La nueva comedia de Amy Poehler para Netflix, Wine Country, demuestra que no hace falta sacrificar el humor para contar una historia de amistad femenina y crisis de la mediana edad con mucho corazón. Por supuesto, también tiene a una mejor amiga lesbiana, que es más que un papel para tachar una casilla de representación. Val, interpretada por la hilarante Paula Pell, es un personaje tan bien desarrollado como puede serlo entre un elenco basto en menos de dos horas de trama.

Y no, Wine Country no se trata de la historia de una mujer lesbiana que ronda la mediana edad. Pero sí se trata de amistad. Ese es el punto central de toda la historia que reune a un grupo de seis mejores amigas, cada una con sus problemas y crisis, en un viaje aparentemente idílico que termina lleno de hilarantes situaciones, confrontaciones y tropiezos.

Wine Country a simple vista

Uno pudiera pensar que es solo una comedia donde Poehler recluta a todas sus amigas de Saturday Night Live que intenta emular el éxito de The Hangover. Pero realmente es mucho más que eso. Acompañada de Maya Rudolph, Rachel Dratch, Ana Gasteyer, Pell y Tina Fey, Poehler presenta una historia que lamentablemente vemos poco, al menos con el tono correcto.

No, no es la versión femenina de The Hangover, porque no neceitamos eso. Necesitamos nuestra propia historia y esta lo es. Este grupo de amigas que ronda los 50 se conocieron cuando trabajaban juntas en una pizzeria de Chigago unos veinti-tantos años atrás. Una amistad que se formó, creció y se mantuvo todo este tiempo. El personaje de Poehler, Abby, que parece ser la amiga mamá, o cuando menos la control freak, decide organizar un idílico fin de semana para celebrar los 50 años de Rebecca (Dratch), visitando la capital de los viñedos en Estados Unidos: Napa.

Las cosas comienzan a salirse del estricto itinerario planeado y se empiezan a ver las fisuras, no de la amistad, pero de las vidas individuales que la conforman y de la inabilidad de lidiar con las mismas. Las confrontaciones son inevitables, pero no irremediables. Las rizas no faltan en ningún momento, pero tampoco impiden que se sientan el resto de las emociones latentes.

Los personajes

  • Empecemos por Val

    Que a final de cuentas es la que nos permite estar aquí. Es la amiga lesbiana que tiene una tienda de antiguedades, es la que tiende a hacerse amiga de todo el mudno, es alegre y está en busca de amor. Además está contenta, y demasiado confiada, porque se acaba de hacer reemplazo de rodillas. También conoce y se ve atraida por una joven mesera la primera noche que pasan en Napa, Jade, con quien luego pasan un rato interesante y divertido en su exposición de arte. Una de las mejores escenas de la película, no les diré mucho, solo que el enfrentamiento generacional abre los ojos.
  • Abby

    Como ya les decía, es en cierta forma la lider del grupo. Al menos es la que se encarga de organizar el viaje y asegurarse que todo marche sobre ruedas. Su secreto es que perdió su trabajo, precisamente por el avance generacional. Así que desborda toda su necesidad de control sobre la celebración del 50 cumpleaños de Rebecca.
  • Rebecca

    La terapista del grupo, la que vive en la zona zen que se niega a afrontar la realidad, no solo del hecho de que tiene 50 años, y por más bien y jóvene que uno se sienta, el cuerpo es lo que es. Sino que su matrimonio no parece ser tan sano como ella quisiera, o que literalmente nadie soporta al marido.
  • Catherine

    (Gasteyer) es la workaholic, una empresaria y chef exitosa que parece tener un complejo de rechazo. Es la que cree que sus amigas siempre la dejan por fuera, es un poco insegura ante ellas por eso y constantemente parece buscar la aprobación de todas, pero que no hay forma que deje de ver todo como un acto premeditado de dejarla por fuera, cuando realmente es su obsesión con el trabajo y con el mismo rechazo lo que termina aislándola.
  • Naomi

    (Rudolph) es quizás junto a Val la de carácter más llevadero, la menos conflictiva, la amiga a la que todas acuden. Felizmente casada, una madre devota que está más que satisfecha con su vida. Pero esto no la exime de defectos notables. Principalmente el terror de enfrentarse a los resultados de un exámen médico.
  • Jenny

    (Emily Spivey) es hilarantemente desinteresada en todo. Es la amiga con la que realmente no sabes si vas a contar, no porque sea mala amiga, sino porque prefiere estar en casa con su chico. Es probablemente el personaje menos desarrollado, o quizás es que es el más difícil de catalogar, pero nada de esto le quita importancia o risas.
  • Tammy

    (Tina Fey) en realidad no es parte del grupo, aunque al final de todo termina siéndolo. Es la dueña de la hermosa cabaña que el grupo alquila por la duración del viaje. Es dura, aparentemente fría y obviamente solitaria. Es interesante ver como su personaje hace mitosis con el resto.

Técnicamente Tammy sería un personaje menor por el simple hecho de que no forma parte del grupo original, pero es Tina Fey en una película de Amy Poehler que se basa en la vida real. Los que sí no se salvan de ser secundarios son Jade (Maya Erskine), la mesera/artista que despierta el interés de Val. Devon (Jason Schwartzman) el chef/chofer/guía turístico que viene de sorpresa con la casa (y también de sorpresa con Abby… y Rebecca). Finalmente está Lady Sunshine (Cherry Jones) una adivina que les lee el tarot a las chicas con las peores intenciones posibles.

Risas y emociones lindas (aunque no necesariamente fáciles)

Lo mejor de Wine Country es que no pide perdón ni permiso por ser 100% perspectiva femenina. El miedo a envejecer, el miedo al fracaso, al rechazo, al dolor, a la muerte, a la soledad y la incertidumbre. Son todos sentimientis conocidos y válidos, pero no tienen que ser determinantes, limitantes o irremediables. Hay muchas curas, la risa, por ejemplo, la amistad, seguro.

Esta comedia es totalmente hilarante, tiene comedia física, inuendos, absurdo. Que se enfoca únicamente en la amistad y el ser mujer, especialmente el ser mujer de cierta edad. La química entre el elenco, que es un grupo de amigas en la vida real, y los años de experiencia ayudan a que gran parte de las risas vengan de escenas claramente improvisadas.

Basada en la realidad

Yo creo que es momento de iniciar una petición para que Poehler haga anualmente una película para Netflix con sus divertidísimas amigas. Como lo que hicieron con Adam Sandler, pero bien. Sobre todo si va a venir con anécdotas tan divertidas como aquella vez que iban en un avión y Amy pensó que su movil se había ido por el inodoro:

Seth Meyers entrevista a Poehler, un amigo personal de todas ellas (por cierto), y habla de lo mucho que disfrutó la cinta, de como los personajes son de alguna forma versiones dramatizadas de las actrices que las interpretan, y de cómo la cinta se basa en experiencias reales sobre las celebraciones de cumpleaños de Rachel Dratch y Ana Gasteyer, pero particularmente recuerda la anécdota del avión: «Perdiste tu movil en el avión»

Sí, a mí me gusta planear todo, creo que soy buena en eso. Así que básicamente tenía el itinerario completo del viaje en mi teléfono. Y saben que a veces ponen el movil en el bolsillo trasero del pantalón y luego cuando van a baño y se bajan los pantalones se cae, ¿cierto? Eso pasó y yo pensé «será que…», así que luego de bajar la cadena del inodoro y me estaba lavando las manos (porque uno se lava las manos cuando va al baño), comencé a buscar mi movil y dije «oh, dios mio, perdí el movil en el inodoro». Salgo del baño y, cuando meto la pata suelo ponerme muy molesta, así que les dije «perdí el teléfono en el inodoro y el viaje está arruinado.» Y me senté como una malcriada «y todo se arruinó y vamos a pasarla terrible», y todas reaccionaron exactamente cómo tu crees que actuarían: Maya Rudolph, la Madre Tierra, corazón enorme, dice «dame unos guantes y te lo saco ahora mismo.» Ana Gasteyer, con la cabeza bien puesta en sus hombros, «sabes, quizás está en tu bolso.» Y yo le respondía «No, está en el inodoro.» Paula Pell, siempre dispuesta a apoyar, «Yo también necesito un nuevo molvil. Así que cuando aterricemos vamos juntas a comprarnos uno.» Y luego está Emily Pivey, quien es la más hilarante en tiempos de crisis, está viendo por la ventana, tomando su vino, «Amigas, esta es mi peor pesadilla. Si mi teléfono se perdiera en el inodoro, moriría.» Al final de todo, descubrimos que mi movil estaba en el bolso.

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