El sábado pasado parecía ser el día en que oficialmente Nanda Cano asistiría a su primera Marcha del Orgullo en la hermosa y mi natal Ciudad de México. Pero antes me gustaría explicarles por qué era así.

Yo nunca he sido partidaria de las marchas porque siempre pensaba que sólo era un show para la gente y que muy poca gente en realidad iba a marchar por los derechos de la comunidad ni por la igualdad entre todos. Pero una de mis más grandes amigas este año efusivamente me dijo que si íbamos juntas; así que decidí invitar a otra de mis mejores amigas y al final íbamos a ser 4 personas, lamentablemente una ya no pudo y 3 éramos las personas que iríamos; Dany, Vico y Nanda.

Todo parecía ser un sábado perfectamente soleado, el partido de México-Rusia fue un éxito y éramos libres para poder ir a la marcha sin problema. El plan fue pedir Uber, nuestra sorpresa es cuando me doy cuenta que la empresa habilitó una modalidad nueva; al ocupar un “UBER Orgullo” la tarifa sería la misma, sólo que un porcentaje iría a el apoyo de la comunidad LGBT+. Eso la verdad me hizo sentir increíble; iba a ir a la marcha en un automóvil el cual apoyaba la diversidad sexual.

Felices de la vida nos subimos al UBER, Daniela con una mochila en la espalda, Victoria con una mochila pequeña de lado y yo con la mochila de mi cámara en la espalda y en mano el hermoso cartel de Lesbicanarias con el mensaje más hermoso de toda la marcha “Mis sentimientos no son tuyos, soy Lesbicanaria con orgullo”. Claramente yo iba hiper emocionada por conocer a cada una de ustedes.

Llegamos al Ángel de la Independencia, uno de los centro de reunión más icónicos de la ciudad, a las 12:05; pensábamos que la salida ya la habían dado ya que se estimaba que fuera a las 12, las chicas y yo salimos del Uber emocionadas de ver tanto color, tanta diversidad, pero sobre todo tanta gente reunida buscando un objetivo en común, invitar a la sociedad a respetar cada una de las siglas de la comunidad.

Estuvimos explorando la zona después de darnos cuenta que aun no había empezado el show en el ángel, estuvimos viendo la gente, la propaganda, las agrupaciones, el enorme ángel en todo su esplendor, la hermosa Reforma (Avenida principal en donde se marcha) formando el camino de la Marcha del Orgullo número 39 de la Ciudad de México. La experiencia estaba siendo increíble, ver a tanta gente de diversos círculos sociales demostrando que somos personas como todos los demás.

Empezaron a salir las ultimas agrupaciones que se presentarían en el ángel, todo mundo empezaba a especular si Matisse (agrupación mexicana) estaba por salir; de la nada se percibe a una encantadora chica subiendo al escenario con una blusa de colores, empezó a cantar Matisse, en el momento en que me acerco más al escenario, me percato que Melissa (la encantadora chica del grupo) no tenía una blusa de colores, era un increíble Body Paint y lo lucía super orgullosa.

 

Termina de cantar Matisse y dan paso al banderazo para dar inicio a la marcha. La gente empezó a juntarse más y más y existió un momento en el que la gente empezaba a aplastarse. No fue una sensación agradable los primero 20 minutos de caminata, poco a poco iban dando más espacio entre persona y persona; era más fácil observar las orillas del camino y ver a tanta gente parada en espera de la gente y los carros alegóricos.

Después de 40 minutos de caminata en el sol, decidimos parar ya que habíamos encontrado a una amiga, la saludamos y nos comentó que estaba esperando en la orilla para poder ver los carros alegóricos, me pareció una idea digna de ser mencionada desde un principio; así que dimos unos cuantos empujones y nos salimos del mundo de gente que marchaba, al salir de ahí nos dimos cuenta que gente estaba marchando en el carril contrario con un poco más de libertad y con sombra; nos dio coraje al principio ver que sufrimos los primeros 30 a 40 minutos de caminata, pero tomamos un descanso.

Después de 10 minutos vimos pasar a muchas personas agradables por la lateral, así que nos pusimos enfrente del trayecto de la gente y con nuestro cartel abierto empezamos a decir “¿Te gustaría tomarte una foto para el blog?” es ahí cuando sus increíbles reacciones hicieron mi día aun más hermoso.

“¡Yo conozco ese blog!” “¡Mira, es lesbicanarias!” “Yo las leo” muchos más como estos fueron los comentarios que tanto amé recibir, aun más, sabiendo que del otro lado del mundo Rogue y Genix estaban haciendo lo mismo que yo; me llenó muchísimo de emoción saber que Lesbicanarias no sólo es un lugar lleno de letras e imágenes que nos representan, saber que muchas de ustedes forman parte, me hizo llorar un poquito.

Después de muchas fotos con ustedes, risas, bromas e historias contadas; decidimos que lo mejor era retirarnos si queríamos sobrevivir al fuerte viento y a la lluvia que se avecinaba. Felices con la modalidad habilitada de Uber, lo volvimos a tomar y después de 30 minutos nos dirigimos al departamento que resguardó muchas horas de excelente platicas.

La idea era comer e ir al Zócalo de la ciudad, lamentablemente la lluvia y algunos problemas en la zona nos impidieron regresar a la fiesta, pero nos abrió una puerta enorme a conocer más gente de la comunidad. Vico invitó a dos amigas al departamento; fue lo mejor que pudimos hacer, quedarnos en casa y charlar un poco sobre las situaciones vividas, cómo fue que nos conocimos entre nosotras y una que otra historia de amor. 

Ese momento conocí a “Alex, la pansexual” y a su mujer Gio; estuvimos horas diciendo “Cuantas lesbianas se necesitan para…”, comiendo, riendo, contándonos experiencias y diversas situaciones vividas.

Muchas dirán que nos perdimos de las grandes fiestas en Zona Rosa, el show del Zócalo de la ciudad y hasta muchas muchas cosas más; pero para ser sincera, no pude disfrutar más que el hacer una nueva conocida del mundo LGBT+ con un punto de vista un tanto diferente, descubrir que las lesbianas sí pueden conocerse entre todas y que la gente busca lo mismo de las marchas.

Cosas que como novata aprendí; puedo decir que usar bloqueador, caminar por otros lugares, esperar a ver el show antes de caminar, dar más y más abrazos; pero no sólo aprendí eso, la realidad de las cosas es que aprendí que todos hacemos un cambio desde nuestra posibilidades, que observar alrededor es hermoso, a escuchar las historias de la gente que no conoces y que sólo iba caminando a tu lado, a ser más tolerante y a que todos estamos en busca de ser reconocidos ante nuestra sociedad por lo que somos, humanos.

A toda aquella lesbicanaria que aun no se anima a participar en estas marchas; denle la oportunidad, creanme que no se arrepentirán o bien quedará como una experiencia nueva y bastante ilustradora. Muchas gracias a todas aquellas chicas que se tomaron la foto, no sólo apoyan al blog, sino que poco a poco ustedes van haciendo un número o nombre de usuario, una cara más por la cual escribir este tipo de entradas.

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