Sabéis que este día iba a llegar y es que las diosas lesbicanarias han escuchado nuestras plegarias y nos han traído a Aurora de vuelta a Seis Hermanas. Ya la echábamos de menos y parece que se fue hace una eternidad de la serie, secuestrada por su marido. No voy a resumir todas estas semanas la vida de Celia porque solo se ha dedicado a ser un poco detective con el inspector Velasco con el caso del asesino del Talión y bueno, como no hay chicha lesbicanaria para contar, mejor me centro en el momento reencuentro y a su vida juntas a partir de ahí, vamos pues a ello.
Una noche Celia se encuentra hablando con el inspector Velasco y lo increpa un poco porque nota que últimamente como que la anda dejando de lado en la investigación que están llevando a cabo. Sí, la Silva es medio policía también ya. Pero el señor tiene una buena razón, así que cuando la Silva lo deja hablar, le cuenta que ha estado siguiendo unas pistas de otro caso, pero que no quería decirle nada para no crearle falsas esperanzas. Nadie sabe de lo que habla hasta que abre la puerta y aparece de repente Aurora, Celia se queda sin habla y va a abrazar a su amor, las chicas (y nosotras) están muy emocionadas y no paran de agradecer al inspector todo lo que ha hecho por ellas. La guinda es que Clemente además está detenido, así que no hay nada que a priori las pueda separar. AIshhhh que bien.
A la mañana siguiente todo es felicidad y nosotras nos imaginamos la noche intensa que habrán tenido con el reencuentro y sí, porque están la mar de acarameladitas. Pero a todos se nos corta la mayonesa cuando Aurora cuenta lo mal que lo ha pasado con su marido, pobre mujer, la tenía atada a la cama y demás, pero bueno, mejor no entrar en detalles porque duele demasiado. Cuando la Silva está dándole mimitos para que se sienta mejor, llaman a la puerta y es el inspector. A ver, que a mí me cae bien pero espero no tenerlo hasta en la sopa, de hecho, deberían despedir al elenco entero y dejarlas a ellas solas, así no habría interrupciones. El hombre viene a recordarle que la Silva hoy la iba acompañar a la pedida de mano de su hermana, recordemos que el señor es gay y bueno, usa un poco a Celia como tapadera, aunque él no está tan curtido como nuestras chicas y se siente incómodo con las muestras de cariño entre ellas.
Por la noche, la pareja falsa vuelve de la pedida a la casa del amor donde la enfermera los recibe con tremenda sonrisa. Aurora les pregunta a Velasco como fue que la invitó a algo tan familiar, y cuando la Silva lo va a explicar, el otro la corta y le dice que se han hecho muy amigos y tal. Cuando se quedan a solas, porque Sor Aurora decide que mejor le lleva el guiso a la vecina, Celia le dice que últimamente cada vez que entra en esa casa cambia la actitud y el inspector le responde que cuando están juntas no está cómodo, le parece raro y lo incomoda las muestras de cariño. Además le dice que no le diga a la enfermera de momento nada sobre sus preferencias. El hombre está un armario armado de hierro.
Al día siguiente Aurora ya está cansada de estar en casa sin hacer nada, se ha tirado meses encerrada en vida y se muere por trabajar. Así que su novia le recomienda que vaya al hospital y hable con Cristóbal. Igual tiene algún colega que necesita a una enfermera. A la otra se le iluminan los ojos y tarda dos segundos en coger el abrigo e irse por la puerta, cuando se queda sola la Silva, pone una cara de felicidad… que contenta estoy por ella, es de nuevo feliz.
Mientras Aurora va a hospital y se encuentra con Marina, otra enfermera que estuvo casada con Cristobal, el hermano del marido de Blanca, la hermana de Celia y de quien de verdad está enamorada la otra. Sí, es una telenovela, los parentescos nunca serán fáciles. El caso es que Aurora le cuenta que busca trabajo y otra le dice que justo van a contratar a alguien el hospital y que la tendrá en cuenta. La verdad es que aunque Marina fue una bruja, se ha portado muy bien con nuestra chica.
Aunque no consigue el trabajo porque cuando va a hablar con Cristóbal al día siguiente, este le dice no hay presupuesto para ello, aunque la enfermera saca algo positivo de todo y es Marina. Han hecho muy buenas migas pero a Celia le parece que están hablando de personas distintas, ya que la ve como a una bruja y casi se atraganta cuando su novia insinúa invitarla a cenar para agradecerle todo. La silva le dice que jamás, con la guerra abierta que tiene con su hermana. ¿Qué es eso? Ups si, nubarrones de tormenta…
Mientras Celia está en casa con sus hermanas por unos líos familiares, Aurora está convencida de hacerse una visión de Marina por ella misma, así que queda con ella. Marina le sigue dando más opciones de trabajo y que puede concertarle entrevistas con personas particulares. Y bueno echan una tarde agradable tomando café. ¡¡¡Aurora tiene una amiga!!! Por la noche. Llega a casa una Celia destrozada, en su familia están pasando muchas desgracias y a Elisa casi la matan, Aurora la ve decaída y le da consuelo, pero al momento le dice que lo siente mucho pero que se tiene que ir porque ha quedado con Marina para hablarle de un posible trabajo. La Silva le cuenta que es muy tarde y la otra le reprocha que si le tuviera más simpatía la hubiera invitado a casa. Pero la enfermera se da cuenta que Celia no está bien y decide quedarse con ella… Aishhh que bonito todo por favor, no me quiero bajar de la nube.
Pero bueno, al día siguiente vemos a Aurora mancillando el banco del amor con Marina y pidiéndole perdón por su falta a la cita. Pero la otra le quita importancia, al contrario, ya que le ha facilitado una entrevista de trabajo con un colega de su padre. Y sí, Marina se está convirtiendo en la amiga que todas quisiéramos tener, espero que no le salga rana.
Así que cuando por la noche Celia llega a casa la encuentra vacía, más tarde llega su novia y la Silva está claramente molesta. Más que molesta celosa, Aurora se da cuenta y la calma y la otra entonces se relaja un poco. Aunque Celia le advierte que vaya con cuidado con su amiga y a la enfermera ya le empieza a cansar el tema, aunque terminan la velada brindando por el posible trabajo. Aunque de nada sirve, porque la entrevista no va bien y así se le cuenta Aurora al llegar a casa. Acto seguido coge el teléfono para informar a Marina y la cara de Celia todo un poema.
Celia le insinúa que se están haciendo muy amigas y la otra le responde que no diga tonterías, acto seguido la invita a ir a la verbena del barrio pero Celia ya está cruzada y le responde que no, que tiene trabajo y que una de las dos tiene que trabajar… Feo eso… Le dice que se vaya con su nueva amiga y la otra le grita diciéndole que está harta de tener a su alrededor gente celosa, como Clemente. La compara con su ex, y que queréis que os diga, con razón, porque Celia no está siendo nada racional, así que la otra coge su sombrero y se marcha sola a la verbena. Si es que… no duramos ni una semana bien. Al día siguiente aún siguen molestan pero la Silva tiene una labia como para parar un camión:
Celia: No sé como lo hago pero últimamente consigo poner en mi contra a las personas que más quiero. Aurora, háblame, no me gusta que estemos enfadadas.
Aurora: ¿Y qué quieres? ¿Qué actúe como sino hubiera pasado nada?
Celia: No, claro que no. Perdóname. Todo lo que dije de Marina no tenía derecho a decírtelo, lo sé. Puede que Marina no sea mi persona favorita en el mundo pero no soy quien para cuestionar tus decisiones y te prometo que a partir de ahora la respetaré, si tú quieres quedar con Marina yo lo acepto. No puedo prohibirte nada y no quiero prohibirte nada. No quiero volver a ser la persona celosa y egoísta que fui ayer.
Aurora: Yo también lo siento, ayer te dije cosas que no pensaba, ¿Me perdonas?
Celia: Claro.
Así sí eh. Que ya estaba sufriendo de sobremanera y ni tan siquiera se ha asentado en casa. Bueno, parece que la cosa mejora, ya que Aurora consigue trabajo, empieza a cuidar a Adolfina, la tía de su novia. Para celebrarlo quiere hacer una cena especial e invitar también a Marina, ya que la ha ayudado mucho con el tema laboral y parece que a Celia se le olvida por momentos el discurso bonito, pero su novia se lo recuerda. Y aunque a la Silva no le haga nada de gracia, la invitarán.
Asumamos que no sabemos si Marina es una arpía o no, hablando de esto, de la que si tenemos contrastada su arpianez es doña Dolores, la suegra de Blanca, que va a casa Silva para darle el pésame a la ama de llaves por la muerte de su hija, si, ha muerto Carolina, muere tanta gente que ya pierde importancia… el caso es que está allí también Aurora que ha ido por la mismo y para nuestra desgracia pilla a las chicas besándose, espero que no trame después nada con eso porque esta señora es un mal bicho.
Llega el momento de la cena y yo me muerdo las uñas de los nervios. La Silva ya tiene la cara de perro y bueno cuando llega la invitada le cuesta ser amable. Trae unas pastas y Celia sufre, parece que piensa que las vaya a envenenar con el dulce. La cena es un poco desastre porque la novia de la enfermera no puede ser más malaje con la mujer, demasiada paciencia que está teniendo, yo soy Aurora y le doy un toque de atención. Al final Marina termina cogiendo una pasta y Celia se tranquiliza.
Y aquí termina nuestro resumen, ¿Qué os parece la vuelta de Aurora? ¿Y su amistad con Marina? Yo no sé que pensar de tema, espero leer vuestras opiniones y saber que pensáis. ¡Nos leemos!