The Good Fight es una serie que me encanta. Tengo que confesar que empecé a verla, como tantas otras, por la trama lésbica. Pero como sucede con muchas series en estos momentos, la trama lésbica no es el centro sobre el que gira la historia y muchas veces no tiene incidencia mayor en la temporada. Eso puede hacer que la serie pase al olvido para todas nosotras, pero en el caso de The Good Fight, la serie es tan buen y la historia y los guiones tan interesantes que yo me quedé totalmente enganchada más allá de la relación entre Maia y Amy.

Por esta razón llevo viendo los episodios desde que se estrenó la segunda temporada y en mi opinión la calidad de la serie no ha disminuido en lo más mínimo, así que se las sigo recomendando. Pero si lo suyo no son las mujeres guapas, las series de abogados protagonizadas por tres mujeres o no tienen tiempo de verlo todo, aquí está el resumen de la parte lesbicanaria que de momento solo se ha dado en el episodio 2×02 de la serie.

Lucca y Maia en el juicio

La temporada pasada nos habíamos quedado en que el padre de Maia se había fugado dejándola a ella y a su madre con el marrón de la estafa entre las manos. La fiscalia tiene claro que Maia no es culpable, pero piensan que si la presionan a tope pueden pescar a su padre ya sea haciendo que él se sienta culpable o porque ella les ayude para librarse de la cárcel. Pero claro, Maia no quiere optar por ninguna de esas opciones, así que Lucca y ella deciden que luchan a muerte por su inocencia total pero pinta mal la cosa.

A su favor está que Liz, a quién la Fiscalia decidió «darle descanso» porque puso un Tweet en contra de Trump, acaba de entrar en la firma y como está tan cabreada con ellos, sutilmente le deja caer a Diane que si Lucca consigue que no haya retraso los va a agrarrar con los pantalones bajos porque les acaban de traspasar el caso ya que ella se fue y no estarán suficientemente preparados.

Lucca entonces ataca por ahí y para buena suerte de Maia y su futura libertad les sale bien la jugada y el juicio se adelanta, pero ahora tienen que atacar y además les ha caído otro susurro de Liz: «La Fiscalia tiene un testigo sorpresa» que puede hacerle mucho daño a Maia.

La primera testigo es una maestra de Maia. En su momento ella le aconsejó que invirtiera en el fondo de inversión de su padre y ha perdido todo el dinero. La fiscalia quiere probar con eso que Maia conocía y activamente participaba en el reclutamiento de gente para el fondo. Pero Lucca tiene un as bajo la manga y es que sabe que la maestra pide «regalos» a sus alumnos en plan viajes, botox, chalés, etc. Con lo que toda su credibilidad queda destruida.

Amy y Maia en el juicio

La siguiente testigo le rompe todos los esquemas a Maia y Lucca porque es Amy. Obviamente ninguna de las dos se esperaba verla testificando así que ambas asumen que es el testigo sorpresa que estaban esperando, algo que le rompe el corazón a Maia que está preocupada porque no sabe qué podría decir su novia.

Colín empieza a interrogar a Amy sobre el departamento donde vivían Amy y Maia, porque al parecer cuesta un dineral. De hecho han tenido que irse porque ahora ya no se lo pueden permitir y es que al parecer los padres de Maia pagaban el 80 por ciento de la renta. Luego Colin mete el dedo en la llaga preguntándole a Amy sobre por qué su padre no fue admitido en la inversión del fondo. Amy dice que no lo sabe, que Maia solo le dijo que no era posible, pero él le pregunta si lo aceptó sin más, si no preguntó que pasaba. Ella responde que sí y que le preguntó a Maia si había algún problema con el fondo y ella no le contestó nada verbalmente, pero en su opinión asintió.

Maia y Amy

Ante esa respuesta Maia se indigna y le pasa un papelito a Lucca indicándole que es mentira, que en realidad ella jamás asintió. Pero no es la última pregunta de Colin. El golpe final de la fiscalia es preguntarle a Amy si ella y Maia han hablado alguna vez sobre casarse. Ella responde que sí, pero se ve super incómoda con la pregunta y a Maia se le encharcan los ojos desde el otro lado del estrado. Colin presiona y le pregunta por qué dijo que no. ¡Auch! Amy responde que es complicado, pero cuando Colin le pregunta si fue por que temía que Maia lo hubiera hecho para conseguir que ella no pudiera testificar en su contra no lo niega directamente. Simplemente responde que no lo sabe.

Maia sale destruida de la sesión y le pide a Lucca que la deje testificar.

Lucca: Eso es lo que ellos quieren, no puedes hacerlo, te matarían.
Maia: Creo que ya me han matado.

Awww pequeña con el corazón roto, Lucca le recuerda que tiene la opción de aceptar un año de cárcel pero Maia se niega, prefiere arriesgarse. Liz les vuelve a soplar que el testigo sorpresa es en realidad Diane, así que todas se ponen de acuerdo para prepararse para ese supuesto y Diane fingirá sorpresa cuando la llamen.

Maia por su parte mueve ficha para pedirle a Marissa que le ayude a encontrar a la tía con la que se ha ido su padre. Marissa acepta y de inmediato pone manos a la obra.

Maia y Amy en la casa

Sinceramente, después de lo que vimos en el juicio y de la información que recopilamos yo pensé que lo de Maia y Amy era agua pasada. Pero lo siguiente que vemos es a Amy esperando super nerviosa en un lado de una cama que es obviamente para dos. Cuando escucha las llaves se estresa más y así vemos llegar a Maia hasta la casa.

Amy intenta disculparse diciéndole que estaba bajo juramento y le pregunta qué es lo que quiere hacer con su relación.

Amy: Lo siento. ¡Solo dije la verdad! Yo solo…
Maia: Yo jamás asentí.
Amy: Sí que lo hiciste.
Maia: Amy aquí solo estamos nosotras dos y yo no he asentido.
Amy: Entonces soy una mentirosa. Entonces simplemente tendría que irme ahora mismo. ¿Por qué quieres quedarte con alguien que miente para meterte en prisión?

Maia y Amy en la cama

Maia directamente se acuesta sin mediar ni una palabra más, pero es super significativo que no le responda porque aún sin decir nada está expresando que a pesar de todo no quiere que se vaya. No quiere romper con ella y eso es quizá lo que más le rompe el corazón, que siente que Amy la ha traicionado y aún así la sigue amando. Y lo mismo por parte de la rubia, que siente que no podía mentir porque podría ir a la cárcel y además le sienta super mal haber tenido que declarar y se siente culpable. Pero no sabe qué otra cosa hacer.

Me ha gustado ver esa dinámica de pareja, sobre todo porque no me lo esperaba, porque como ya les digo que pensaba que darían por terminada la relación después de ver el juicio. ¡A ver si le dan un poco más de tiempo de desarrollo a la relación!

El episodio termina con buenas noticias, porque gracias a Marissa, Maia consigue hablar con su padre y después de darse cuenta de que es un cabrón egoísta, ayuda a que la policía lo detenga y queda libre de culpa. ¡Seguiré echándole un ojo a la serie para contarles si hay cualquier otra cosa que reseñar!

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