Esperanza

Hagamos que vaya más rápido esta parte,

va reviviendo una apagada ilusión.

Olvidé decirte que soy un desastre,

no me ignores más, esto no es ficción.

 

He pasado mucho tiempo

viendo las estrellas destellando.

Plateadas lágrimas de mis luceros al suelo,

sentirme, sin querer, como un poeta soñando.

 

En la negrura de tu pelo

la luz del sol se abría paso.

Pretendí creer tus palabras de caramelo,

tan claras y huecas como un vaso.

 

Hablabas y hablabas sin decir nada,

mudas plegarias al compás de tus pasos.

Yo lo expresé todo con mi mirada

creyendo que tomaba un atajo.

 

“La distancia nos hace sabios”.

No sé qué coño quiere decir…

No brotan logaritmos de mis labios,

y sí todo lo que un día sentí.

 

 

Tras años de silencio nuestras voces se encontraron

compartiendo de nuevo el mismo recorrido.

Estoy contenta porque mis dudas cesaron,

deseando no ser mucho lo que ahora pido.

 

Ven hacia mí con tu silueta,

tu hermosa sonrisa y tus ojos marrones.

Por fin vencí mi retraída faceta,

tan taciturna como opacos nubarrones.

 

Otro tiempo, otro lugar,

otro baile, otro camino.

Otra rima mirando al mar,

¿otra oportunidad en nuestro destino?

 

Reír, soñar, sin nada de penumbra.

Salir a bailar, cantarte canciones.

Unidas por un halo que a ambas nos cubra.

Sin excusas besarte y enmendar mis errores.

 

Con menos miedo y timidez

deseo volver a sentir el sol tras tu cuello,

que un día prendió a la vez

mi corazón y tus cabellos.

 

Que te den

Que te den lo que te deben por las veces que te hicieron llorar. Que te den sonrisas en las vueltas del bar.

Que te den la esperanza que te arrebataron al echar tus sueños por tierra. Que se enteren de que no han ganado la guerra. Tú eres una fiera con tu garra de gamberra. A tu Libertad no se la encierra.

Que te den la luz por haber sobrevivido entre tanta oscuridad. Que te devuelvan el Alma que te apagaron por irradiar pura bondad.

 

Y si tienes dudas o la incertidumbre te aprieta el cuello con desdén, levanta tu dedo del placer y di bien fetén: “eh, miedo, ¡anda y que te den!”

 

Vida oculta

La vida oculta, secreta, que llevo contigo, en paralelo de mi vida real, la escribo por las noches con tinta invisible, creando relatos incorpóreos. Solo yo tengo acceso a ellos. Y nadie más. Es privado. Tendré que encontrar la forma de tatuarle la tinta a las palabras, por si decido dejar de ocultarla, o dejar de vivirla.