Esta semana estoy muy contenta porque a pesar de que el resumen de Seis Hermanas no empezó muy bien, en el último capítulo Celia le declaró a Dumas que le gustan las mujeres y que nunca se va a poder enamorar de él. Ya sé que todas teníamos un pañuelo porque llorábamos sin parar de alegría por su determinación. Solo habrá que esperar que cambios se producen en esta pareja de amigos, porque el chico se ha sentido un poco utilizado, Pero mejor, no adelantemos acontecimientos y vamos por orden.
La semana no puede empezar peor para Celia y es que mirando el correo se da cuenta que hay una carta que escribió a Aurora para navidad, tipo postal y la ha recibido de vuelta sin abrir. Sabe claramente que la chica no la ha querido y aunque Merceditas intenta quitarle hierro al asunto diciéndole que igual es que se ha cambiado de dirección, todas sabemos que la enfermera la ha devuelto porque quiere olvidar ese pasado. ¿¿¡¡ Porque nos castigas de esta manera Aurora!!?? A la Silva la deja muy tocada y seria… ¡Pobre!
Después aparece su hermana Francisca y la chica le cuenta lo de la declaración de amor de Dumas. La otra está emocionadísima y encantada con el tema, pero la otra, ya le deja claro que para ella solo es un amigo. Su hermana cree que debería buscar a alguien que la quiera y sobre todo hablar con el chico para darle una explicación, ya que desde que se fue dejándolo en el escenario jamás lo ha vuelto a ver y obviamente el que hablen tiene que llegar en cualquier momento.
Así que como no podía ser de otra manera, la próxima vez que vemos a la chica es hablando con Víctor, bueno más bien disculpándose por irse. Según le cuenta, lo que le molestó fue que lo dijera en público porque le da mucha vergüenza y actuó por impulso. El chico le vuelve a declarar su amor. Ella le responde que tiene mucho lio con los sentimientos y que le gusta que sean amigos. Dumas le dice que sí, que solo pueden ser amigos pero contradiciéndose, de repente, le zampa otro beso. Me estoy cansado de los besos robados del señor. Aunque esta vez Celia le responde… Un drama todo.
Más tarde en unos de sus paseos, terminan los dos en la fábrica de Tejidos Silva. Allí se encuentran a Benjamín, el padre de mi amada Petra (en paz descanse) y nos cuenta como pasaba con su hija el fin de año. Ella, lo invita a pasar la noche vieja en su casa pero el hombre ya tiene planes e irá con unos amigos al Ambigú. Dumas se apunta a ir también con la chica. Celia se queda triste al recordar a la Fuentes y el chico se piensa que es normal por lo amigas que eran, no sabe de la misa la mitad… Y allí terminan por la noche, bailando y pasándoselo bien y casi que llega otro beso. ¡¡Esto empieza a ser horroroso ya!!
Esa misma noche detienen a Benjamín y Miguel por contrabando de opio, ya sabéis que el tio de las seis hermanas, cuando estaba al mando de la fábrica se dedicaba a la exportación ilegal así que ahora van todos en el saco. Culpables o inocentes, así que Celia acompaña a Rosalía a ver a los dos hombres a la cárcel. Después queda con Dumas y vuelven antes de lo previsto a casa porque la chica está afectada con todo. Y aunque el chico la anima y le saca una sonrisa, cosa que agradezco, va al ataque de nuevo, pero esta vez Celia lo rechaza, y no una vez, sino dos. Todas estamos en este momento llorando de alegría. Y cuando le pide que se marche, casi que tenemos un orgasmo.
Pasan un par de días y Celia está inmersa en sus estudios. Su hermana Francisca la viene a ver al cuarto al tiempo que Merceditas entra y le dice que ya no sabe que excusa ponerle a Víctor para darle largas, ya que lleva desde ayer poniendo cualquier tipo de impedimento para no quedar con él. Le cuenta a la pelirroja todo lo que pasó y ésta le dice que tiene que hablar con Dumas y decirle que le dé tiempo y la respete porque ni están comprometidos. A mí me da, que por mucho tiempo que pase Celia no lo va a llegar a ver como algo más. Porque aunque le dice a su hermana sus dudas no son porque sea un hombre, me da que le miente un poco…
Víctor se cansa de esperar y se presenta en casa de la Silva. La chica al fin lo enfrenta al ver la desesperación de él. Así que accede a hablar, Dumas le pide perdón porque malinterpretó las cosas pero no puede evitarlo, le encanta Celia (Normal, como a nosotras) pero le promete que sabrá frenar y respetarla más y esperarla semanas, ella puntualiza en que igual meses pero al terminar la frase le vuelve a dar un beso. Ella se lo quita de encima con la excusa de que tiene que estudiar y no quiere más interrupciones. Celia claramente tiene puesta las largas.
Al día siguiente siguen de museos y exposiciones y el chico le compra unas flores a Celia, le repite que hará las cosas al ritmo de la chica. Y que por ella es capaz de aceptar las tradiciones que hagan falta. Hasta ahí todo normal, pero cuando suelta que ha hablado con sus padres y vendrán a España a conocerla, la cara de ella es todo un poema. Madre mía, como alguien no pare esto pronto, veo a Aurora y Celia enviándose fotos de sus respectivos maridos e hijos. Más tarde, Merceditas está emocionada porque sus suegros vienen a verla, y la emoción de una es curiosa con la apatía de la otra. Blanco y en botella. Por lo que cree que ya es hora de hablar con el chico, y así lo hace poco después en el Ambigú:
Celia: Creo que ha llegado el momento en que sea honesta contigo. Tú te has portado muy bien conmigo y yo no quiero que albergues ciertas esperanzas.
Dumas: ¿Ciertas esperanzas? Bueno, yo prefiero que me lo digas sin tanto preámbulo. Que no te gusto.
Celia: No, no es eso. Eres amable e inteligente, sorprendente, interesantísimo.
Dumas: Sí, soy inteligentísimo y encantador pero no te resulto atractivo en absoluto. Vamos que te parezco feo, dímelo claramente.
Celia: No Víctor, tampoco es eso. Soy yo, que creo que no soy la mujer para ti… Víctor, a mí no me gustan los hombres, me gustan las mujeres. Lo he intentado pero no lo he conseguido. Sé que nunca voy a sentir nada por un hombre y sé que nunca me voy a enamorar de ti. Ahora es cuando piensas que estoy enferma, que necesito que me curen.
Dumas: Eso es absurdo, no digas tonterías. ¿No has leído a Safo?
Celia: Si…
Dumas: Pues entonces. No estoy escandalizado, estoy triste, humillado. Pensé que confiabas en mí.
Celia: Si lo hago, por eso te lo cuento.
Dumas: Me has estado engañando. Me lo tuviste que haber contado hace mucho. No se puede jugar con los sentimientos de las personas.
Celia: Lo sé, pero quería saber sino podía enamorarme de un hombre porque tú eres perfecto para mí.
Dumas: ¿He sido un experimento?
Celia: No Víctor, tampoco es eso. Tu eres mi mejor amigo.
Dumas: Basta, basta… Éramos amigos. No quiero volver a verte en la vida.
Todas las lesbicanarias del universo la estamos aplaudiendo. Que grande ha sido su confesión, porque tengo que decir que estaba empezando a sufrir con lo que estaba sucediendo. También puedo comprender que Víctor se sienta utilizado pero tiene que entender que decir eso es algo que cuesta. Pero bueno, yo creo que este es el punto de inflexión en la pareja y si este la perdona, podremos seguir disfrutándolos como amigos.
Y hasta aquí el resumen de esta semana, esperemos que la cosa se ponga más interesante para nuestra chica y que se pueda llevar alguna alegría. Así que rezaremos cada noche porque la Silva encuentre el amor o lo reencuentre pronto…