¿Mal tiempo?

No soy una loca que camina cuando “no se debe”. Soy una loca que no se niega los placeres.

Disfruto deambular cuando llueve sin parar. Me anima el mal tiempo, no porque sea clima violento sino porque ejercita mi pensamiento; las bajas temperaturas me despiertan más que un día sin viento.

No se trata de un ambiente incorrecto, eso es solo la etiqueta que se le ha colgado al firmamento. No es que el Cielo esté apagado sino que entre tanta nube se ha acurrucado. No es que su luz nos haya abandonado, tan solo se ha retirado a su pequeño espacio privado.

 

Escojo el frío en todo su esplendor excepto contigo, que prefiero tu calor.

 

Color (r)osado

Existe una flor de color (r)osado. Pequeña y tímida, solo nace en aguas de tono templado. Permanece envuelta en su jardín privado, protegida por un matorral sedoso y acolchado. Desprende un aroma perfumado, como la fragancia más pura que nunca se ha esnifado. Al contemplarla, notas como si el mundo se hubiera desliado. Dan ganas de largarte junto a ella sin sentirte un desterrado. Relamer cada uno de sus movimientos culminados, acunar su dulzura con mimos suavizados y cantarle una canción a gemidos delicados.

Si tienes sed, la flor te ofrece su río de aguas cristalinas y sabor muy marcado. Un elixir de la Vida que envuelve tus temores y liquida cada momento que te ha asustado, ahogando tus pesadillas con su néctar perlado.

Entre esa espesura que desfigura mi cordura brilla la más linda flor que el mundo ha regalado. Y yo solo deseo pronto mudarme acurrucada a su lado.

 

(Des)orden

Amo besarla cada día entre feroces gemidos hirvientes, imprimiéndonos jaleosos KO’s lubricados, mientras nuestros ñaños orgasmos piden que recordemos silenciosas tres únicas verdades: whisky, XXX y zalamerías.