El colectivo LGBT sufre de un sinfín de cosas sin resolver, quizá uno de los problemas más allá de la discriminación y la falta de derechos, es la endodiscriminación a causa de las opiniones encontradas de cada uno de quienes lo conformamos; en las lesbianas están las machorras vs las femmes; los gays masculinos se quejan de los de pluma… y vaya sorpresa, parece que todo se relaciona a conceptos machistas del siglo XVI (aunque ese sea tema para otra nota).
Para ir conociendo un poco más de nosotros mismos, ya sea que te sientas lesbicanaria, bi, hetero o seas un hombre metido en un blog de lesbianas, vamos a ayudarnos a comprender por qué lucimos tan diferentes, hablemos sobre la expresión de género.
¿Y qué es el género?
El género son los atributos que social, histórica, cultural, económica, política y geográficamente, entre otros, han sido asignados a los hombres y a las mujeres. O sea, tú, cuando eras niña mexicana, por ejemplo, te decían que debías usar vestiditos color rosa, portarte como una señorita y sentarte con las piernas cerradas, porque ser rebelde, correr, jugar con carritos o usar color azul, es “para niños”. Al menos era lo que me decía mi mamá, cuando llegué a romper sus normas me llamó ‘marimacha’, un adjetivo algo despectivo pero que a los 6 años no significaba nada y ahora menos.
Entonces, comprendamos la expresión de género como la manifestación del género, o sea, la forma de hablar, manierismos, comportamiento, y vestimenta, dicho concepto puede ser impuesto, aceptado o asumido.
Si yo hubiese escuchado a mi mamá y acatado sus instrucciones yo tendría una expresión de género femenina, entonces sería una expresión impuesta pero aceptada; a los 6 años yo no iba a decir, “soy una mujer con una expresión de género masculina”, ahora ya mayor soy una desobediente y todo cambia.
Sin embargo no todo es totalitario, opresor o binario, y es ahí donde residen muchos de los conflictos entre la población LGBT, no entendemos que más allá del rosa y el azul existe un espectro dentro de la misma expresión de género, está el cómo nos sentimos y cómo deseamos ser día a día, hoy podrías amanecer muy varonil, mañana desear ponerte unos tacones y el fin de semana hacer drag king. Es mejor dejarse llevar por dicho espectro y divertirse.
Si eres una de esas lesbianas lipstick que se enojan con las que lucimos más ‘marimachas’, tranquila, solo nos expresamos y nos sentimos felices con ello, o si eres lipstick y te estresas porque al lucir así nadie piensa que eres lesbiana, no te preocupes deja tu número teléfono en los comentarios, pilla. Les compartimos un video con el que podrán entender todo un poco más a fondo: