Estamos en 2016 y todavía vivimos en una sociedad excluyente, una sociedad que no lo piensa dos veces en segregar a minorías que no entiende o con las que no comparte visión. Seguimos regidos por un grupo de hombres blancos heterosexuales que ven el mundo con sus lentes especiales para hombres blancos heterosexuales. La homofobia, el racismo, el sexismo y la intolerancia están a la orden del día, desde los países subdesarrollados, hasta las grandes potencias del mundo. Es común reaccionar con negatividad ante algo que nos da miedo, es humano. Pero ¿no debería ser más humano pensar, analizar, escuchar y evolucionar nuestros puntos de vista?

La realidad es que la mayoría cree que la representación en los medios masivos se ha diversificado significativamente, y aunque este concepto no es errado, tampoco hay motivos para celebrar. Sí, ciertamente hay mayor diversidad en género, sexualidad, raza y religión en nuestras pantallas, pero no necesariamente es una buena representación. Algunos se preguntan por qué hacemos tanto alboroto por algo que es ficción y entretenimiento. Para ellos, la respuesta es: Porque la representación es fundamental.

¿Por qué es tan importante?

Tener una buena representación no sólo ayuda a las personas que se identifican con ciertas razas, comportamientos, géneros o sexualidades a sentirse validados. También le da una nueva perspectiva, más empática, a las personas que no se identifican con nada de esto. Una de las razones por las que segregar a un grupo al que no entiendes es tan efectivo es porque de cierta forma los desnudas de su humanidad. Se la arrebatas. Muchos criminales utilizan este método para llevar a cabo sus atrocidades. Cuando no ves a tu víctima como un humano, igual a ti, o a tus seres queridos, es más fácil ser cruel.

 

La representación ayuda a que las personas heterosexuales entiendan y vean a las personas queer como auténticos seres humanos. O que los blancos vean las personas de color. O que los cristianos vean a los musulmanes. O que los hombres vean a las mujeres, no como objetos sexuales, sino como iguales.

Siempre recuerdo una historia que leí, sobre una chica que comentaba como sus dos hermanos pequeños conversaban, un chico de 7 y una chica de 5, el pequeño anunciaba que las niñas no pueden ser científicas, pero la niña le recordó sobre la princesa Bubblegum, o la Dulce Princesa, de Hora de Aventura (la genial caricatura de Cartoon Network), que, además de gobernar su reino de caramelo, es una prolífica genio y queer. Entonces fue que el chico dijo «Oh, cierto», y aceptó sin problemas la idea.

La representación es muy importante para los afectados y para el resto. Así que no vale sólo con tener un montón de personajes de color si todos van a ser tratados como los villanos, o los criminales. Tampoco vale tener más mujeres en roles importantes si van a ser siempre sexualizadas o menospreciadas. Y no, tampoco sirve tener más representación queer, si van a ser utilizadas como utilería de fondo, como impulso para el personaje principal. No nos vale. En 2016 deberíamos tener una representación más realista, adecuada y justa.

The Gay Uprising

Hollywood está bajo fuego tras un año terrible para la comunidad LGBT+ en los medios, y sólo van cuatro meses. La chispa la habrá puesto Lexa, pero el daño se extiende mucho más allá.

Queremos ver en la TV y en el cine personajes queer bien representados. No todos tienen que estar atormentados, o deprimidos, o vivir para mover la trama de otros, o morir para darle algo que hacer al macho y su man pain. Las mujeres bisexuales no van a terminar inevitablemente, cada vez, con un hombre y dejar entredicho que lo de bisexual no existe y que fue una etapa. Las lesbianas no tienen que morir en cada historia de una forma violenta y sin sentido. Los trans no son pervertidos o enfermos mentales. Los asexuales no tienen nada de qué avergonzarse o ser el centro de las burlas. Las personas no binarias son tan válidas como el resto.

Queremos verles a todos ser tratados como humanos normales. Con profesiones normales. Con relaciones interpersonales normales. Con romances normales. Vidas normales. Personalidades normales. Porque todos son personas normales. No importa que otros no lo entiendan.

Vía whispersangrilybubbles.tumblr.com

Vía whispersangrilybubbles.tumblr.com

Hay que humanizar y respetar a las minorías, dejar de verlas como herramientas para un fin. Diversidad no es meter a una persona de color en tu elenco blanco y heterosexual. Diversidad no es tener a la mejor amiga asiática, o la latina caliente y temperamental, o a la lesbiana incomprendida enamorada sin esperanza de la protagonista straight. Ya nada de esto vale. Estos clichés hay que comenzar a botarlos por la ventana para que se los lleve el viento sin posibilidad de retorno. No me vale que vayas a incluir muchos personajes queer si no los vas a tratar con respeto, o si los vas a cubrir de estereotipos dañinos y anticuados, porque eso no es diversidad, eso no es representación, y tampoco es reformador.

Hoy los productores tienen demasiada sed de números y muy poca de calidad. Algunos se llena la boca llamando su trabajo innovador y lo que hacen es seguir los mismos parámetros de siempre, sólo que más sangrientos y violentos. Matar a tus personajes a diestra y siniestra no hace programación de calidad. Una historia bien contada, con estructura firme, personajes complejos y una representación justa es lo que hace buen entretenimiento. Merecemos una mejor representación, es tiempo de exigirla.