Belchite es un pueblo aragonés con historia. Por desgracia, se trata de uno de los lugares que más sufrió durante la Guerra Civil española (1936-1939). La contienda fue terrible y las heridas en muchos casos han permanecido abiertas durante generaciones. El caso de Belchite resulta un tanto especial, porque por la localidad pasaron sucesivamente tanto “los Hunos” como “los Hotros” (que es como llamaba D. Miguel de Unamuno a los dos contendientes, para significar la barbarie de ambos bandos) dejando tras de sí destrucción, desolación y crueldad sin límites.

María pertenece a una familia que, como la inmensa mayoría del pueblo, ha padecido mucho y su memoria está marcada por todo lo que pasó entonces y en la postguerra. Su madre, Conchita, es una mujer fuerte, temperamental y algo dura en ocasiones. Soledad, buena amiga de la familia, era la maestra y pertenecía claramente al bando perdedor. Pero con quien María tiene una conexión más estrecha es con su abuela, Basilisa. Esta mujer es un ser muy especial, el culmen de la tolerancia y la solidaridad humana y social.

Siempre he creído que el mundo tiene que ser más justo, porque no lo es nada. Siempre he estado del lado de los pobres, los desfavorecidos, las mujeres, los niños, los mayores, los negros… Ahora también estoy con los gays —afirmó con decisión.

María abrió los ojos con sorpresa. «Eres alucinante, abuela»”.

Toda la familia se encuentra muy ligada al terruño y los valores tradicionales. De hecho, producen aceite de oliva de la manera más artesanal posible. Sus olivos, centenarios algunos y milenario uno de ellos (al que llaman “El Abuelo”) representan algo más que un medio económico de subsistir: constituyen en realidad toda una forma de vida.

El novio formal de María es eso, muy formal. Tan formal que van a casarse en unos meses. Además, es miembro del Opus Dei, con todo lo que ello significa. Se llama Jordi y siente que la Obra (que es como llaman al Opus sus integrantes) importa casi más que su propia familia y sigue sus directrices al pie de la letra, sin esfuerzo y con pleno convencimiento. Así, se niega a tener ningún tipo de intimidad física más allá de algún beso con María, hasta que pasen por el altar. A María esta actitud le resulta bastante molesta pero, aunque a regañadientes, respeta las razones de su futuro esposo, a pesar de que no puede dejar de cuestionar ese afán por “consumar” precisamente en la noche de bodas y no antes.

Y qué más da si dos personas se acuestan o no esa noche, lo importante es que prometen cuidarse y quererse toda la vida, como si eso fuera poco. Pero nada, para el Opus lo más importante es la unión de la carne. Qué obsesión, por Dios. Qué paciencia.

Jordi regenta los viñedos de su familia en el Penedés. La producción de cava ha sido siempre de buena calidad y con éxito de ventas, pero últimamente se encuentra un poco de capa caída debido a que en el resto de España existe una campaña de boicot hacia los productos catalanes. Tal boicot ha afectado significativamente al volumen de negocio.

Esta es una de las razones por las que la empresa de Jordi necesita ampliar horizontes y abrirse a nuevos mercados. El plan es abrir una planta de producción en Reino Unido, concretamente en Islington (Londres), para ofertar un cava de gran calidad dirigido al público británico.

Y en ello consiste precisamente la misión de María en estos momentos. María trabaja en la banca y recibe la comisión de llevar las negociaciones pertinentes para la apertura de la planta. Se encarga también de localizar los terrenos donde quedará emplazada y de conseguir las oportunas autorizaciones y licencias municipales.

Ahí es donde conoce a Nell Easton. Nell es una funcionaria del Ayuntamiento de Islington y se ocupa de enseñar a María posibles localizaciones e informarla de las posibilidades de cada ubicación.

Conocer a Nell supone para María un cierto choque cultural. Está claro que el mundo anglosajón resulta muy diferente al mediterráneo, pero María percibe el contraste quizá de forma más intensa aún, debido a sus condicionantes personales. Como hemos podido constatar, su entorno se encuentra muy ligado a la sociedad más tradicional.

A pesar de todo, María tiene una mentalidad más acorde con la de su abuela Basilisa que con la del resto de sus allegados. Y también se encuentra en las antípodas de la de su novio Jordi.

Por una serie de circunstancias accidentales, Nell invita a María a una fiesta de cumpleaños. Resulta que Nell es lesbiana, la amiga del cumple también y la celebración se ubica en un bar de ambiente. María jamás había estado en un local gay, ni tampoco había conocido personas de este lado de la acera. La experiencia la deja confundida, aunque también contribuya a tan demoledora sensación el hecho de haberse cogido una borrachera del quince.

Pero lo indiscutible es que María comienza a plantearse las cosas de una forma por completo diferente al esquema que hasta el momento regía su vida.

“Los olivos de Belchite” es una novela interesante por varios motivos. En primer lugar, el contexto: Belchite es un lugar con un pasado importante y la historia de los personajes que lo habitaron tiene un gran peso en el argumento. Las vidas de la abuela Basilisa, la madre Conchita, Soledad, etc., suponen un tremendo aliciente en el contenido argumental. También tiene trascendencia el recorrido de la familia de Jordi en el Penedés, igualmente ligada a la Guerra Civil y sus consecuencias.

Los personajes están bien trazados. Por ejemplo, ya que hablábamos de Jordi, con él se huye del maniqueísmo típico de dibujarlo como un beato integrista, puritano y tiránico sin más. Jordi se nos presenta como un chico que no es mala persona, pero que está muy mediatizado por sus creencias religiosas y, sobre todo, bastante manipulado por el club al que pertenece (su círculo del Opus Dei). En consecuencia, su visión del mundo es muy estrecha, sus ideas muy retrógradas y María no encaja con él, aunque se esfuerce.

El libro plantea una historia de amor, pero rodeada de otras tramas complementarias del tema principal, que le proporcionan bastante fondo al argumento. Si a ello añadimos que se lee con soltura y el avance es bastante rápido, podemos asegurar que pasaremos ratos muy entretenidos.

Se trata, por tanto, de una novela a tener en cuenta.  No sólo ofrece un núcleo romántico interesante, sino que las demás historias que lo acompañan resultan muy significativas. En particular, el trasfondo de la familia de María, su olivar y la presencia casi telúrica del olivo “el Abuelo” son ingredientes atractivos para un buen argumento. Que la disfrutéis, si os apetece.

Edición citada: Moya Pereira, E. Los olivos de Belchite. Ed. SUMA. 2010.

Rebajas
Los olivos de Belchite: Tras la guerra viene la batalla por conjurar el pasado (Best Seller)
Moviéndose entre las largas sombras de la guerra que marcó a España y las batallas de negocios de la economía global actual, Los olivos de Belchite es la historia de cómo el pasado atormenta nuestras vidas y de las batallas que comienzan cuando termina la lucha.