Hay momentos en la vida en los que te agarran con las manos en la masa y momentos en los que tu hija llega sin avisar cuando le estás poniendo el cuerno a tu marido con su hermano. Leonore intenta convencer a Maia de que es un sacrificio que hace para “salvar” a su padre, pero Maia no es que esté muy conmovida por el alma caritativa de su madre. Si el episodio pasado la relación madre-hija era gris, hoy es más bien oscura tirando a carbón.
Bienvenidas al tercer episodio, lesbicanarias, de su serie favorita: La mala, muy mala, extremadamente terrible semana de Maia Rindell; mejor conocida como The Good Fight.
En la vida hay de problemas a problemas. A veces, eres un millonario caído en desgracia y otras eres un cirujano tratando de guiar una operación a corazón abierto vía Skype. Porque qué importa si solo tienes disponible a un dentista con una navaja suiza operando en un cuarto insalubre en medio de una guerra en Medio Oriente, cuando tienes internet de máxima velocidad en un Iphone. Gracias, AT&T. Y nada dice vocación como continuar dirigiendo tu operación incluso cuando el FBI te está arrestando por terrorismo. Esos sí son Médicos sin Fronteras.
Pero de vuelta a los millonarios y sus problemas de primer mundo. Bosseman, Kolstad y Asociados están celebrando que este año se van a embolsar la módica cantidad de 8 millones en ganancias porque se puede ser negro y ultra millonario si eres Kanye o abogado liberal. Claro, eso es siempre y cuando Diane pague su cuota de socia y logren cerrar el trato con una empresa telefónica que amenaza con retirar su contrato de la firma.
Por su parte, Maia necesita contarle a alguien que su madre y su tío probablemente incriminaron a su papá en el escándalo del siglo y no se le ocurre nadie más apropiado para desahogarse que, adivinaron, su papá. Su abogada le dice que a lo mejor no es tan buena idea, pero estamos hablando de Maia Rindell y si hay una decisión que sea la peor posible, la pelirroja va a tomarla sin dudarlo.
Diane visita en la cárcel al doctor Picot, a quien el FBI acusa de ayudar a un terrorista y de hacernos creer que es posible usar Skype y que la imagen no se vea como mundo de Minecraft. Lucca también se aparece para asistir a Diane y nuestra veterana no puede creer que a sus años le envíen a una niñera. Por supuesto todo es idea de Barbara Kolstad y Adrian le pide que le baje dos rayitas a su agresividad y se porte bien con Diane porque todos necesitamos a un amigo blanco, rico y poderoso especialmente cuando eres parte de una minoría.
En los tribunales, el rival de Diane y Lucca esta semana es nada más y nada menos que Collin Morello, el niño bonito (literalmente) de la fiscalía que deslumbra por su pulcro cabello y estrategia impecable. Morello acusa al Dr. Picot de brindar apoyo a terroristas, pero Diane y Lucca ganan la primera batalla con facilidad porque, no nos hagamos tontos… “veto extremo” es código para “somos xenofóbicos y racistas”.
Excepto que en esta serie en particular nadie es necesariamente racista, puesto que la compañía telefónica ha decidido retirar el contrato a Bosseman, Kolstad y asociados para otorgárselo a ¡Otra firma afroamericana! ¿Es esto la vida real? ¿Hay DOS firmas millonarias y afroamericanas? Por supuesto la única razón es que Bosseman y compañía son #EquipoHillary y pues el que duerme ahora en la Casa Blanca es el bonachón, Donald Trump. Negocios son negocios. Y sí, aunque usted no lo crea hay negros y latinos que apoyaron a Trump. Aunque usted no lo crea.
Y para comprobar que esta serie sí ocurre en un universo irreal, el Dr. Picot vuelve a skypear con sus pacientes en Siria desde ¡Una conexión de un parque público! En serio ¿Qué compañía de internet usan? La necesito en mi vida. Evidentemente el FBI envía a 18 mil agentes para detenerle porque nada dice “esto es ultra sospechoso” como que tengas mejor conexión wifi que los del MIT.
Y para seguir en el hilo de “gente que toma las decisiones más tontas que evidentemente van a terminar mal”, Maia visita a su padre en prisión. Como los abogados de ambos son los únicos que aparentemente todavía tienen sentido común, supervisan que ninguno diga algo de lo que probablemente se va a arrepentir en 3 episodios. Maia y su padre intercambian una conversación incómoda del tipo “¿Cuéntame qué tal la llevas con eso de ser la mujer más odiada del planeta?” y “¿Es cierto que los martes son martes de tacos en prisión?” Henry le cuenta a Maia que su madre le ha ido a visitar y la abogada novata decide emplear la sutileza para sutilmente cuestionarle a su padre si sabe que su mamá lo incriminó y además le pone el cuerno con su hermano. Y por sutilmente me refiero a literalmente se lo dice. Henry decide que mejor se despiden con un NADA SOSPECHOSO abrazo de 45 minutos de duración en el que le susurra cosas NADA SOSPECHOSAS a Maia sobre los NADA SOSPECHOSOS Jax y Leonore. Aquí NADIE SOSPECHA NADA.
Adrian y Barbara caen en la conclusión de que si quieren seguir nadando en sus millones van a tener que emplear su arma secreta y por arma secreta me refiero a Julius Cain. Todos aman a Julius Cain. Es guapo, inteligente, sarcástico y además votó por Donald Trump. Momento… ¡¿Qué?! Oh, Julius… ¿Por qué me has traicionado?
De vuelta a los tribunales, Lucca y Morello están que echan humo y no me refiero a que se enfrenten apasionadamente en su guerra de argumentos sino a que en cualquier momento o se asesinan mutuamente o tienen sexo salvaje por toda la corte. La jueza le da un ultimátum a Morello para que presente sus pruebas o el Dr. Picot se irá libre. Diane emplea refuerzos y le pide a Marissa que encuentre a un testigo que le haga ganar el caso. Marissa, quien aprendió la lección de no pasar por encima de los investigadores privados de tus firmas de abogados a menos que quieras que destruyan tu auto con un bate de béisbol, corre en busca del hombre; pero solo se topa con Maia quien le pregunta si tiene tiempo para hacerle un pequeño y NADA SOSPECHOSO favor a las 4 pm porque Maia NO tiene un PLAN SOSPECHOSO.
Adrian y Barbara le piden a Julius que abogue por ellos ante la compañía telefónica para ganar el contrato, pero el abogado teme que sea excluido cuando todos se enteren de que votó por Trump. Ellos le aseguran que nadie lo sabrá nunca. Nadie. Nadie. Nadie Nadie. Nunca Nadie. Nop. Nadie.
Mientras tanto, Morello le dice a Lucca que puede morder su hamburguesa cuando quiera. Guiño, guiño. Como Marissa es la única que trabaja en esta serie, se aparece en el juzgado con la testigo que solicitó Diane y esta se deshace en elogios antes de que la chica pueda explicar el pequeño detalle de que no fue exactamente ella quien la encontró. La presidenta del colegio de abogados argumenta que si el Dr. Picot se negaba a tratar a su paciente habría perdido su licencia médica, pero el testigo de la fiscalía dice que eso no aplica cuando el paciente es un militante de ISIS que además es estadounidense y ups no debí decir eso #AlternativeFacts.
Maia acude a casa de su tío Jax y le asegura que pasaba por ahí y decidió visitarlo, no es como si hubiera ALGO SOSPECHOSO en todo eso porque ella no hace COSAS SOSPECHOSAS. Tío Jax recibe una llamada NADA SOSPECHOSA y es Marissa quien lo entretiene mientras Maia hackea la computadora de su tío y se roba unos documentos NADA SOSPECHOSOS.
Lucca y Diane logran dar con la madre de Tariq Aboulafin, el joven paciente en el ojo del huracán quien fue a Siria para tratar de convencer a su hermano de abandonar al lado oscuro y regresar al buen camino; pero Morello emplea su vasto conocimiento de las ambiguas leyes estadounidenses para acusar a Tariq de terrorismo y, de paso, ganar el caso. Sin embargo, en el proceso el hermano de Tariq secuestra el hospital donde se encuentra su hermano y argumentando que la amenaza actual supera la presunción de peligro de la acusación de Morello, Lucca y Dianne logran revertir el juicio y ambas celebran con un apretón de manos. Señoras, tenemos un nuevo dúo dinámico.
En el bufete, todos celebran la victoria de Julius quien logró cerrar el trato millonario que asegurará que el champagne siga fluyendo libremente en las cañerías de Bosseman y Asociados. Todo es diversión hasta que Julius se topa con un visitante inesperado en su oficina. Andrew Hart, el dueño de la empresa rival de la firma, le dice que más pronto que tarde sus compañeros le harán a un lado porque, seamos realistas, nadie quiere ser amigo de un amigo de Trump. Hart le dice que cuando eso pase, Julius tendrá un lugar especial en su bufete para él.
De vuelta al bar del amor, Lucca y Colin Morello celebran. Coquetean a gusto hasta que ambos descubren que fueron utilizados vilmente por el ejército, ya que todo el caso de la semana fue un simple pretexto para asesinar a ambos hermanos Aboulafin y, de paso, a más de 30 civiles. Bienvenidos a la Presidencia Trump, amigos.
Maia regresa con su padre y le muestra que las horas invertidas viendo Mr. Robot rindieron frutos. La pelirroja le pregunta a su padre qué clase de información contienen los documentos que robó y su padre le dice que es algo que destruirá a Jax. Maia mira con preocupación a su padre. ¿Los documentos también destruirán a su mamá? Henry simplemente contesta “No lo sé”. ¡Y eso es todo por hoy, lesbicanarias! ¿Qué clase de información contienen los documentos robados? ¿Qué consecuencias tendrá para Maia su nueva carrera hacker/espía? ¡Deja tus comentarios debajo!