3 mini relatos lésbicos para alegrar tu viernes

Soy una cagaprosas

Tengo prisa por verte. Por descubrir a qué sabes sintiéndome valiente, por esta vez fuerte. Por parar de soñarte para no acabar demente. Porque me demuestres tus intenciones y creerte. Por no dejar nada a deberte. Por cogerte de la mano y hacia mis labios traerte. Por relamerte hasta complacerte. Por quererte. Porque te pierdas por mi espalda y mis lunares aprenderte. Por comprobar si eres algo sádica, se te antoja atarme y yo obedecerte. Por no ofenderte. Por protegerte si cada lunes por la mañana crees que vas a perderte. Por esnifar tus suspiros y drogarme de ti hasta la muerte.

Tengo prisa por oírte recitar bien suave, de a poquito. Por escucharte desafinar tan bonito. Por discutir contigo y que nos gritemos bajito. Por sentir en el estómago un cosquilleo, sea el de las mariposas o cualquier otro bichito. Por perder los papeles de nuestra Escritura a mordisquitos. Por probarnos en todas las posturas conocidas, desde la más tradicional hasta la del perrito. Por bebernos infinidad de rubias en cualquier garito. Por descifrar tu color favorito. Por teñirte con él los días del revés, te lo repito. Por alojar en mis labios tus caricias de Amor infinito. Por echar la solicitud para tu Corazón, al cual aún oposito. Por robarte un beso, por cometer ese delito. Por andar un nuevo camino repleto de nuestros pasitos. Por adorarte como si fueras un tótem o un discreto monolito.

Tengo prisa por jadearte en el oído. Por ponerte del revés y explorar tus recovecos más prohibidos. Por empaparme con tus fluidos. Por saber si eres capaz de contener los gemidos o explotas con un tremendo rugido. Por contar todas las veces que nos hemos reído. Por añadir a tus días mis tonos coloridos. Porque ya no me duela escuchar tu apellido. Por rescatar tus cimientos del pasado construidos. Por hacerte saber que siempre me has apetecido. Pero, en especial, tengo prisa por no caer de nuevo en tu olvido.

 

La última vez

Es la última vez que te siento.

Es la última vez que tus intenciones se las lleva el viento.

Es la última vez que pierdo tanto tiempo en el intento.

Es la última vez que aguardo tu sustento.

Es la última vez que juegas conmigo como si fuera tu pasatiempo más cruento.

Es la última vez que, de esperarte, me desmayo de aburrimiento.

Es la última vez que te reservo mi asiento.

Es la última vez que me empapo con este tormento.

Es la última vez que abrigo la esperanza de cenar contigo en mi apartamento.

Es la última vez que me lanzo a besar tus pies mugrientos.

Es la última vez que, de tus palabras bonitas, me alimento.

Es la última vez que mi Corazón late por ti contento.

Es la última vez que me hundes en el cemento.

Es la última vez que mis lágrimas se empapan de optimismo sangriento.

Es la última vez que confío en ti para acabar sintiéndome un excremento.

Es la última vez que te lo consiento.

Es la última vez, este será mi nuevo nacimiento.

Es la última vez que me miento.

 

Miedo

Me da miedo volver a verte. Temo que se despierten emociones que creía superadas. Con lo que me costó cerrar las heridas y coserles tu nombre para que, al menos, quedaran bonitas. Siento pavor a que se abran y, esta vez, no las quiera cerrar.

Claro que, si me paro a pensar, más miedo me da no volver a compartir un amanecer contigo jamás.