Él late

Él late por una Mujer.

Una Mujer que portea en su espalda Alas decoradas con el arcoíris oculto en su rostro. Su mirada muta en tres matices. Tonos miel de vistazos apasionados. Arena terrosa del color del dolor cuando sus ojitos creen que le han echado por tierra sus ilusiones. Matiz café al tiempo de saborear un momento o recuerdos contemplando el horizonte. Ese horizonte anaranjado, casi rubio, que inspira profunda Paz, que invita a una reflexión con el viento entonando una canción junto a su Corazón…

Si observas las Alas desde otra perspectiva, descubrirás tintes rojizos, azafranados, como los que aparecen en sus mejillas abrazando sus pecas castañas al comprender lo hermosa que está despertando junto al Amanecer. Y una pincelada más oscura, casi granate, pero reluciente, al ser capaz de sonreír bajo un cielo azul borroso, grisáceo, nostálgico, melancólico, insinuando la más pura de las sonrisas, como si el origen de su felicidad no comenzara en sus labios, sino en su Alma.

Todo ello rodeado del color más pacífico y sosegado que existe: el verde esperanza. Esperanza de saber que la Vida, por una vez, la ha ayudado a ponerse en pie.

Una Mujer a la que le encanta existir, reír, exprimir y luchar por no sufrir.

Él late por una Mujer. Él… mi Corazón.

Hazlo sin parar

Escribe con la pasión del Corazón, reescribe con la mente y su razón… Escribe igual que respiras: a veces con calma y parsimonia, saboreando todos los detalles; otras con furia y descontrol, aunque en el intento falles.

Pero NO dejes nunca de escribir si para ti es vital. El día que lo hagas, dejarás de respirar.

¿Qué me hiciste?

¿Qué me hiciste en el Corazón?

Cada vez que te piensa, se mueve de excitación.

Cada vez que te ausentas, se muere de frustración.

Cada vez que le hablas, baila tu canción.

Cada vez que no estás, se desangra en una exhalación.

Cada vez que regresas, le da un subidón.

¿Qué me hiciste, Corazón, que convertiste cada paso en un hogar acogedor?