Todas las fanáticas de Seis Hermanas nos quedamos petrificadas con el beso de la semana pasada pero a medida que pasan los días creo que el sufrimiento irá creciendo porque vemos a un Dumas cada vez más enamorado de la Silva (cosa que no me extraña) y nosotras sufriendo cada vez que la intenta camelar con alguna poesía. Cuanto daño ha provocado la marcha de Aurora y cuanto que la echamos de menos. Mejor vamos a ello y lloremos todas juntas.
La preocupación de la Silva se le nota en la cara y así lo perciben sus hermanas, en este caso Diana. Cuando le confiesa lo del beso, la otra se parte de risa y le recuerda a Aurora, pero Celia le responde que se ha ido y ella tiene derecho a rehacer su vida. La hermana piensa como nosotras, que después de Petra y la enfermera, no pensaba que el siguiente sería un hombre, ni nosotras tampoco lo pensábamos… Pero bueno, la chica tiene tremendo cacao en la cabeza.
Más tarde el causante de nuestros males va a ver a la Silva pero ella se muestra distante y ni quiere quedar con él, claramente intenta tomar distancia y hasta le empieza a hablar de usted de nuevo. El chico se da cuenta y sabe que es por el beso que le dio, por lo que le dice que lo lamenta mucho, que solo fue un impulso pero si llega a saber lo que le va a afectar a la chica jamás lo hubiera hecho. Dumas le quita importancia al beso y le responde que solo es un símbolo de aprecio, así que la chica se relaja más sabiendo que seguirán como amigos y quedan para después. Más tarde, al moderno parece ser que no le gusta nada de la navidad y solo piensa en hacer en el ambigú un recital de poesía en esas fechas.
Al día siguiente mientras la pareja (de amigos) juega al billar, Celia le dice que ya tiene el texto del recital de poesía preparado, que solo le falta poner el tema en el que se basará. Viendo las fechas la chica apuesta por temática navideña, pero rápidamente el otro le responde que jamás, que prefiere que sea libre y que cada uno hable de lo que quiera. Luego el chico le pide casi rogándole que ella también escriba algo, pero Celia le vuelve a repetir que nunca ha escrito para nadie y no tiene esa confianza. Víctor aprovecha para flirtear de nuevo y ella a hacerse la escurridiza.
Después hablan con los dueños del Ambigú para pedir celebrar allí el recital y cuando lo consiguen vuelven a casa Silva. Celia está algo enfadada porque no encuentra una poesía que escribió y la cual quería enseñar a Dumas, pero para él eso no es un problema, ya que lo considera una oportunidad para poder crear algo mejor. Si a positivo no hay quien le gane… También le dice que aunque no se acuerde del poema, lo que puede hacer es recordar que lo inspiró. Al final no se ni como, el chico consigue que lo recuerde. Lo mejor de la escena es cuando ella se marcha hacia su habitación para escribirlo, dejándolo allí. ¡Que corra el aire!
Hablando con Francisca, Celia piensa que debe invitar a la cena de navidad a Víctor, porque sino pasará esa noche solo y no es necesario. Las hermanas mientras más gente haya en la mesa mejor así que eso no será problema. Más tarde y cuando el día ha llegado vemos Celia y Dumas jugar en la nieve, aishhh que escenas más bonitas se está perdiendo Aurora desde que se fue a Cáceres… Los días previos llevan dándole vueltas si invitar a la cena a navidad a Elisa, ya sabemos lo insoportable que es y como unas querían y Elotras no, pues quedó en el aire. El caso es que cuando están jugando en la nieve, Celia ve a su hermana pequeña en la puerta de casa llorando y no hacen falta más palabras, se acerca hasta ella corriendo y la abraza. La verdad es que siempre va haciendo maldades y su padre termina echándola de casa el mismo día de navidad. Para que se queje tanto de las hermanas, que la reciben con los brazos abiertos. ¡Todas de nuevo juntas!
Una vez que celebran la cena de navidad, se quedan las seis hermanas a solas. Elisa les agradece el que la hayan acogido ese día pero sabe que tendrá que buscar un sitio a donde ir. De sobra sabe lo mal que se ha portado con todas, pero como son almas cándidas, le responden que ella no se tiene que ir a ningún lugar, que esa también es su casa. Y como la chica tiene una labia tremenda, consigue quedarse con ellas, aunque Diana ya le advierte que mucho cuidadito.
Al día siguiente, Celia entra en su cuarto, en el que se encuentra Francisca, y viene agotada de pasar todo el día con Dumas. Su hermana le dice que hace mucho tiempo que no la veía tan contenta y eso la alegra. La pelirroja le pregunta directamente que siente por el hombre, pero para nuestra tranquilidad, la Silva le responde que amistad. Que no está enamorada de él, solo que le está descubriendo un nuevo mundo que le encanta y que no lo ve más allá de un buen amigo. Fiu fiu, podemos quitarnos de momento el sudor de la frente…
Llega al fin el día del recital de poesía pero realmente es un fracaso porque no se presenta nadie, ya que también hay la presentación de un libro en otro lugar con vino gratis a lo que parece que es imposible resistirse…El dueño del bar se decepciona porque había gente que había ido a escuchar, con lo que eso anima a Víctor quien de repente decide que subirá al escenario para decir algo que lleva tiempo queriendo decir. Miedo me da. Y efectivamente, se sube al escenario y para nuestra desgracia le hace una declaración de amor a Celia, que no sabe donde meterse. EL chico cuando termina con los versos, espera una respuesta de nuestra Silva, pero ésta lo que hace es coger la puerta e irse. Eso sí que me hizo llorar de alegría.
Pues sí, claramente el chico tenía un interés romántico en ella, y aunque lo disfrazó de amistad (al más estilo de Mecano) está claro que no se puede contener más. ¿Cuál creéis que será su respuesta? Empiezo a sufrir de sobremanera. #AuroraVuelve