En busca de Summerland es una película que nos sitúa en Inglaterra en medio de la segunda guerra mundial. Podría parecer por esta razón que va a ser un dramón de esos de época. Si encima te dicen que se toca el tema lésbico, la idea puede asustar mucho. Pero ¿sabes qué? Que por una vez te equivocas totalmente y desde ya te digo Summerland es una película que tienes que ver.
La historia gira alrededor de Alice (Gemma Arterton), una escritora especializada en libros de Folclore que vive en un pequeño pueblo de Kent. Alice no tiene lo que se dice «don de gentes», especialmente cuando se trata de niños. Probablemente tenga que ver con el hecho de que todos piensen que es una bruja malvada. Pero el caso es que a ella no le gusta la gente y la situación es mutua.
Así que ya se imaginarán la alegría que le da el día que una mujer se presenta en su casa y le enjareta a un niño para que lo cuide. Porque resulta que hay muchos pequeños que se están quedando sin padres en medio de la guerra y necesitan ayuda. Por alguna razón a Alice, de la que sabremos más luego, le toca a hacerse cargo de Frank.
La conexión (o la falta de ella) que existe entre Frank y Alice es el motor que impulsa Summerland y créanme cuando les digo que los dos tienen mucha química para trabajar juntos y que el nivel de las actuaciones destaca bastante. Lo que hace que una trama que podría resultar simple, como esta que se nos explica bastante en el tráiler, se eleve por encima de lo normal.
Frank es un niño soñador e inquisitivo, que no se conforma y quiere entenderlo todo. Tanto que provoca que Alice re examine otras épocas de su vida. La lleva a recordar su amor por una mujer llamada Vera (Gugu Mbatha-Raw) y lo que significó para ella.
Creo que hablar más de la trama sería arruinarles la película porque la premisa, como les comentaba antes, es bastante sencilla. Lo que la hace especial, al menos para mi gusto, es que por primera vez tenemos una historia lésbica en medio. Hemos visto este tipo de historias de conexión espiritual muchas veces. En películas tan variadas como La Bruja Novata o Up. Pero verla con una mujer lesbiana me ha tocado el corazón.
Eso es justo lo que busca la película. Summerland es la palabra con la que los paganos definían «el cielo», un mundo que existe en el mismo plano que el nuestro, pero al que no podemos acceder y solo podemos mirar a veces de manera fugaz. Así que perdónenme que sea un poco sentimental y les diga que en esta película encuentran el cielo los protagonistas pero también nosotras. Porque es difícil encontrar una película lésbica tan bonita como esta.
Miren que el listón estaba altísimo después de que este año se estrenara The Half of it, pero sinceramente tengo que decirles que hasta el momento esta es la mejor película lésbica que ha salido en el 2020 sin temor a equivocarme. ¡Me encantaría pensar que me tragaré mis palabras en un par de meses que salga una mejor! Pero me cuesta pensar que alguna otra pueda superarla.
No es una cinta perfecta, pero sí es preciosa en muchísimos sentidos. Es un poco como un sueño perfecto, que a veces de tan lindo te puede parecer irreal, eso es lo que necesitamos en nuestras vidas. Te advierto, este no es el típico romance lésbico que tantas veces nos han contado, pero te aseguro que igual echas alguna lagrimita de felicidad mientras la vez.
A mí al menos me hizo sentir muchas cosas. Hay una escena en especial, que como spoilean un poco en el tráiler no me da pena comentar que me gustó muchísimo. La escena en la que ella le pregunta a Frank: «¿Te parece mal que dos mujeres se enamoren?». La reacción de ella ante su respuesta me tocó muchas fibras.
En conclusión: En Busca de Summerland es una película completa, de esas que te dejan con los sentimientos a flor de piel y con una sensación de sentirte plena. Si buscas un romance típico no será necesariamente lo tuyo, pero incluso entonces te recomiendo verla, porque más allá de que toque el tema lésbico, es una cinta preciosa.
Datos lesbicanarios sobre Summerland
Hago este pequeño inciso solo para contarles que, igual les suenan los nombres de las dos protagonistas de nuestra película lésbica y es que las dos han participado en otros proyectos lesbicanarios. A Gemma Arterton la vimos en Vita y Virginia y Gugu Mbatha-Raw tiene mano de santo, porque proyecto lésbico que toca es un diamante en bruto. Porque si te suena su sonrisa es porque la viste en San Junípero que además de ser una de las historias de amor más bonitas que hemos visto en televisión, se llevó dos Emmys.