La fidelidad —monogamia— se relaciona historiadamente a la Edad de Piedra Nueva aproximadamente entre 3500 a. C. y el 2500 a.C. Se cree que surgió en la búsqueda de evitar la propagación de enfermedades, estrategias de apareamiento, entre otros. Pero la fidelidad actualmente se considera un síntoma que refleja inteligencia, personalidad fuerte y personalidad que se concentra en lo verdaderamente importante de la vida.

Muchas personas creen que en el siglo XXI existen seres humanos que se rigen bajo estigmas del siglo pasado, la realidad es completamente alejada de esto según científicos. La ciencia fundamenta que la fidelidad va bastante ligado a la inteligencia de una persona. 

Rodolfo Llinás, director del Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Universidad de Nueva York, lleva años investigando la línea del amor dentro de la neurociencia, comenta que la gente que es fiel tiene al rasgo de inteligencia porque son personas que no están dispuestas a malgastar la inteligencia ni la energía emocional de manera innecesaria.

Antes de explicar la relación de la fidelidad y la inteligencia debo comentar un detalle claro de la gente brillante a lo largo de la historia; Einstein es uno de los personajes que más han demostrado esto. Él siempre comentaba que no malgastaba energía ni neuronas en pensar cómo se iba a vestir y cómo iba a peinarse, razón por la que siempre escogía el mismo atuendo y nunca se peinaba. Este es uno de las características más marcadas en la gente brillante, nunca malgastan las neuronas en cosas “banales”; es por esto que la gente brillante siempre intenta encontrar la forma de no poner obstáculos en su camino y mejor librarlos.

He aquí la razón por la que los científicos relacionan la fidelidad con la inteligencia; una persona infiel siempre concentrará esfuerzos por vivir en una mentira, en ocultar cosas y mimetizar sentimientos de amor con los de culpa. A comparación de una persona fiel, que siempre afrontará cuestiones cruciales de vida, tendrá seguridad de contar con una persona que brindará más que apoyo, generando y fomentando la tranquilidad mental y emocional en su vida. Rodolfo Llinás lo define como un estado de seres inteligentes que se caracteriza por patrones de comportamiento en responsabilidad, reflexión y retroalimentación. “No traicionar a la persona amada es un acto heroico, de inteligencia pura”, afirmó Rodolfo en  entrevista. Este estudio se puede basar tanto en hombres, como en mujeres a pesar de que funcionan de formas diferentes.

Existe un teórico de la psicología llamado Satoshi Kanazawa que no sólo avala la teoría del profesor Llinás, ya que comenta que una persona inteligente establecerá lazos, siempre y cuando brinden una tranquilidad mental y emocional. Aunque he de aclarar que la investigación de Kanazawa no puede ser extrapolada a las mujeres, ya que las mujeres funcionan más por emociones e históricamente han sido relacionadas con la vinculación emocional, aunque tampoco puede demostrar que somos completamente fieles a nuestras parejas.

La evolución, la ciencia y la fisiología demuestran que la fidelidad existe, pero no todo mundo tiene el acceso a ella, no precisamente porque no quieran o no tomen la opción, simplemente es porque naturalmente no tienen el coeficiente para lograrla.

¿Tú qué opinas? ¿Crees que estos estudios están en lo cierto o consideras que la fidelidad es cuestión de elección?

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