Te escucho
Eres como un vendaval arrollador pero discreto. Igual que un temporal lluvioso que guarda entre las gotas sus acordes en secreto. Como una ventisca a finales de julio del que llueve tu música y versos a la guitarra. A veces suaves y profundos, a veces con ira y eterna garra.
Yo prefiero arriesgarme por una vez en lugar de permanecer sin hacer nada. Empaparme con tus palabras cantadas mientras te enamoro con mi mirada. Y confesarte que estás más guapa recién levantada y toda despeinada. Que lo que más Amo de ti es escucharte la sonrisa libre y destapada.
¿Qué es fácil, aparte de quejarse?
Lo cierto es que soy una pobre poeta que también es poeta pobre, trabajando con audífonos cuando soy yo la que ansío que me escuchen.
Una mujer como un fantasma, por lo pálida y sigilosa que soy. Una amante de las palabras que encontró al Amor de su Vida gracias a la Escritura.
Soy tan buena que me toman por tonta, pero tiene su lado positivo. He encontrado la fórmula de la felicidad y a mí me funciona. Hasta pago el alquiler con el Corazón porque hay que hacer la cosas con Amor.
Y aunque parezca que me quejo, no es así. Recomiendo que hagas lo mismo que yo: mírate al espejo y créete lo que ves de una **** vez. ¿Y qué, si a la gente no le gusta lo que haces? ¿Te gusta a ti? Pues ya está. Hay que seguir adelante porque la Vida lo hace y no te va a esperar.
Yo adoro vivir por si la muerte se me acerca demasiado. Vivir es complicado, es difícil, pero… ¿qué es fácil, aparte de quejarse?
Dame tú la respuesta
¿Por qué estoy tan triste, si ya se me ha presentado la solución?
¿Por qué me vuelve a invadir el mismo miedo de mi libro Adicción a la ficción si se supone que he aprendido la lección?
¿Por qué me hundo en lágrimas eternas sin que tú te des ni cuenta y me dejo ahogar entre el terror?
¿Por qué tengo la pavorosa sensación de que esperarte es un error?
¿Por qué me asusta que deje pasar demasiado tiempo antes de confesarte que te anhelo en mi interior?
¿Por qué temo que no hayas olvidado a tu narrador?
¿Por qué me paraliza el creer que se me pueda adelantar alguien antes de revelarte mis sentimientos con valor?
No tengo respuestas para ninguna de estas preguntas de razonamiento torpón. Solo sé que, si no quiero volver a alquilar una habitación en el edificio de la indecisión, debo abrazar tu mirada de color dulzón, sujetarte las manos con todo mi Amor y entregarte a besos mi Corazón. Así podrás decidir si lo deseas junto al tuyo o prefieres apartarlo con un estruendoso empellón.