Esta semana nos vamos a ir directamente al capítulo seis porque en el anterior de Crónicas Vampíricas nuestra pareja solo salió un minuto, así que bueno, nada relevante en cuanto a ellas. Recordemos que en el último resumen Nora y Mary Louise tuvieron una crisis bastante seria en la que pensaba que se separaban, pero por suerte, todo quedó en un susto y al final se reconciliaron y las dejamos bailando de manera acaramelada. Nos regalaron de las mejores escenas entre ellas. Así que sin más dilaciones vamos a contar que nos traen ahora, que como siempre, hay sol y sombra.
Solo me dan razones para amarla más cada día y es que a Nora la encontramos explicándole a Julian (que es el amor de la madre Salvatore y dentro de la familia desequilibrada vendría a ser como el padre, pero el señor es asquero…bueno que es mala persona) pues la encontramos explicándole como se juega al Candy crush, la amo. Parece ser que si juegas más de cinco minutos estás perdido con el enganche, pero por otra parte, hay personas, como Mary Louise que lleva un mes atascada en la primera pantalla. ¡Vaaaaa, que tampoco es tan difícil! Julian le dice lo que ya todas sabemos, que esa época es la adecuada para Nora, pero a ella de nada le sirve cuando no puede ni salir de la ciudad. El vampiro le promete que hablará con mama Salvatore para intentar que los pajarillos vuelen un poco del nido.
Al momento llega Mary Louise, preparada para una fiesta de bienvenida a Julian y Nora cuando la ve, tiene otro desaire con ella, a mi estas cosas no me gustan nada de nada, porque cuando ve a la rubia le pregunta si es así como piensa ir vestida. Vale que es un vestidito recatado, pero no es necesario ser así. Ya se sabe que le está costando más acostumbrarse a la nueva época. La chica que no es tonta se queda pensativa…
Más tarde nuestra querida Mary Louise intenta estar a la altura y se pone un vestido de vértigo, está tremendísima, pero nada. Está disgustada porque su novia se está pasando toda la fiesta hablando con unos y otros e ignorándola. Así que Julian se aprovecha de su apatía para incitarla a beber sangre de los invitados. Ella al principio no quiere, porque se lo prometió a la Salvatore, pero él va a lo psicológico diciéndole que normal que Nora se haya aburrido de ella pues antes era una persona que tenía valentía y agallas. Claro está, consigue convencer a la rubia que termina hincándole el diente a una camarera.
Poco después, con el subidón que da alimentarse de sangre se envalentona y va directa hacia su chica, que se maravilla al verla tan tremendísima, y no le da tiempo a decirle que se parece a Scarlett Johansson cuando la otra le zampa un beso delante de toda la gente y se la lleva de la mano con una iniciativa jamás vista en la rubia,la otra obviamente, encantada de la actitud de su novia. Madre mía, si la sangre es la que hace que se comporte de esa manera, que empiece a morder a todo lo que se le pone delante.
En este capítulo no vuelven a salir más, así que dejamos un poco en la imaginación el donde se la lleva… Seguro que estáis pensando lo mismo que yo. Así que bueno, su relación es un poco tormentosa pero al final siempre consiguen resurgir de sus cenizas y regalarnos más de una escena bonita. ¿Podrán soportar muchas más mini crisis? Espero que sí. ¡Nos leemos!