Dos episodios son los que hemos tenido que pasar esta temporada sin Ava Sharpe y ¡son más que suficientes! Prepárense para una dosis grande Ava y Sara porque este episodio es fuerte en contenido Avalance. ¡Les va a encantar!
Nuestro episodio comienza con Sara presentandose en casa de ¿su ex novia? Porque lo dicho, han pasado dos semanas y de Ava ni sus luces. Como no hay respuesta la rubia usa su llave para entrar y descubre toda la casa tirada. ¡Alguien ha secuestrado a Ava!
Nora y Konstantin se unen a ella para echarle un vistazo a todo el departamento y como la primera está conectada con Nero consigue descubrir que es él quien la ha secuestrado y el lugar donde la tiene. Así que se van casi que volando a encontrarla y se la encuentran hecha un cristo.
Ava está como en estado de coma y Konstantine le explica que, como Ava no ha querido aceptar la posesión y está luchando, Neron la ha enviado al purgatorio para poder ablandarla y conseguir vencerla.
Sara de inmediato decide que se enfrentará al purgatorio de Ava para traerla de vuelta, así que a pesar de las advertencias de Konstantine, le ordena que la meta en el purgatorio.
Lo que ni Sara ni todos nosotros esperábamos era un purgatorio con forma de Ikea. La verdad me ha hecho mucha gracia y sigo sorprendiendome cada día con la imaginación que tienen los guionistas de Legends para sacarse ases de la manga en cada episodio.
Mientras tanto en la nave tenemos un mini momento lesbicanario cuando Zari pregunta: ¿»Qué es esto Legends Eye For The Straight Guy? en alegoría al programa de televisión y Charlie le pregunta: ¿Entonces eres hetero? y las dos se miran con cara de incógnita y mucha química. Igual todo queda en eso porque de momento los ojos de Zari están puestos en Nate.
Gary también está ahí y les da la primera pista que es llegar al sector de guardarropas, así que las dos salen pitando y se topan, muy al estilo Ikea con uno sin armar, así que rápidamente concluyen que tienen que montarlo.
Las chicas ponen manos a la obra, pero tienen diferentes ideas de como deben resolverlo. Ava opta por ponerse a leer las instrucciones, pero Sara es más de manos a la obra y lo empieza a armar con ese instinto bolleril que lleva en todo su cuerpo serrano.
Para su desgracia, montar muebles no es una de sus habilidades, porque en cuanto lo para se desbarata. Algo que nefastea mucho a Ava porque no le hizo caso a la hora de seguir el procedimiento. Y como sabemos que las dos han tenido recientes problemitas con algo así, la conversación deriva a esos rumbos.
Ava latiguea a Sara recordándole que le mintió sobre el Kupe y la rubia le dice que ella estaba de acuerdo con la tortura sistemática de las criaturas mágicas. El pleito hubiera podido seguir, pero Ava opta por la sinceridad y le confiesa que jamás ha estado de acuerdo con eso, pero en el ardor de la batalla buscó una posición desde la que pudiera defenderse porque tiene miedo.
Ava: Es que de verdad necesito saber que estás de mi lado.
Sara: Siempre estoy de tu lado, incluso cuando no estamos de acuerdo.
¡Que bonito es el amor señoras! Una vez solucionado el problema en cuestión, vuelven a poner manos a la obra y consiguen armarlo pero al terminar descubren un tornillo extra. Y que levante la mano y juzgue aquella a la que nunca le haya pasado. Yo una vez desarme mi portátil para cambiarle el ventilador y me sobraron como tres… nunca volvió a ser el mismo.
Ava flipa un poco con la situación, pero Sara la tranquiliza, le dice que no es perfecto pero es su suyo y en cuanto lo acepta, se abren las puertas de Narnia, digo del clóset. La verdad es que nunca pensé que volvería a ver a Sara Lance meterse en armario pero estos ojitos que se han de comer los gusanos lo vieron.
Para su desgracia, esa no era la salida al mundo real, solo un paso a una nueva prueba en la que tienen que escoger una cama. Parece simple, pero cualquiera que haya vivido en pareja sabe que el tema del colchón tiene sus aristas. Que si a mi me gusta duro, que si viscolástico, que si de muelles, no es moco de pavo.
El primero que les presentan tiene una garantía de 3 años y un precio bastante accesible. Sara opta por ese aunque le parece caro pero a Ava casi le da un infarto porque está convencida de que se pondrá guango en medio segundo, así que pasan al siguiente.
El segundo tiene garantía de 15 años y cuando se sientan a probarlo les salen canas, pero no verdes, de las normales. Se ve que el colchón las envejece el número de años de la garantía. ¡Miedo! Sara concluye que, como este es el purgatorio de Ava, tiene que tener algún problema con envejecer, pero su novia le confirma que no, que el problema lo tiene con envejecer con ella. ¡Ala!
Esto las lleva al tercer colchón con una garantía de 50 años que se dicen pronto. Y aquí tengo que hacer un pequeño inciso que es que me hizo mucha gracia que Ava encogiera tanto. Porque su versión joven es mucho más alta que Sara así que fue gracioso el cambio.
Pero volviendo al episodio, Ava le dice a su novia que entiende que 50 años durmiendo en el mismo colchón puede ser complicado. Pero el problema de Sara no radica en la monogámia sino que nunca ha sido mucho de hacer planes. Básicamente porque con un pasado que incluye morir, revivir y pasar mil torturas, eso de pensar en una vida estable como que no cabía. Pero todo ha cambiado gracias a Ava.
Ava: Tienes derecho a querer tener cosas Sara.
Sara: ¿Y qué pasa si no puedo ser la persona que tu necesitas?
Ava: Seamos honestas, ninguna de las dos necesita a nadie. ¿Verdad? Pero tú eres la persona que quiero.
Me encanta que cada prueba les haga resolver un problema que tenían en su relación. Inseguridades que las dos cargaban en sus adentros y que este purgatorio está sacando a la luz, pero que no consiguen vencerlas.
El siguiente lugar en el que aparecen es una cocina en la que nunca parece acabarse el trabajo, así que las dos empiezan a ponerse nefastas porque por mucho que limpien o arreglen algo nuevo ocurre y parece que en lugar de avanzar retroceden.
Sara pierde los nervios y decide que, si este es el purgatorio de Ava, le toca a ella limpiar. Ava se pone de los nervios y ambas empiezan a discutir sobre como Sara no parece nunca establecerse en un sitio y como no quiso irse a vivir con Ava.
La rubia le dice que no es que no quiera, que simplemente no es el momento, pero para Ava los momentos se buscan, no llegan caídos del cielo. Sara no entiende que Ava pueda querer llevar una vida llena de trastes sucios y desastres en la casa cuando son super heroínas que viajan en el tiempo.
Ava: No soy solo mi trabajo. Quiero hobbies, quiero una vida contigo. Y a veces la vida es simplemente esto. Es aburrida. Vale ¿y entonces qué? ¿Me cambias por una nueva aventura?
Sara: ¡No! Pero no puedo decidir toda mi vida en este momento! Así que sabes que, por favor dime lo que quieres que diga y lo diré para que podamos salir.
Ava: No puedo decirte que decir Sara porque entonces no significaría nada.
Sara: Vale, vamos a mudarnos a los Suburbios y aburrirnos hasta morir.
Me gustó mucho esta discusión entre las dos (sí, soy masoca) porque me parece que es muy coherente con ellas mismas. Sara odia sentirse acorralada y por tanto, cuando le presionan muerde todo lo que tiene por delante. Y Ava se siente muy insegura porque Sara no parece querer avanzar y el hecho de que se ponga tan a la defensiva cuando se toca el tema incrementa su inseguridad.
En mi caso, lo que se incrementa es el pánico, porque con este pleito Ava desaparece y Sara se queda sola frente a una puerta. Cuando la transpasa se topa con un ejercito de muñecas «Ava». Clones de nuestra chica favorita creados para cumplir una función específica.
Gary aparece en escena para ayudarle a elegir, hay todo tipo de opciones: Ava inteligente, Ava sexy, Ava cuidadora, Ava sensual, pero Sara solo quiere a su Ava así que sale corriendo hasta que encuentra una puerta que dice algo como: «Tal cual».
Cuando la cruza se encuentra a Ava que la mira llorando a mares y no entiende que esté ahí. Después de todo, tenía un repertorio de clones para elegir, podría haberse llevado a la Ava de sus sueños.
No quiero a ningún otra mujer.
Sara Lance después de besar a Eva Sharpe
Sara se despierta en la nave después del beso cuál bella durmiente. Y después de unos cuantos segundos para ponernos nerviosonas, Ava despierta también y las dos se besan. La desgracia es que duró medio segundo porque Gary aparece cual fanático número uno de Avalance que es.
El episodio termina con las chicas bromendo sobre si deberían hablar sobre tener hijos de una vez. Y las dos coinciden en que mejor esperan a que los que ya tienen (Todos los Legends) maduren lo suficiente como para entender la noticia.
¡Fue un episodio super genial para la pareja de Avalance! Eso sí, en la nave menudo desmadre porque Nora y Konstantine arman un plan para vencer a Neron y iba perfecto, pero como no informaron a Ray este los interrumpe a medias y Neron consigue escapar y deja a Nora media en coma. Además vemos que ¡ha poseído a Ray! A ver con que nos salen en el siguiente episodio.