Uno de las metas más comunes pero lindas que tenemos las lesbicanarias es el de criar a uno o varios hijos con nuestra novia. Fatma Marouf y Bryn Esplin son una pareja residente de Texas, ambas son profesoras de la Universidad A & M, y comparten el sueño de aumentar su familia con un hijo, pero se han topado con un obstáculo bastante tonto. Ellas se presentaron con una solicitud de adopción en la organización Catholic Charities de Fort Worth, donde se encuentran niños refugiados en espera de una familia, dicho instituto les rechazó por ser una familia lesbomaternal y no representar a “la Sagrada Familia”.

Fatma envió una carta a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados para preguntar si es un argumento legal para negar la adopción, la pareja menciona que ha sido particularmente hiriente haber sido rechazadas de esta forma, la sola idea de saber que hay tantos niños sin un hogar por este motivo es decepcionante.

Lambda es una organización destinada a impulsar a la comunidad LGBTIQ de forma legal y están buscando una forma de levantar una demanda al gobierno federal de los EEUU, acusan al HHS (Health and Human Services) de violar cláusulas de protección de igualdad protegidas por la constitución. Marouf ha trabajado con los niños refugiados y declara “Necesitan amor, estabilidad y apoyo, que Bryn y yo tenemos en abundancia. Pero al discriminarnos, la agencia colocó puntos de vista religiosos sobre las personas LGBT por encima de los intereses de los niños bajo su cuidado». Las familias con padres y madres del mismo sexo solo crían hijos más tolerantes y abiertos, sin embargo es un mensaje que la comunidad religiosa no ha querido reconocer.

La demanda es un verdadero reto legal, pretende ser un parteaguas para evitar que las organizaciones, contratadas por Health and Human Services, «usen criterios religiosos para determinar quién puede y quién no puede criar a un niño refugiado», lo que esos niños necesitan es ser acogidos por familias de forma efectiva.

Esplin es de religión mormona y Marouf viene de una familia musulmana, la unión matrimonial y el apoyo recibido por su círculo más cercano las hizo sentir en un espacio seguro, amoroso y libre de discriminación, al vivir esta mala experiencia ellas han pasado un mal rato pero no pierden la esperanza y confían que de alguna u otra forma podrán formar un hogar con un hijo, además pretenden seguir de cerca a los niños refugiados y luchar por la dignidad de las parejas del mismo sexo.

Es el turno de estas lindas lesbicanarias para dar el ejemplo y seguir con la dura tarea legal. Negar el derecho de formar una familia en un país como EEUU por la religión católica en pleno 2018 es un disparate ¿Cuáles son sus opiniones ante esta forma de discriminación? Dejen sus comentarios, queremos leerles.

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