Ya sé lo que van a decir, lesbicanarias, nos prometieron una serie con lesbianas pero hace 7 episodios que la lesbiana no aparece. En mi defensa diré que, a diferencia de las lesbianas de TV, las de carne y hueso tenemos que trabajar 12 horas diarias para poder alimentar a nuestros gatos. La buena noticia es que ya estamos de regreso para ponernos al día con nuestra abogada queer favorita, Maia Rindell en The Good Fight.
¿No les ha pasado que a veces la realidad supera a la ficción? Pues en este nuevo mundo, donde Donald Trump es presidente, esa es básicamente una mañana cualquiera. Esta semana, un guionista de una serie de TV está siendo perseguido legalmente por colgar en internet un capítulo de la serie que escribe cuyo personaje es misteriosamente similar a Trump; luego de que la cadena de TV se negara a emitirlo. Vamos, que la revolución en el Siglo XXI es online.
Boseman, Diane y Lucca están dispuestos a defender al chico argumentando “libertad de expresión”, pero nuestro adorado republicano Marcus no está tan entusiasmado con que la firma se eche encima un caso Anti-Trump. Adrian por su parte no es que de pronto sienta resurgida la vena demócrata-liberal, sino que ve el caso como una gran oportunidad de mostrar su potencial de lucha ante las cadenas de TV que, por cierto, pagan mucho más que escritores hípsters.
Al final, todo es cuestión de dinero; como le recuerda Barbara a Diane, quien todavía no entrega su capital correspondiente como socia. Le da una semana, antes de que tenga que acompañar a Maia en sus maravillosas tareas dentro del bufete que incluyen sacar copias, poner grapas y preparar cafés.
Hablando de Maia, nuestra pelirroja tiene un encuentro cercano con Mike Kresteva. El hombre la cuestiona con respecto a los artículos falsos del capítulo anterior (los que su ex había inventado para desacreditarla), pero a pesar de que Maia se mantiene firme, Kresteva pronto encuentra su punto débil cuando le cuestiona sobre las visitas secretas a su padre en prisión. Maia, Maia… No quería decir te lo dije, pero…
Diane recibe una visita inesperada, ya que Kurt se aparece para pedirle ayuda con un discurso y de paso recordarle que es el amor de su vida y que todos nos morimos de ganas por verlos juntos de nueva cuenta. Ok, esa última parte solo ocurrió en mi cabeza (Y los fics), pero básicamente ese es el punto.
Adrian y Lucca llevan el caso a los tribunales y aunque no parece que tengan mucho por donde pelear, continúan argumentando que la razón por la cual la cadena se negó a emitir el episodio fue por presiones del mismo presidente para censurar a los medios. ¿Será Trump capaz de algo así?
Posteriormente, y siguiendo el consejo de Diane ante las presiones de Kresteva; Lucca, Barbara y Adrian se ponen en búsqueda de un abogado que represente a la firma, sin mucho éxito. Por fin, Lucca decide que es momento de acudir con la artillería pesada, aunque sea poco ortodoxa. Por su parte Diane se encuentra con Neil Gross un ex cliente multimillonario que se alegra de verla y de saber que todavía sigue trabajando, por lo que le propone trasladar parte de sus negocios con Diane. Parece que al menos alguien está teniendo una racha ganadora.
Adrian y Lucca hacen parada técnica en un consultorio dental. No, es problema con las muelas de juicio, sino que la abogada que necesitan para defenderles es un poco peculiar. Porque cuando estás desesperado, no hay nadie mejor para defenderte que ¡Elsbeth Tascioni!
Quienes hayan sido seguidores de The Good Fight, sabrán que Elsbeth es un personaje muy querido y peculiar de la serie antecesora y nadie mejor para enfrentarse al manipulador Kresteva que una loca de remate (Literalmente). Quien también está de buena racha es Henry Rindell. El padre de Maia ha salido libre, bajo fianza. Maia está sorprendida y extrañada de que hayan dejado salir a su padre, pero él no quiere contarle cómo fue que logró la fianza. Peor aún, cuando intenta decirle a su padre lo que descubrió de la relación entre su madre y su tío Jax, su papá no le da importancia. Maia presiente que algo no está bien, pero si de algo carece nuestra adorable Maia es de sentido común.
Y es que sí que hay algo raro entre Kresteva y Henry Rindell, puesto que Mike le asegura a alguien por teléfono que Rindell pronto le dará el nombre de quien le ayudó en el fraude. Esta parte es especialmente interesante para Elsbeth quien se autoinvita a la mesa de Kresteva para presentarse y, de paso, tratar de hacer que suelte la sopa sobre Henry. Kresteva está menos que impresionado con Elsbeth y le advierte que se mantenga alejada pues “Cuando vas por mí en lo profesional, yo iré por ti en lo personal”.
Adrian y Lucca no están logrando mucho progreso con su caso y Boseman decide dejarlo por la paz cuando se da cuenta que el caso podría perjudicar sus relaciones con las cadenas de tv; por lo que deciden optar por un acuerdo monetario, a pesar de que eso prácticamente dejará en bancarrota a su cliente.
Elsbeth cuestiona a Maia sobre los nombres que su padre podría dar al FBI. Ella dice no saber nada, pero luego le confiesa sobre la lista que se robó de la computadora de su tío Jax; sin embargo, no hay nadie en la lista capaz de incriminar a la firma de Boseman y asociados como para que Kresteva vaya tras ellos… Nadie, excepto la propia Maia, quien por haber ayudado a su padre se autoincriminó en el caso. Claro que eso no sería un problema porque Henry jamás traicionaría a Maia… ¿O sí? ¿O sí?
Diane acompaña a Kurt en su conferencia y Kurt no pierde oportunidad para besarla, y eso que escucharon fueron mis gritos de felicidad. TRUE OTP!
Luego de un largo día de destruir las vidas de gente inocente, Mike Kresteva regresa a casa para cenar con su esposa y… ¡Elsbeth Tascioni! Quien no solo logró que su esposa la invitara a la casa de Kresteva, ahora son super BFFs. Kresteva entra en pánico pues es evidente que no solo Elsbeth es más inteligente de lo que cree, sino que va dos pasos por delante de él. Después de todo, “Cuando vas por mi en lo profesional, iré por ti en lo personal”. ¡Que inicien los juegos del hambre!
Justo antes de que Adrian y Lucca decidan dar carpetazo al caso de la semana, Diane recibe la visita de Neil Gross quien le informa de su decisión de contratar a la firma como sus nuevos abogados pues “Necesitamos a personas que se enfrenten a bravucones como Donald Trump”. Justo a tiempo, Adrian y Lucca deciden regresar a los tribunales y aunque todo parece perdido, es el mismo Presidente Trump el que les regala el caso con otro de sus memorables Tweets, en los que confirma que efectivamente la censura fue política. Gracias, Donald. Nunca cambies.
Para celebrar una victoria más, Lucca y Diane pasan la noche con sus respectivos galanes; pero siendo las mujeres independientes y llenas de dudas existenciales que son, ambas rechazan la oportunidad de una relación con un hombre que las adora y respeta.
Pero no todo es malo en la vida de Diane, con Neil Gross y sus 88 millones bajo el brazo, hace su entrada triunfal en la oficina de Barbara y Adrian para informarles que no solo ya no tendrán que despedirla, sino que ahora será socia principal del bufete. Es muy bueno ser deseada en estos días.
¡Y eso ha sido todo en este capítulo de The Good Fight! ¿Cuánto durará la buena racha de Diane? ¿Traicionará Henry a Maia? ¿Amy todavía está viva en algún lugar? ¡No olvides dejar tus comentarios debajo!