trágico lesbicanario, es lo único que les pido.