Alba es una chica que cursa Bachillerato y adora la Literatura. Esto no es óbice para que también adore a la profesora que imparte la asignatura más íntimamente relacionada con la materia objeto de su pasión.
La atracción que siente por su profe de Lengua, llamada Susana, resulta algo irresistible, imposible de ignorar y bastante demoledor. Su obsesión crece por momentos y ella misma se va dando cuenta de que ese sentimiento va evolucionando y creciendo hacia algo verdaderamente serio. Desde un deslumbramiento lógico provocado por la admiración infinita hacia una profesora realmente buena en lo que hace, hasta completar el camino de sentirse enamorada de ella.
Me quería sentir dueña del pincel que la había pintado y con cada trazo repasado perdía un poco de mi enamoramiento intelectual para enamorarme de ella como persona terrenal que era.
Debido a una serie de circunstancias, Alba y Susana coinciden cada vez más. Pronto, quizás por mutuo y tácito acuerdo o tal vez sólo por las ansias de Alba de acercarse a su profesora, empiezan a quedar. El encuentro se fija en una tertulia literaria, un club de lectores que se reúnen una vez a la semana. Para Alba (y puede que también para Susana) es la manera perfecta de tener una cita periódica y frecuente. Porque no sólo acuden a la tertulia, normalmente se toman ellas dos primero un cafetito.
Poco a poco, gracias a esas entrevistas a solas, su relación va creciendo en complicidad. Los encuentros son cada vez más frecuentes y los acercamientos cada vez más probables.
El punto de no retorno lo configura el beso furtivo que Alba le roba a Susana en la estación donde habitualmente coge el autobús para regresar a su casa tras la cita semanal.
En aquel instante ambas supimos que aquel sería el primero de muchos.
Cada vez es más evidente que se trata de un enamoramiento de manual. Es algo inevitable, o al menos se convierte en inevitable. Alba llega a caerse por la escalera, prendida de los ojos de su profesora. De forma evidente, Alba está completamente colada por su profe. Y, por los síntomas que revela, la profe corresponde a sus locos sentimientos. Susana comienza a “castigar” a Alba, en el sentido más blanco de la palabra. Es decir, se inventa infracciones para tenerla “castigada” estudiando con ella toda la tarde. Resulta evidente que esos castigos son la excusa perfecta para estar juntas y a solas bastante tiempo. El recurso se utiliza innumerables veces, hasta el punto que el propio conserje acaba haciendo bromas con lo traviesa y problemática que parece Alba como alumna.
Tontean, coquetean, juegan… Alba siente celos, se enfada mucho… Todo ello no son más que evidencias de lo que está claro como el agua. Y entonces llega el momento de comentar y analizar el madrigal de Gutierre de Cetina.
Gutierre de Cetina es un poeta español renacentista (siglo XVI), del que nos ha llegado un cancionero petraquista que contiene un famoso madrigal, que se estudia en las aulas como parte de los clásicos literarios de la época:
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Alba coge el rábano por las hojas y se dedica a utilizar como pretexto el madrigal para tirarle los tejos a su profesora, a base de indirectas y alusiones elogiosas sobre sus ojos. Tiene éxito.
Pero, aunque en plena fase de cortejo la percepción del peligro suele tener un umbral muy alto y las afectadas no se percatan de los problemas que pueden acecharlas, ese peligro existe. Su existencia es insidiosa, planea constantemente y tarde o temprano las amantes terminan por percibir que en realidad se mueven en un campo de minas.
No obstante, el amor es un sentimiento muy fuerte, por el que merece la pena luchar.
No podemos dejar que el miedo nos bloquee. El mundo siempre lo han movido los valientes, que aunque han tenido miedo al dolor, han sabido ver que es más importante avanzar que quedarse quieto viendo que siempre es lo mismo.
Siendo conscientes del problema, resulta evidente que ambas tienen mucho que perder si son descubiertas. Ahora bien, también resulta innegable que quien más pagará en tal caso, será Susana. Susana se juega su trabajo y su carrera. Las consecuencias pueden ser desastrosas, una auténtica hecatombe vital.
Y en ocasiones, aunque resulte muy noble combatir contra los elementos y las tempestades, la partida no la gana quien juega más limpio. El amor, como expresa Susana en una ocasión, no siempre puede con todo.
Alba no consigue comprender que a veces las circunstancias son demasiado duras, la oposición demasiado cerrada y el entorno demasiado poderoso. Hay momentos en que no queda más remedio que claudicar porque el peligro es cierto y temible. Y Susana debe tomar una decisión dolorosa.
Era una cobarde y yo no soportaba a las personas que huían de lo único que merece la pena en la vida: lo que nos hace temblar de felicidad.
Pero la victoria de lo malo no puede ser sino temporal. Alba y Susana nunca dejarán de luchar, aunque sea inconscientemente y una vez perdida toda esperanza.
Una rendición no lo determina todo. Hay más oportunidades, si de verdad impera el verdadero amor.
“Buscando tu aprobado” es una novela que plantea un tema harto conocido: el amor entre una alumna y su profesora. Ahora bien, no porque haya sido muchas veces reflejado en el cine y en la literatura, debe considerarse una cuestión irreal.
De hecho, la historia abunda en situaciones completamente verídicas. La evolución de los sentimientos de Alba se construye de una forma muy sincera, refleja muy bien el devenir de cómo va creciendo dentro de ella la atracción, el deseo y el enamoramiento por Susana. En cuanto al desarrollo de toda la historia, resulta convincente. Primero, porque refleja la casi total imposibilidad de que tal relación sea consentida por el entorno y, por tanto, llegue a ser viable (al menos hasta que pasen algunos años, ambas sean independientes y cambie un poco la mentalidad). Segundo, porque Alba y Susana son seres humanos normales, cercanos a la tierra que pisan.
Nuestros cuerpos no eran perfectos. Ni siquiera nosotras lo éramos, pero cada una de nuestras imperfecciones nos hacía únicas.
Las escenas íntimas son apasionadas, aunque conservando una ternura que las hace especiales: “Sus besos fueron marcando un caminito de hormigas, dulces, casi inapreciables, pero certeros”.
Todo ello hace que “Buscando tu aprobado” sea una novela romántica de amor entre mujeres de buena factura y que se lee con gusto. Y no tiene nada de ciencia-ficción.
Porque, creedme, que una alumna y una profesora se enamoren en el instituto y terminen juntas no es algo tan raro ni tan novelesco. Disfrutad del libro, si os apetece.