Números

Eres una mujer diez con tu corazón cinco estrellas. Me hablas cada dos por tres y dices lo que siempre soñé. Esas palabras con las que alcanzamos a tocar el séptimo cielo. Te dije que a la tercera va la vencida y no me equivoqué. Yo soy esa tercera, ¿lo ves? Quiero dormir contigo en la Naturaleza, en nuestro modesto hotel de un millón de estrellas. Y si tuviera siete vidas como los gatos, querría vivirlas todas contigo hasta mi último aliento.

Me llaman lo que soy

Me llaman Perra, no entiendo por qué. Nací así en el planeta Tierra, yo no lo busqué.

Me llaman Tortillera, rareza… le doy la vuelta a la tortilla. Exclamo: “¡Soy hija de la Madre Naturaleza!” Si sigo escondida, la muerte me pilla.

Me llaman Lesbiana Tarada, al menos saben quién soy. No me siento decepcionada ni ayer, ni mañana; mucho menos hoy.

Esta Perra le ladró a su guerra. Esta Tortillera es más bien bohemia. Esta Lesbiana Tarada no se encierra por unos insultos y su brutal epidemia.

Prefiero llenar mis letras de carisma y bailar con el mundo mientras gira. Prefiero ser diferente, rara, yo misma antes que subsistir dentro de una mentira.

Tesoro

No necesitas joyas para ser la mujer más acaudalada del mundo.

Abriéndome paso entre los tropiezos de esta vida bipolar, entendí que sobre tus pechos resguardas las perlas más radiantes, esas que yo anhelo amar. Cuando abres los ojos, estoy segura de que no es el Sol el que te amanece en las pupilas, sino dos diamantes privilegiados con los que a la soledad aniquilas. Si esbozas tu media Luna, esa sonrisa plateada cobija tanto poder que es capaz de arruinar a toda la tristeza del mundo. Al menos eso logró con la mía.

Y tu corazón… ¡Ah, tu corazón! Ese sí que es de oro puro, de tanta bondad que guarda.

Y yo, con tus “joyas”, cuando las pueda besar de cerca, seré la mujer más rica del mundo.