Muchas veces el morbo nos lleva a querer observar más allá de lo que los medios de comunicación nos muestran de nuestras artistas favoritas, pero ¿Vale la pena esperar y participar en  la filtración de contenido intimo de alguna artista? Montserrat Oliver, teniendo 30 años de carrera intachable —siempre ha mantenido su vida muy privada— ha sido víctima de un crimen cibernético, tras ser filtrado momentos íntimos de ella y su pareja Yaya Kosikova.

Oliver por medio de una fotografía en Instagram expresa coraje, tristeza y vulnerabilidad tras ser víctima de este tipo de crimen; claramente menciona que está totalmente en contra de estas violaciones a la privacidad y comenta que incluso existen imágenes que fueron alteradas para generar más morbo.

Me siento profundamente triste, dolida y vulnerada por el hackeo de imágenes íntimas que están ahora circulando en redes sociales. Me sumo a las mujeres que en las últimas semanas han denunciado acoso y abuso de género. La violación de mi privacidad para hacer público algo tan personal y hasta llegar a alterar imágenes para incrementar el morbo es acoso y abuso. Se que no soy la primera persona publica en el mundo a la que invaden de esta manera pero espero ser de las ultimas. Me duele que después de 30 años de carrera intachable y labor altruista sólo se quiera mirar mi intimidad. Les pido su ayuda para parar la viralización de estas imágenes y mostrar una vez más lo solidarios que podemos ser todos. Gracias.

En un programa de revista mexicano —Hoy de Televisa— mencionaron que la policía cibernética está en investigaciones para dar con el responsable del crimen, pero sabemos que es muy complicado cuando estas cosas pasan, ya vemos casos de artistas en todo el mundo queriendo justicia tras ser vulneradas del mismo modo. Queremos dejar claro que Lesbicanarias recrimina este tipo de actos en contra de la privacidad de cualquier individuo. 

Estando en pareja eres libre de acceder a lo que tú quieras, tienes derecho a una privacidad y al gozo de tu intimidad, estés en el país que estes. Todas podemos ser víctimas de un crimen cibernético y me imagino que ninguna estaría feliz de ver su intimidad en redes sociales. Evitemos la propagación de estas fotos; más que entretener, está agrediendo cada vez más a las propietarias de este contenido tan personal.

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