¡Bienvenidas al mundo de Gypsy señoras! Un sito en el que Jean Holloway (Naomi Watts) es la terapeuta de nuestros sueños o nuestras pesadillas, según el cristal con el que se mire. Pero ¿quién le dice que no a la Watts? Yo desde luego no tengo esa fuerza de voluntad, así que aquí estoy, añadiendo otra serie más a la lista de cosas lesbicanarias que veo. ¿Quién me va a acompañar esta vez? Tengo esperanzas porque la prota es rubia ¡con suerte no se nos muere al final!
Nuestro episodio comienza con Jean entrando en una especie de bar/cafetería para pedirse un café, algo que sería cotidiano si no fuera por los ojos de cordero degollado con los que ve a la barista. La mujer está de muy buen ver, ¿para qué vamos a mentir? Así que parece que empezamos con alegría lesbicanaria la serie, o al menos con potencial porque lo cierto es que la chica no es que le haga mucho caso a ella tampoco. Así que el café para llevar y a trabajar se ha dicho que hay que levantar el país.
Jane empieza su mañana atendiendo a una señora que se llama Claire que tiene un claro problema de meterse donde no la llaman. En este caso, está traumatizada porque su hija no tiene citas y ya hasta la quiere inscribir en O.K. Cupid. Lo hace con amor de madre, porque se preocupa por ella, pero se ve que tiene a su hija hasta los mismísimos ovarios, tanto que casi que la esquiva y por eso está en terapia. Igual no le está funcionando demasiado porque por más que Jane intenta recordarle que debe darle espacio y respeto a su hija ella sigue insistiendo en arreglarle la vida.
Su segunda cita de la tarde es un chico llamado Sam que está deprimido porque no puede superar su ruptura con su novia. Han pasado ya meses y él sigue sin encontrar la manera de olvidarla. Jane le aconseja que empiece por deshacerse de todas las cosas de ella que tiene en su casa. Él le dice que ni siquiera así puede sacársela de la cabeza, sobre todo cuando tiene un recordatorio permanente en el cuerpo en forma de tatuaje. ¡Mal rollito!
Al parecer la chica era su mundo y de plano le pegó con bate el amor.
Era como mirar al sol. Sabes que no debes hacerlo pero es la sensación más intensa que hay en este mundo así que no puedes evitar hacerlo. Y ser su favorito era lo mejor.
¡Ala! Pues sí que era un dechado de virtudes la muchacha. Hasta yo estaría deprimida.
Cambiamos de lugar para ver a Jane en una especie de grupo de psicólogos hablando de sus clientes y las loqueras que les toca escuchar. En este día hablan del paciente de uno que se acaba de comprometer pero le pone cuernos a su prometida con todo lo que se le cruza por enfrente.
Jane está harta de ver a sus clientes estrellarse con las mismas paredes constantemente y piensa que estaría bien que alguien le dijera a la chica que saliera corriendo o poder influir de alguna manera en su comportamiento, pero eso es exactamente lo que no debe hacer un terapeuta.
En fin su amiga Larin y ella se van a comer y esta la invita a ir a un convivió el viernes en la noche en su casa, pero Jane no puede porque tiene una cena aburrida con mamás y papás de la escuela. ¡Mal rollito!
La vida del trabajador es ardua, así que Jane recibe a otra paciente, esta vez es una chica llamada Allison que estaba en la Universidad y empezó a tomar drogas, de esas que ahora están tan de moda entre los americanos para concentrarse «WTF!». En fin, que empezó por ahí y terminó hasta las cejas, pero claro es super caro, así que decidió pagar las drogas con el dinero de la Uni y ahora no sabe que hacer, porque su madre se mata trabajando para que ella pueda estudiar y ahora no puede decirle porque le acaban de diagnosticar cáncer de pulmón y ella ahí gastándose pasta en drogas. ¡Mal rollito!
Jane le pregunta ¿qué la hizo seguir metiéndose drogas? Y la tía se lo explica de una manera en la que parece tan maravilloso que te dan ganitas hasta de probar, pero yo mejor no que soy de poca voluntad, seguro me engancho a la primera y termino tirada debajo de un puente a los dos días. Ya con los peligros de ser lesbiana morena me basta.
Lo siguiente que vemos es a Jane de nuevo en la cafetería esa, lo que o significa que es un poco acosadora perdida o que le gusta mucho el café, cualquiera de las dos cosas. Si las miradas nos dicen algo igual tiro más por la teoría del acoso, sobre todo porque le miente con todos sus dientes a Sidney la barista a la que le saca conversación y que en ese momento descubrimos que es la Ex de Sam porque ¡tiene su mismo tatuaje! ¡Uy! Que a lo mejor me he equivocado y esto es menos bollero y más mujer soltera busca…
Aunque las dos flirtean, o eso o la heterosexualidad entre dos mujeres no existe para mí, que también puede ser porque ya nos conocemos. En fin, que Jane miente con todos sus dientes y dice que se llama Diane y que es una escritora. Todo esto mientras se entera de que Sidney tiene una banda que toca la noche del viernes.
Luego sale corriendo a ver a su hija romper una madera en su clase de karate con mucho arte. La niña quiere ir con sus amigos de acampada pero como son dos niños, Jane no se siente cómoda dejándola quedarse a dormir.
Por la noche toca cena familiar, en la que descubrimos que el marido de Jane es bastante exitoso en los negocios pero al mismo tiempo está siempre muy ocupado hablando con su secretaria Alexis que es guapísima pero que, según sus propias palabras, no es su tipo.
También nos enteramos de que Jane está a la espera de que él le confirme que ha comprado los boletos para irse de vacas porque es muy necesario para su vida.
Ya en la camita ambos platican de sus vidas y ella le dice que a veces extraña la sensación de locura y libertad que solía tener antes. Le dice que le gustaría ir a lo de la fiesta de Larin, pero él le recuerda tienen que ir a la cena aburrida. Luego hay sexo, que yo quiero creer que duró tan poco porque había poco tiempo en televisión para mostrarlo, porque o yo estoy muy bien acostumbrada o eso fue muy triste, cualquiera de las dos cosas.
Al otro día, Jane se prepara ropa bonita para la cena y se va a comprar una marca específica de perfume. En esas anda cuando Alexis, la secretaria sexy, la llama para decirle que la escuela necesita que vaya a hablar con el director por algo que hizo su hija.
Ya en la escuela, el hombre le dice que Alexis está castigada por haber besado a una niña. Jane está como ¡bien por ella! Pero al hombre no le hizo ninguna gracia porque está prohibida esa clase de afecto entre los niños. Jane sube la ceja y le pregunta si tendrían el mismo problema si hubiera besado a un niño y él le responde que sí. Y que además Alexis ha comentado a sus amiguitos que «es niño», así que debería tomarlo en cuenta.
De camino al a cena, Jane se lo comenta a su marido y ninguno de los dos encuentra relevante la situación porque piensan que si la peque fuera transexual o lesbiana tampoco tendría nada de malo, así que no creen que se deba hacer un escándalo por eso.
Ya en la cena, Jane se aburre mientras escucha a las otras mujeres hablar sobre infidelidades de maridos y comidas para llevar a la escuela, así que decide animarse a darle al bourbon porque está en modo aventurero. La mujer termina la cena animadita y le dice a su marido que se va a lo de Larin. Él se queda como ¿ein? que estás media piripi ¿segura que quieres ir? Y ella decide sí, así que se va pero en lugar de ir a donde Larin, se va a la fiesta donde tocaba Sidney. ¡Uy!
La noche no empieza muy bien para ella porque de inmediato un tío le tira la bebida encima sin querer, así que Jane tiene un momento de ¿qué demonios hago aquí? y decide marcharse, pero justo en ese instante empieza a sonar la música y una voz angelical retumba en el recinto.
Jane se gira y se encuentra con la visión de Sidney cantando iluminada de una manera en la que, convengamos todas jamás sería posible en un bar de mala muerte, pero cerremos los ojos a este dato porque se veía muy guapa. El caso es que la rubia se queda ahí mirando con ojos de intriga, curiosidad y amor hasta que termina la canción, momento en el que decide marcharse del bar.
En esas está cuando se topa con Sidney y su amigo Frances fumando en las afueras del bar. Después de las presentaciones formales, Frances nota que hace mal tercio y pone excusa barata para irse. Sidney invita a un cigarro a Diane (el nombre ficticio de Jane) y
Jane: ¿Es tu novio?
Sidney: ¿Quién? ¿Frances? No, eso no es lo mío.
Jane: ¿Que?
Sidney: Las relaciones. Al menos las serias.
Jane: Vaya, se ve que tuviste una mala experiencia.
Sidney: Digamos que estuve en una relación complicada.
Jane: ¿Por qué complicada?
Sidney: No vale la pena hablar de eso.
Jane: No, estoy muy interesada en la clase de persona con la que querrías salir.
¡Hola! Mi radar de «alerta coqueteo bolleril» casi explota en mi cabeza. La situación es muy rara pero está clarísimo que Jane está interesada en Sidney a un nivel que va más allá de la pura curiosidad científica. Igual no se espera para nada lo que le contesta la morena, porque la historia es diametrialmente opuesta a lo que le dijo Sam.
Sidney le dice que Sam la agobiaba porque la hacia sentir que era todo su mundo completamente, que él no tenía nada para aportar y siempre se agarraba a ella con todo lo que tenía. Su relación era mala y encima él la hacía sentir culpable diciéndole que se suicidaría si ella lo debaja. ¡Uh mal rollito! Las chicas deciden continuar la conversación mientras se echan un trago.
Ya en el bar la conversación fluye mucho más, Sidney le cuenta a Jane que siempre solía viajar a Europa con su padre y que le encantaba, que siempre contaba los días para verlo. Pero que una vez en medio de eso la policía los detuvo porque su padre era un delincuente y terminó en la cárcel. Le dice que a partir de ese momento descubrió que la clave para la felicidad es la negación, haces como que no pasa nada y sigues adelante con tu vida.
Luego la conversación se centra en Jane metida en la piel de Diane, que dice que se dedica a escribir sobre la gente porque le gusta ver más allá de ellas, descubrir lo que hay detrás, y de cierta manera pienso que «Diane» es la mujer que Jane esperaba ser en cierta manera a esas alturas.
Sidney le pregunta si nunca pensó en casarse y Jane le dice que una vez lo estuvo, pero que una cambia demasiado, que no puedes saber con quien quieres estar dentro de diez años. Entonces Sidney acaricia los dedos de la mano de Jane tanteando el terreno y esta se descontrola, no porque no le haya gustado, sino porque se ve que le gustó muchísimo. Así que dice que se tiene que marchar.
Sidney le da un poco de aire, pero pilla su teléfono para darle su número y se topa con una foto de la hija de Jane, que miente con todos sus dientes otra vez y dice que es su sobrina.
Luego Sidney se le acerca lo suficiente como para besarla u oler su perfume y decirle que usan el mismo. ¡Ahora sabemos por qué fue de compras Jane!
Sidney: Hay algo en ti que me recuerda a mí misma.
Las dos se miran intensamente pero no pasa nada. Esa noche Jane regresa a su casa y entra de puntillas para no hacer ruido. Se encuentra a su marido y su hija en su cama dormiditos y decide estalquear el perfil de Facebook de Sam.
Al otro día por la mañana, Jane se pasa por la cafetería, pero tiene que salir pitando porque Sam está ahí para entregarle sus cosas a Sidney. Luego regresa a su oficina a escuchar a Claire que sigue sufriendo porque su hija no quiere verla, pero al mismo tiempo sigue presionándola con el tema de que tenga citas.
Luego llama a su marido para preguntarle si por fin compró los boletos y resulta que no, que él tiene que cancelar las vacaciones por cosas de su trabajo. ¡Mal rollito! De ahí se va a cortarse el pelo y la cosa se complica porque lo hace en el sitio al que va la hija de Claire claramente para involucrarse con ella también.
De momento no vemos nada más de ese caso, pero su última cita del día es con Sam, que le cuenta que le llevó la cajita a Sidney. Ella le pregunta si a la mejor él no la presionó demasiado, porque le suena que ella es muy independiente y a lo mejor se sintió encerrada. Él no sintió para nada eso, dice que estaban enamorados, pero que luego ella quería experimentar más.
Jane pregunta si Sidney estaba saliendo y Sam le responde que no, que le ha dicho que no está interesada en ninguno. Jane vuelve a preguntar ¿chicas? y él está completamente seguro de que es hetero así que mal vamos. Pero luego nos distraemos porque Sam habla del padre de Sidney. Le dice que su padre murió y ella no pudo ni despedirse, que por eso siente que tiene ese trauma a comprometerse.
¡Y hasta aquí llegamos en este episodio que nos deja a todas con la duda! ¿Quién miente? ¿Sam o Sidney? Jane tenemos claro que miente y mucho, pero siento que en medio de sus mentiras dice verdades. ¡Ais que se nos va liar parda! Eso lo tengo más que claro. Prepárense para la debacle, pero disfrutemos mientras nos dura.
Sé que hay muchas que ya han visto toda la serie, pero intentemos respetar los ritmos de todo el mundo, por favor solo comenten el primer episodio.
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