Marta, estudiante de Filología Inglesa, se encuentra en su último año de carrera. Como es natural, esto supone una cierta sobrecarga y, sobre todo en épocas de exámenes, un rotundo estrés. Además, en este último curso no sólo es necesario superar las asignaturas correspondientes, también hay que elaborar el Trabajo de Fin de Grado (que en la novela se nombra como “Tesis”). Ello añade un plus de esfuerzo, porque no deja de ser un estudio de investigación, supervisado por un profesor, que lógicamente ha de ser evaluado y representa un porcentaje nada desdeñable de la nota final.

Para Marta está muy claro: su trabajo versará sobre la literatura inglesa de la época victoriana y, más concretamente, la obra de las escritoras de esa época. La elección está determinada por dos razones: le gusta el tema y le gusta la profesora de literatura inglesa. Sofía, la profesora, comparte con la alumna ese gusto por el periodo literario, por las mujeres escritoras de dicho periodo y… por las mujeres en general.

Pero Marta no sabe de este detalle. Se limita a intentar acercarse a ella todo lo que puede y lógicamente le propone que le dirija el trabajo de investigación. Sofía acepta encantada y pronto comienzan a multiplicarse las tutorías, en las que profesora y alumna intercambian dudas y aclaraciones sobre las novelas de las hermanas Brönte, George Elliot, etc., etc.

Marta comienza a frecuentar un blog llamado “Letras y Susurros” (en clara referencia a la película de Ingmar Bergman “Gritos y Susurros”), dirigido por “Una enamorada de las letras”. La persona que se oculta tras el pseudónimo resulta tener inquietudes, gustos y aficiones verdaderamente afines a los de Marta.

Como no podía ser de otro modo, muy pronto comienzan las conversaciones virtuales, los chats y los debates entre las dos. La estudiante encuentra en el blog una fuente importante de información sobre el tema que le apasiona y que también apasiona a la bloguera: la literatura. Allí descubre poemas de Emily Dickinson y de Elizabeth Barret Browing y profundiza en algo que, de paso, le viene de perlas para escribir su trabajo de investigación.

Hablando de profundizar, también profundiza en las tutorías y, sobre todo, en el grado de cercanía con Sofía. La profesora y ella mantienen una relación académica correcta, pero que se va agrandando por momentos.

No obstante, Marta va acrecentando sus dudas. El hecho de que Sofía sea su profesora le parece un escollo difícil de saltar: piensa que una relación así sólo sucede en las películas. Algunas sabemos que no, que no sólo pasa en las películas, pero Marta es así, dejémosla. A fin de cuentas, qué más da lo que piense Marta, si al final lo que va a impulsarla es su corazón y no su cabeza (que es, por otra parte, lo que ocurre siempre).

Sofía sigue ejerciendo sobre ella una atracción insoportable que, con el tiempo, ha devenido en enamoramiento. Sólo queda saber si la profesora siente lo mismo por su alumna o no.

Como es lógico y natural, las cosas no son nunca fáciles en la vida. La vida es así. Por tanto, los problemas tienen que existir y manifestarse. Sofía es una buena persona, que de ninguna manera quiere hacer daño a su alumna. Y por esta razón, dadas sus personales circunstancias, decide darse un margen y apartarse a un lado. Pero sus acciones no significan que no la quiera.

Marta tendrá que comprender los motivos de Sofía…o no. Tendrá que lidiar con la sospecha de haber sido olvidada…o no. Tendrá que encauzar su vida y recuperar lo perdido…o no. En cualquier caso, Marta deberá construir su existencia sobre la aceptación del amor de quien la quiere bien y la esperanza que se abre ante sus ojos.

Y, sobre todo, sin olvidar.

Tras estas aclaraciones, enigmáticas a propósito, para evitar poneros en antecedentes sobre la historia, debo hacer algunas pequeñas recomendaciones y observaciones:

  • Si os herís una muñeca y/o os sentís mal, no reclaméis asistencia sanitaria en una Facultad de Medicina, aunque esté al lado porque se encuentra en el mismo campus universitario. Lo adecuado es ir a un hospital o centro de salud.

  • En Filología Inglesa lo correcto es dar las clases en inglés y analizar los textos literarios propuestos en idioma original. Si no es así, hay que reclamarlo.

  • Estoy plenamente de acuerdo en que para juzgar una obra literaria ha de leerse hasta el final y no desechar nada si no se ha completado la lectura. Es como un derecho inalienable de las historias (en mi opinión) el ser leídas por completo, porque sólo así podemos estar seguros de que le hemos dado toda su oportunidad.

  • No creo que el matrimonio sea sólo un papel o una formalización de la relación amorosa, que no aporte nada más. Puede que en el caso del matrimonio heterosexual eso resulte cierto, pero en el matrimonio igualitario hay otros parámetros a tener en cuenta: se trata de un legitimación legal y social que no sólo nos da tranquilidad jurídica, sino que dota a nuestra relación de una visibilidad absoluta y necesaria.

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p>Dicho todo lo anterior, “No me olvides” es una historia creíble y coherente de lectura cómoda, que se desarrolla en dos ámbitos de la existencia de Marta: el universitario, en una primera fase (su etapa de estudiante) y la vida de plenitud adulta en que nuestra protagonista es una profesional de la edición de libros. El devenir sentimental y vivencias de Marta serán las líneas que marquen el desarrollo temporal de la trama.

“No me olvides” es una buena historia de amor o, mejor dicho, de dos historias de amor. Pero, sobre todo, lo que narra es la inmensa capacidad de sacrificio que puede desplegar una persona cuando ama de verdad. Que la disfrutéis, si os apetece.

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