Hora de despertar

Despierta, Cielo, está amaneciendo. Abre los ojos para que pueda salir el Sol. Desperézate suave pero no tengas prisa, te espera un día lleno de risas. Levántate con calma y ve a abrazarlo con la mejor de tus sonrisas.

¿Oyes el claxon de los coches y su macabra melodía? Detrás de ellos tararean los pajaritos que, con su canción sin letra, te indican dónde brilla más la estrella amarilla.

Despierta, Tucusita, que la Vida es maravillosa y pronto la descubriremos en Libertad. Ponte en pie, ya no queda tiempo para soñar; es hora de hacerlo realidad.

Mi hogar ideal

Mi hogar ideal es ese en el que el timbre simule el sonido de una risa y cada momento vuelva a renacer. El que posee un suelo de tierra para seguir creciendo juntas, arrancando la mala hierba para que la buena sepa crecer. Ese cobijado por un techo de estrellas que relaten historias cada anochecer. Todo abrazado por un halo acogedor, que nuestro Amor ayuda a florecer.

No es hasta que la muerte nos separe, lo tienes que saber. En realidad es hasta que la Vida quiera, porque Ella es la que manda, no se le puede enmudecer.

Mi hogar ideal es contigo. Mi hogar ideal es con nosotras hasta perecer.

Te quiero con el Corazón

Tú y yo no nos apreciamos de manera habitual. No nos miramos con los ojos, nos vemos con el Corazón; “El Principito” tenía razón.

Una de las cosas que aprendí hace poco es abrazar árboles. Apreciar su energía. Empatizar con su robusta calma. Fascinarme por la cercanía de sus tonos naturales. Eso me llena de tranquilidad, serenidad, bondad…

Ahora sé que abrazarte a ti es tan maravilloso como a ellos. Estoy hambrienta de enlazarme contigo. No quiero soltarte, solo envolverte con mis brazos mientras unimos nuestros dedos en ese gesto íntimo y perfecto, para que tu terror desaparezca y mi pecho vuelva a sentir ese calor que te revive el Alma.

Y tu voz… Me provoca dulzura sentir su cercanía en mi oído susurrando palabras coloridas, nada doloridas. Me emociona sentirte temblorosa y tímida al hablar… ¡Lo haces con tanto Corazón y humildad!

Tu murmullo es una melodía decorada con miel. Me provoca lo mismo que las teclas de un piano en días de lluvia, sobre una alfombra, junto a un fueguito y con vino para dos. Me eriza la piel contemplar tus ojitos somnolientos y hermosos. Te imagino frotándolos como ese berrinche de una niña que no quiere despertar, y lo que me provocas es la más auténtica de las ternuras.

Te quiero con el Corazón.