Superviviente
Eres una superviviente de la Vida. Tu Corazón en temas del corazón es fuerte, pero no sabes verlo. Sus poderosos colores son tu mejor luz, tu mayor firmeza. Es valiente porque late con un poco de miedo; eso no le impide avanzar y luchar. Es tu órgano más corpulento. Y posee tantas habitaciones como estaciones caben en un año.
Dos de ellas, las más calurosas, pintan sus paredes de colores soleados y viven gracias a la Libertad, al Amor, a la Vida, a saber reír entre lágrimas… Las otras dos están coloreadas de tonos bajos, y laten gracias al miedo (a la Libertad), al temor (al Amor), a sufrir (en la Vida), al susto (de reír entre lágrimas). El truco SIEMPRE es el equilibrio. Es sano experimentar cambios opuestos en el mismo camino: calor–frío; primavera–otoño; cóncavo–convexo; verano–invierno…
Igual que el año no existiría solo con los períodos más gélidos, así ocurre en tu Corazón. Sin saborear el MIEDO no hallarás plena LIBERTAD. Sin darle la mano al TEMOR no podrás abrazar el verdadero AMOR. Sin llegar a SUFRIR no se aprenden las lecciones de la VIDA. Sin ASUSTARTE no se vence al llanto con la RISA. Esa armonía mental también ayuda a mantener en equilibrio los pasos que nos permiten avanzar, crecer, madurar.
Por eso eres una superviviente de la Vida. Y yo te Quiero más cada día.
Llámame
Llámame “cariño”, que mi corazón vuelve a la vida. Avísame si tu día es una basura, que me guardo el Sol en el bolsillo y cargo con él hasta tu cara oculta de la Luna.
Llámame a todas horas, aunque esté ocupada. Llámame “ojitos perezosos”, que me resulta de lo más delicioso. Háblame incluso cuando discutimos, porque me resulta más fácil vivir sin aire que sin ti.
Tú poseías poesía, solo que no lo sabías. Eres la suave canción que suena en la radio, la melodía sin voz; la guitarra envejecida que arranca acordes desde el Corazón, la balada repleta de pasión, juntas volvemos a creer en el Amor. Eso es lo que te resumo con mi poema en forma de oración.
Pienso que…
Si al Sol le anulas la edad, te cargas la soledad.